"A METROS DE TI"

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                                   Narrador

Su primera semana de regreso fue más que bien para los adolescentes quienes con ganas ayudaron a Hitomi (nombre de la madre de Maggie), en reordenar el nuevo local donde tendrían su restaurante. Por otro lado se inscribieron juntos en la secundaria aunque no es sorpresa que quieran hacer todo juntos.

– Bien, supongo que todo está listo–. Dijo el rubio colocando la última silla en una de las pequeñas mesas afuera del local.

– Debería de recibir una paga por esto–. Salió Maggie con un mandil secando sus manos.

– Es entretenido además le dimos nuestro toque.

Y el rubio tenía razón la idea de Hitomi al inicio era colocar todo a un estilo de restaurante familia, estos le agregaron la opción de la temática ayudándola a los nombres para las comidas,  distinto tipos de música y los objetivos que cambian la experiencia de lo comedores, cambiando la mentalidad de la mayor por el hecho de que llegará más público y no solo de uno en general.

– Un amigo vendrá, te hable de él en el avión–, Recibió una mueca por parte de la pelinegra–. ¿Qué pasó?

– Creó que no son fachas para recibirlo–. Dijo retirando su coleta y acomodando sus cabellos.

– Tranquila, no es de las personas que juzga creeme es de confianza.

Una Maggie no al cien por ciento convencida solo movió la cabeza pero fue asustada por un gato de color negro posando en una de las mesas cómodamente.

– ¿Qué haces tú aquí? –. Interrogó 

– Peke J? 

– ¿Peke J? ¿A cada gato que te cruzas le pones nombre? Se parece al que siempre pones de fondo de pantalla en tu celular.

– Es porque es el mismo tonta–, Maggie hizo un gesto con las manos en el pecho dando entender que se sentía realmente ofendida y Chifuyu volteo en dirección a la otra calle haciendo que la contraria siga su mirada igual–. Es decir que Baji llegó.

Al frente se podría ver a un peli-negro cruzando la calle sonriente algo diferente a las demás, unos colmillos que llamaban mucho la atención tanto que despertó la curiosidad de la acompañante de Fuyu quien cargo a Peke J en brazos para avanzar y saludar a su amigo con un abrazo.

                                     Maggie

El momento sentimental que observaba me reconfortó y me trajo consigo el recuerdo de un trío de hace ya mucho tiempo, decidí entrar para así no causar un ambiente incómodo, así ellos tendrían la oportunidad de hablar mejor pero una voz la detuvo antes pisar por dentro del local.

– Ey! ¿Tú eres Maggie no? –. Asentí ante la respuesta, sabía de él hasta incluso que tenía dificultades en los estudios pero no creí que el de mi si.

– Un gusto, Baji –. El río por lo bajo acercándose dispuesto a darnos un apretón de manos a lo cual dudosa acepte.

– Veo que eres un poco tímida.

– Creeme cuando entra en confianza es insoportable–, Exclamó el rubio como respuesta baje la mirada ya que no quería que viera mis facciones dónde me sentía algo molesta–. No sé cuál de las opciones afecta más, que hable hasta por los codos o que dramatice todo.

– Oye yo no hago eso en todo caso hablar sí, pero por dónde dramática–. Reclamé haciendo que el peli-negro soltará una risa.

– Tal vez más insoportable sea su amistad–, Fuyu y yo hicimos una mueca–. Solo digo parece que pelean siempre.

– Correcto pero eso hace que seamos más unidos, entre nosotros nos entendemos.

– Fuyu tiene razón, a veces hasta peleamos sin sentido, es rutinario.

– Si ustedes lo dicen–, Exclamó el peli-negro encogiendo los hombros–. ¿Tienen idea a dónde ir?

– Nuestro querido amigo Fuyu se olvidó de avisar que íbamos a salir–, El mencionado solo sonrió inocente–. Así que no planeamos nada.

– Pues solo tengo un rato libre, verás tengo una pandilla–, Pronunció el peli-negro orgulloso causandome una pequeña risa–. ¿Por qué la risa?

– Ya se lo dije y sabe que no eres el capitán.

– Equivocado pequeño, si lo soy pero de la primera división.

– Y qué ¿nos llevarás a ver cómo golpeas a lo loco a gente también pandillera como tú? –. Solté en broma.

– Oye no es mala idea porque a cierta persona se le olvidó avisar.

– ¿Será mi castigo? 

– De hecho es un premio y honor asistir a reuniones de la pandilla.

– Quiero ver qué tanta pandilla es, la pintas como la gran cosa pues veremos o de lo contrario me compras un helado–. Rete al peli-negro.

– Primero quitate ese mandil y luego me retas, que te ves adorable haciéndolo–. Mis mejillas se tornaron a un tono carmesí luego de aquella pronunciación.

                                    Narrador

Toda la hora pasó normal contando las experiencias que pasaron fuera de Japón y el cómo se conocieron los mejores amigos. Baji por un momento sintió que ellos estaban intentando más que una amistad pero dichas ideas fueron detenidas. Ahora se encontraban yendo al templo donde se realizaría la reunión de la pandilla.

– Sigo sin creer tu pensamiento que Fuyu y yo estamos juntos.

– Dios me libre–. Bromeo Fuyu.

– Yo creo que Maggie sería una buena novia–, está miro sorprendida a Baji y Fuyu rodó los ojos. La pelinegra para cambiar de tema fijo la mirada en las escaleras de un templo muy bonito a su parecer.

– Esperaremos sentados, la distancia es buena así no pensaran que los espiamos–. Asintió el peli-negro

     

                                 (.          .          .)

– Esto es aburrido–. Dijo Maggie apoyándose de una de las columnas.

–Te lo compensarán luego, cálmate–. Dijo el rubio 

A lo lejos se podía ver cómo un grupo de adolescentes daban órdenes a decir verdad no le tomaron importancia, pero hubo un rubio que si quien vio a la pelinegra reír de aquella conversación que tenía con su mejor amigo y así seguir la mirada hacia un chico de trenza quien no se percató de la presencia lejana.

–Mierda……¿Eres tú Maggie?– Susurró Mikey.

"Promesas" | Ken RyugujiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora