"SUEÑO"

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Draken

Llevaba en mi moto a la adolescente que había esperado hace ya mucho tiempo, mi destino era llevarla a mi casa, si se podría llamar así por lo que todo mundo conoce solo tengo una habitación donde dormir o tener comodidad ya que era un burdel, honestamente no me gustaba la idea de pasar por los pasillos y obviar el escuchar sonidos obscenos también el ver a las que me criaron en conjuntos eróticos.

No quería que ella pasará por esa experiencia, llevaba tiempo discutiendo conmigo mismo durante un excesivo tiempo por lo que me mantenía distraído demasiado.

—¿Estas lista?—, Pregunté para ver si encontraba alguna incomodidad o duda en ella, apenas se lo propuse se emocionó con la idea de tener su presencia en dicho lugar—, No quiero que nada cambie luego de esto sabes que no lo aguantarían.

—Ken estoy segura, no va a cambiar nada porque sé más que nadie que tan bueno eres y me alegra ver a esas personas quienes te lo inculcaron—. Se expresó colocando su palma en mi rostro para acariciarla con sus dedos.

Seguridad era lo que ella me transmitía y daba mucho más que antes, tranquilidad eran los momentos que sentía a su lado, como aquellas veces dónde dijo que nunca me dejaría solo y su palabra estaba siendo cumplida, tanta empatía que demuestra a veces tengo en mente que solo es por lastima, me hacía ver todo de colores, eso sentía al lado de Maggie.

–¿Qué esperas? Entremos–. Entrelacé mis manos con ella y la empecé a guiar en la gran recepción que se encontraba al abrir la puerta.

Le había presentado a cada una de las residentes que se encontraban desocupadas para ahorrar tiempo y tener un rato juntos, no contaba con un interrogatorio de horas por parte de ellas y me la terminarían encerrado querían saber a detalle todo sobre ella y lo nuestro, rendido quedé después se estar reclamando a través de la puerta y me dirigí a mi habitación.

No estaba haciendo nada en especial, solo leyendo revistas con el tema de motos, cuando escuché la puerta abrir y cerrar lentamente deje a un lado lo que tenía en manos y dirigí mi mirada encontrándome con una pelinegra sonriendo.

—Pensé que lo principal era pasar tiempo juntos—. Bromeé.

—Si, bueno—, Mordió su labio y me reí—. ¿Estás enojado?

—¿Te divertiste?

—Si.

—Entonces no hay porque—, Le regale una sonrisa reconfortante—. Lo importante es encontrarte feliz.

Cuando acabe de hablar me abrazo y la recibí alegremente, cuando nos separamos nos miramos fijamente no pude resistirme y empecé a acercarme poco a poco, por su parte se quedó en su lugar aún con su mirada en mi aún consigo su sonrisa,  cuando nuestras narices empezaron a rozar ella rio y levanté mis manos para poder tomar su nuca, ella también realizó la misma acción solo que las posó en mi pecho.

No sabía si sería el primer chico con el que estaba interactuando de esta manera pero me daba igual luego tendría tiempo de preguntarle, necesitaba teneros ya pegados a mi y que este momento perdurará por siempre nuestros labios empezaron con el dichoso vaivén y no podría describirlo pero si tenía en claro que era hermoso, cada vez sentía su respiración y era sumamente glorioso.

Ese beso como primero de muchos quería que sintiera todo lo que lleve adentro tanto que ella lo entendió y sabía que estaba igualmente feliz.

A lo lejos sentía una alarma, no recordé haberla colocado a esa hora era demasiado como para que oscureciera pero cada vez incrementaba más
hasta el punto de ser insoportable. Fue cuando abrí los ojos y estaba acostado en mi cama, me levanté tan rápido como pude y el reloj marcaba las 10 am. Era un sábado, me coloque mi camisa ya que detestaba dormir con algo encima. Salí y miré por los lados del pasillo, no había nadie ni mucho menos la persona que pensaba.

"Promesas" | Ken RyugujiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora