2

194 25 1
                                    

Un mes había pasado desde que la rubia se había enterado de toda la verdad.

Verdad que ahora la consumía y deterioraba su alma poco a poco, era un infierno, todo en su vida se había convertido en una mentira, todo era falso y aunque ella pusiera de su parte para continuar con su destino, continuar le parecía cada vez más imposible.

¿A darien se le olvido las veces que lucho con él, que derrotaron a muchos enemigos juntos por el poder del amor?

¿Las chicas habían olvidado esos momentos único que habían vivido como esos viajes a la luna?

-amor, me estás escuchando?- él pelinegro la sacudió suavemente haciéndola aterrizar del viaje de pensamientos en el que estaba volando. -estos días has estado en la luna- Darien le sonrió pero ella no pudo hacerlo de vuelta.

Observó al rededor, estaban en la cafetería de siempre, era primavera y todos los árboles florecian de manera hermosa y prospera.

-si, serena, Darien te estaba diciendo que cada vez falta menos para su boda- Lita volvió a repetir lo que Darien había dicho mientras ella pensaba.

No pudo evitar observar a Reí, quien volteó los ojos muy disimuladamente, pero serena ahora no podía dejar de observar esos detalles y la tensión en el cuerpo de la pelinegra ante la mención del tan aclamado matrimonio.

Y corazón como si fuera posible aún, volvió a doler más.

¿Acaso Darien y Reí siempre estuvieron enamorados pero no estaban juntos por el bien de la humanidad?.

¿Ella era la culpable de que no pudieran amarse libremente?

-Lo siento, yo, perdón. ¿Saben chicas? Pienso que se debe luchar por lo que se ama, claro si es amor verdadero, por que si no se ama de verdad también es bueno soltar para dejar ir- bebió un poco de su té helado, jamás se había sentido tan fuera de lugar en su grupo de amigos, obviamente ya no encajaba ahí, se había dado cuenta que no era más que la princesa Serenity para ellos, pero ella quería ser su amiga.

Lastimosamente eso ya no se podría.

-¿que dices mi vida?- Darien respondió sin entender al igual que todos.

-debo irme, tengo algo que hacer- serena se puso de pie dejando el dinero de su té sobre la mesa y tomando su bolso.

-¿a donde vas sere?- Darien la tomó de la muñeca de manera delicada. -¿está todo bien?.

La rubia asintió con una sonrisa de vuelta, no tenía nada que hacer pero no quería incómodar más a esas personas. -déjame llevarte entonces- se puso de pie junto a su prometida.

-no es necesario, disfruten el resto de la tarde, yo tomaré un taxi, por favor ¿Puedes llevar a Reí cuando terminen? Sabes que el templo queda algo lejos y ya está anocheciendo.

Él pelinegro asintió con dudas pero la dejó ir, volviendo a tomar asiento en la mesa haciéndole señas Reí que le respondía de igual forma, sin entender nada.

-bien- suspiró Minako. -ahora podemos ser nosotros ¿vamos por unas cervezas?.

Todos dijeron que si, a excepción de Amy quien se retiró minutos después. Quiso alcanzar a Serena pero esta ya se había subido al taxi y no contestaba las llamadas.

Otro mes más, y así se sumaron 3 meses, ya serena no podía soportarlo, sentía que ella se estaba metiendo en una relación que no era de ella, su corazón le decía eso, pero su mente le gritaba que obviamente ella no era culpable de nada y que era la traicionada en todo esto.

Estaba tan confundida que solo terminaba llorando parte de la noche mientras en el día trataba de lidiar con todo lo que estaba pasando en su vida.

Solo el baile le permitía apagar su cerebro por unas horas y llegar tan cansada a su apartamento que no tenía tiempo de pensar en nada más que no fuera descansar, había bajado de peso considerablemente, y sus ojos no tenían el mismo brillo de antes, se estaba perdiendo para que los demás encontraran el camino.

¿Acaso era eso posible?

Se había encontrado a Darien en la puerta de su apartamento justo cuando ella llegaba de la universidad.

-cambiaste la contraseña- fue lo primero que reclamó el pelinegro quitándole el bolso de entrenamiento a serena.

-aunque es un edificio seguro no me confío- fue lo único que respondió la rubia. -ahora te la paso por WhatsApp.

Ambos entraron, la rubia se dejó caer en el sofá de la sala junto a su prometido, que intentó besarla pero ella giró su rostro aterrizando el beso en su mejilla izquierda.

-¿que te pasa?- medio reclamó, medio preguntó Darien. -llevas tiempo así serena y la verdad es algo molesto, hace tiempo no hacemos el amor ¿acaso no me amas?- se sentía dolido, serena podía notarlo ¿pero acaso ella no lo estaba más?

-¿tú me amas?- preguntó de vuelta. -¿o estás conmigo solo por que hay que cumplir con el destino?- preguntó de vuelta.

-¿se trata de eso no? ¡no me amas! Si lo preguntas así es por que estás dudando de tu amor por mi. Te amo y lo sabes, vamos a casarnos, pero tú estás dudando justo ahora.

Serena sonrió con tristeza al escuchar las incoherencias de su prometido. -te he amado tanto, que he dado mi vida por ti, te he arrancado de las garras de la muerte y estaría muy feliz de casarme contigo, me gustaría sostener el mundo en nuestras manos Darien.

Él pelinegro la abrazó y serena correspondió al abrazo, asegurando en su corazón que sería el último que se darían.

-te amo, tanto que haría cualquier cosa por ti.

Esa noche se besaron y hicieron el amor una vez más, mientras Darien le juraba amor eterno y ella fingía creerle.

Por que siempre la mentira es más dulce que la verdad...

Y mientras serena miraba el brillo del Diamante en su anillo, se dio cuenta que tenía que tomar una decisión pronto por el bien de todos...

Segundo capítulo ¿que les está pareciendo?

Correcciones después, los quiero.

Metanoía Donde viven las historias. Descúbrelo ahora