Metanoía

18

Serena se sentó en lo que fue su cama por un momento, necesitaba calmarse y tomar aire por un momento, llevó su mano derecha a su pecho, le dolia, y no era el hecho de que afuera estaba el hombre que había amado tanto y que a la vez le había hecho tanto daño, era la sensación de por fin dar fin a algo, de confrontar y tener que lastimar personas, esas mismas personas por las cuales dio la vida varias veces.

Ahora eran como enemigos y eso dolía, por que no había dejado de quererlas, seguía amando a Darien, no de manera romántica, pero si como el hombre con quien veía una vida juntos, fue su primer amor, su primera vez, y le enseñó muchas cosas, no todo fue malo con él, Darien siempre la cuidó y luchó junto a ella duras batallas, y de eso ahora no queda nada.

Es de humanos cuestionarse, y a veces se preguntaba si estaba haciendo lo correcto, aún estaba a tiempo de arreglar todo, y de que quizá con el tiempo todo volviera a ser como antes.

Pero al levantar la mirada y observar a seiya con ojos de preocupación puestos solamente sobre ella, recordar la forma de amar que tenía ese hombre frente a ella, la forma en que había ayudado a sanar sus heridas, la forma arrebatadora que tenía de hacerle el amor, esos pequeños y grandes detalles le hacían temblar las piernas, sabía que tenía un lugar seguro y ese era seiya, que había dejado todo por venir con ella a enfrentar su pasado.

La balanza había dictado sentencia, y había girado a favor de ese hombre maravilloso de cual estaba perdidamente enamorada.

-¿todo bien?- preguntó seiya. Serena amaba la capacidad que tenía de regalarle espacio aún estando cerca, seiya no se imponia, no mandaba sobre ella, serena aprendió junto a él que ella tenía la última palabra sobre su vida, siempre.

-no- casi no pudo ni pronunciar esa corta palabra, por que las lágrimas ya corrían libres por sus mejillas cuesta abajo.

No pasaron dos segundos para que seiya estuviera a su lado dándole consuelo, Amy salió de la habitación para traer un vaso de agua y darles espacio.

-dime que puedo hacer para que te sientas mejor- casi susurró seiya para no ponerla más nerviosa. La rubia solo se aferró mas al abrazo hasta que pudo calmarse un poco, tomó del vaso de agua que Amy le había ofrecido, un rato después había logrado recomponerse un poco.

-es hora de irnos- todos se pusieron de pie ante el mandato de serena; Seiya tomó la maleta con las cosas que habían guardado, álbum de fotos, ropa, libros, entre otras cosas y la arrastró hasta salir de la habitación.

-no pude hacer que se fuera- se disculpó Amy cuando se encontraron con Darien en la sala, se veia demacrado y dolido, causaba lástima a los ojos de serena, pero ya no podía hacer nada por él.

-serena, podemos hablar por favor- la suplica en los ojos de Darien era mortal, Seiya buscó la mirada se la rubia esperando que tomara una decisión, ella asintió y su novio dejó un beso sobre la coronilla de su cabeza para salir con Amy.

-estoy afuera por si necesitas algo- fueron sus últimas palabras antes de cerrar la puerta del apartamento.

-serena, perdón, yo- las lágrimas traicioneras aparecieron sorprendiéndo hasta a su propio dueño, Darien no pensó que realmente estuviera llorando.

-está bien Darien, yo te perdoné hace tiempo, todo está bien, acepto tus disculpas- sin darse cuenta serena también derramó algunas lagrimas.

-si estás llorando es por que aún me amas, podemos dejar todo esto atrás- se atrevió a tomar las manos de serena entre las suyas, y ella no lo evitó.

-claro que te amo, y lo haré siempre- los ojos de Darien se iluminaron por un segundo . -pero no de la forma que crees, te amo por que fuiste una persona muy importante en mi vida, íbamos a casarnos a tener una familia y a defender este mundo hasta los últimos días de nuestra vida y después de ello volveríamos a nacer y estaríamos por toda la eternidad.

-¡lo se! Y tuve miedo, la idea me abrumó y me cegué, Rei estaba ahí, dándome apoyo, creí que la amaba por que de cierta forma le estaba llevando la contraria al destino y eso me llenaba de adrenalina, quizá es lo que te pasa a ti con ese hombre, no puedes echar a la basura todos los planes que teníamos juntos.

-esos planes los echaste a basura tú, cuando me fuiste infiel con mi mejor amiga, Darien- serena tomó más aire del que necesitaba. -y no, yo no amo a seiya por desafiar al destino, lo amo por que si, por que ha hecho por mí lo que nadie nunca ha hecho y es amarme y aceptarme tal cual soy, él no quiere cambiar nada de mi, no le importa si vengo de la luna o soy una sirena, Darien; si el mundo se acabara mañana yo estaría feliz de haberlo conocido, por eso te perdono, los perdono a todos, por que si no hubiera sufrido tanto hasta desear la muerte, no hubiera conocido gente maravillosa y a quien es mi pareja ahora, la luna lo entiende y si no lo hace no puede importarme menos.

Darien bajó su cabeza derrotado, había entendido que había perdido, que no le quedaba nada más que aceptar que había perdido, que serena no lo amaba, y él era el único culpable.

-entiendo, yo, no me cansaré de pedirte perdón, fui un tonto serena, lo perdí todo.

-no, ahora puedes hacer tu vida sin estar atado al destino, eres libre Darien- la rubia sonrió dejando una caricia sobre la mejilla de este mientras retiraba las lágrimas de los ojos de quien una vez amó.

-Gracias por todo, yo deseo que seas muy feliz serena, te lo mereces, y ojalá ese tipejo sepa el gran valor que tienes.

-lo sabe, si no fuera por él no estuviera aquí, soy muy feliz ahora- se dieron un último abrazo antes de que serena y Darien salieran del apartamento.

Darien y Seiya se dieron una última mirada, pero esta vez el doctor no dijo nada, solo tomó su camino por el pasillo antes de detenerse ante el llamado de serena. -Darien, el alcohol no es la solución a los problemas- se sonrieron y llegaron al fin de siglos de historia, el milenio de Plata tendrá un nuevo orden o eso suponían.