Narrador
Como todo inicio también tiene su final, llego el dichoso día donde le cambia la vida a muchos. Maggie pegada en la sábanas sabiendo que hoy sería donde votaron más lágrimas que cuando perdió un peluche de juguete en el parque.
– Hija el desayuno ya está listo, ¿bajas?.
– No tengo hambre.
– Maggie…. Se que es dificil para mi tambien pero disfrutemos estas ultimas horas te parece? Te apuesto a que este desayuno te gustara mucho. Aparte recuerda que tienes que ver a tus amigos.
– ¡Bien! Ya voy.
Así nuestra pequeña pelinegra de un brinco fue a cambiar su pijama como todos dicen una vez que la barriga se encuentre llena corazón contento.
– Madre que cocinaste – preguntó Maggie arreglándose el vestido azul que llevaba puesto.
– Maggie! – gritaron los tres rubios frente a ella con globos y cajas que parecían regalos.
– ¿qué hacen aquí?.
– Yo los invité – hablo mi mamá saliendo con bandejas de desayuno
– Estaremos todo el día contigo Maggie – recalcó Emma saltando emocionada al tener a su mejor amiga cerca.
Emma y Maggie parecían hermanas compartían gusto iguales era una dupla inseparable hasta Draken llegó a tener envidia que le vayan a quitar a su pelinegra.
Maggie
Realmente es muy duro dejar esto a ellos quienes en tan poco tiempo logran querer y tener confianza como si de hermanos se fuera a tratar.
– Ey, Maggie – Llamo Draken desde la puerta que daba para la salida trasera del local.
Rápidamente fui sola supongo que quería un tiempo a solas conmigo, hace mucho no teníamos uno.
– ¿Pasó algo?
– ¿No hay manera de que te quedes no?
– Draken ya te lo dijo mi madre.
Draken insistió de mil maneras que Maggie pueda quedarse en Japón pero obviamente fue en vano. Realmente la mayor sentía mucha pena pero era la mejor decisión si querían vidas mejores
– Lo sé… solo que es difícil.
– Para mí es igual y mucho más que tu.
– Prométeme algo.
– ¿Prometerte que?
– Siempre seré quien te cuidara.
– Estaremos lejos.
– ¡No importa! La pandilla de Mikey y yo lo lograremos seguro que llegaremos hasta donde estaras ya veras conquistaremos Japón y más.
– Estoy segura que lo lograras, jamás te olvidaría Draken – Extendí mis brazos para ponerlos enrollarlos pero el rubio me gano y fue muy cálido este gesto de amor.
– Maggie.
– Sí.
– ¿Te casarías conmigo?
– ¿Qué?
– Así yo siempre te cuidaría, jamás nos tendríamos que estar separados
– Qué cosas dices.
– No es una mala idea que yo diga -. Respondió mi madre apoyada de la puerta sin duda debió de escuchar toda esta plática absurda.
– ¿Nos escuchaste?
– Se que es de mala educación pero es inevitable ambos son muy tiernos.
Draken
Que la madre de Maggie nos encuentre en esta situación es muy vergonzante.
– Yo….
– Draken de verdad te casarías con mi hija? Claro no ahora pero en un futuro?
– Mamá!
– Dejalo que responda.
No respondí nada y no es porque no quiera simplemente esa pregunta me llenó de miles de dudas, ¿Me casaría con Maggie? ¿No sería como mis padres? Y la pregunta que más resonaba era ¿Ella quería casarse conmigo?
La madre de Maggie soltó una carcajada ante mis notorios pensamientos, su hija la miró con una mueca de molestia.
– Pequeño aun falta vida por delante pero si lo quieres te dejare a Maggie en tus brazos te conozco mucho y se que eres un buen niño espero que cuando me valla eso no cambie, sigan ustedes iré con los demás -. Así salió del pequeño lugar dejandonos solos.
– Así que quieres que sea tu esposa eeh –. Bromeo mirándome a los ojos
– Olvidalo.
– ¿Sabes?
– Uhm?
– Mi madre siempre dijo que los matrimonios tienen que tener amor entonces, ¿Me amas?
– Tal vez si lo hago, no lo se
– Emma me preguntó lo mismo, si te amaba, lo dude pero al final si lo hago antes de irme necesitaba decírtelo.
– Nos amamos entonces –. Le sonreí a Maggie.
Su respuesta de ella fueron lágrimas y un abrazo sin duda de felicidad tanto tiempo compartido que se quedara en nuestros pensamientos y esperar repetirlos una vez más.

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"Promesas" | Ken Ryuguji
RomantizmUn amor infantil que el destino decidió quebrar este es el caso de Draken y Maggie quienes fueron amigos desde niños y crearon una conexión inigualable prometiendo mutuamente una linda historia de amor pero asi quedo solo en promesas... Luego de uno...