Metanoía

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El aereopuerto de Mykonos era más pequeño de lo que pensaba, pero eso de cierta forma la hacía sentir cómoda, había activado el Roaming internacional para tener acceso a internet ya que no tenia la más mínima idea de donde estaba parada, y había tenido algo de sueño a pesar de haber durado más de dieciséis horas en el avión.

Pero todo sueño se desvaneció al sentir la brisa cálida del verano rozar sus mejillas y alborotar sus cabellos, las playas eran más azules y cristalinas en personas que en las fotos, y esa arena blanca a la distancia la podía sentir fina y calientita.

Se veía bastante pintoresco, habían personas moviéndose de aquí para allá, mientras venía en el vuelo había investigado algo sobre la isla, y tal parece que todos venían de fiesta y divertirse, ciertamente por eso había elegido Atenas, era más cálido y arquitectónico, con muchos lugares tranquilos y silenciosos a diferencia de esta, mykonos era bastante cosmopolita para su gusto, pero estaba dispuesta a darle una oportunidad y si no le gustaba pues podría partir a Atenas en cualquier momento

También había averiguado sobre hospedajes, ya que había cancelado su reservación en Atenas y por suerte fue muy baja la multa que tuvo que pagar por reservar y cancelar y le devolvieron casi todo el dinero.

Había reservado en una cabaña compartida, donde alquilaban habitaciones a bajo costo y la verdad en fotos se veía bastante bonito y tranquilo, solo esperaba no ser estafada, o peor aún, secuestrada para el tráfico de órganos o trata de blancas, ¡por la luna, que este no sea el caso!.

Observó el lugar con fascinacion, al salir un sol deslumbrante la saludó haciendo arrugar sus ojos y llevar su mano encima de los mismos para poder ver hacia el frente, necesitaba unas gafas de sol, anotó en su mente, no pensaba que el calor era tan fuerte, pero a mediados de mayo en la isla el verano estaba en pleno apogeo.

Tomó aíre emocionada, observando al rededor a las personas entrar y salir y ella sin idea de que hacer, hasta que observó a un chico frente a con un cartel con su nombre.

¿Como era posible? Observó su celular aún sin acercarse al chico, podría ser peligroso ¿pero como alguien en otro lado del mundo podía saber su nombre? Pensó incluso que podría ser el enemigo. Pero entonces revisó su móvil ignorando los mensajes y yéndose a la aplicación donde había reservado y tenía algunos mensajes dentro de ella que le indicaba que el paquete incluía transporte del aéreopuerto al lugar de alojamiento.

Entonces sonrió y se acercó arrastrando su equipaje. -hola- se acercó tímida. -creo me estás esperando- señaló el cartel que aún el chico tenía levantado.

-oh, ¡oh!. Bajó el cartel de inmediato. -mi nombre es Haruka Tenoh y estoy aquí para llevarte a tu hogar temporal, la verdad no sabía que esperar de nuestra nueva inquilina.

-no te preocupes, yo ni si quiera esperaba que alguien me recogiera, no había leído los mensajes en la aplicación, ¿y bien? Estoy lista para irnos- sonrió más emocionada aún.

-bien- caminaron unos pasos hasta una motocicleta - este es tu carruaje princesa- no le dio tiempo de cuestionar y acomodó la gran maleta en la parte delantera de la motocicleta y colocó un casco sobre la cabeza de la rubia. -¿nos vamos- el rubio soltó una carcajada ante la cara poética de su acompañante, pero serena solo asintió acomodando su mochila en la parte de atrás de su espalda y se subió de copiloto.

Al principio estaba algo asustada, pero una vez iban avanzando algo incomodos por la forma en que iban en la moto, todo se fue desvaneciendo al ver las azules playas, Serena juraba nunca ver algo tan hermoso como el inmenso sol reflejándose sobre esas aguas que se veían cálidas, era glorioso, hasta sus ojos se cristalizaron en el proceso por ser llenada de tantas emociones que acongojaron su hermoso corazón.