"CAMBIOS"

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                                  Narrador

El reloj ya marcaba las 2 de la tarde y era demasiado raro no tener la presencia del rubio alborotando a la pequeña pelinegra, los lugares donde jugaban a las escondidas se encontraban vacios o ambos agotando la paciencia de la madre de Maggie, esperando que la campana ubicada arriba de la puerta sonara pero no llegó dicho momento.

Ella tenía miedo de que algo malo le puede haber pasado, ¿Pero a quien se le puede ocurrir dicho pensamiento? Si Ken era un niño que no se encontraba en problemas en realidad los ocasiona.

El era quien daba los mejores golpes en vez de recibirlos, habia vivido varias ocasiones donde el mismo se lo demostró solo porque empezaron a molestar a la pequeña, era demasiado sobreprotector y tenia claro que el sabía cuidarse solo aunque eso ya estaba poniéndola en duda.

Luego de que estos pensamientos que agobian la mente de la menor decidió armarse de valor e ir a buscarlo por más que eso le pueda traer consigo problemas. Podría pasar desapercibida cuando había demasiada clientela y era su día de suerte. Pero a pesar de eso no quería mentirle a su madre y su cargo de conciencia la hizo caminar hacia donde ella estaba para tener autorización. Queria pensar que estaría totalmente bien cuando encuentre su objetivo sin saber en qué situación se encontraba. 

No podía estar segura sin tener a su lado a Ken, ella lo necesitaba y tenía que tenerlo tranquilo así ella podía estar igual.

Maggie

No es normal que yo salga sola por las calles y menos siendo ya la tarde, pero la situación para mi la ameritaba que me acerque a la barra donde mi madre atendía a sus clientes.

—Madre, ¿me podrías dejar salir a buscar a Ken?—. Le pregunté dulcemente ya que sabia que podria tener un no por respuesta.

Algunas veces era necesario aplicar la manipulación y qué mejor con la voz que era capaz de hacerle derretir el corazón.

—Umh? Si claro a mi también se me hace raro que no llegue aun pero lo sabes siempre con cuidado mi pequeña maggie—.Llevando consigo una sonrisa, sabiendo que confiaba en mí de tal manera que me dejara salir.

Lo logré.

—Claro tenlo por seguro—. Le dije igualmente sonriendo. Me sentía más tranquila al mantenerla informada de el porque salí, tal vez si no lo hubiera hecho serían dos personas a las cuales busque con la policía.

Así salí corriendo de dicho restaurante a buscar quien sabe donde a este rubio, lo primero que se me vino por la mente era dicho parque que concurrimos ambos asi que acelere mi paso. Se podría decir que era "nuestro lugar", algo que apodamos los dos sintiéndolo como un recuerdo que siempre llevaremos de nosotros cuando pasemos por ahí sin la presencia de otro.

Ken


Viéndome en los reflejos de las ventanas por la cuadra y pasando casa por casa,  cualquiera que se me cruzaría me miraría raro o con asombro y esa era la razón por la cual había tomado tal decisión, no me arrepiento de hacerme esto se me ve genial y estoy seguro que a muchos les encantará mi tatuaje de dragón con esta trenza que me dará mi toque, seré diferenciado y único.

Además que lo hice significativamente con Mitsuya, un amigo el cuál estaba conociendo y se estaba volviendo muy especial para mí. Compartimos un momento único entonces lo deje entrar en mi vida, había aprendido la lección ya hace unos días.

Caminaba tranquilamente luego de que conociera al gran manjiro sano, lo idolatro tanto ya que ví como llegó a ser mucho más fuerte en golpes y tal vez en carácter, quien me dio la idea de un apodo llamado "draken".

"Promesas" | Ken RyugujiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora