15

184 19 2
                                    

La mañana había llegado, y a serena le dolía el cuerpo de manera deliciosa. Estiró su cuerpo tanto como el peso sobre ella se lo permitió.

-vuelve a dormir bebé- murmuró seiya dejando un beso en la nuca de la rubia.

serena sonrió aunque él no pudiera verla ya que estaban haciendo cucharita, no se había despertado sola, no habían  notas de disculpa de alguien despidiéndose por que le salió una urgencia, Seiya había prometido quedarse y así lo hizo.

El corazón de serena palpitó rápido, emocionado por caer en cuenta de todo lo que había pasado, anoche después de hacer el amor tres veces había caído exhausta, lo último que recordaba era a seiya dejar un beso en su frente y cubrirla con la manta.

-tengo hambre, y no debe ser temprano si el sol entra tan fuerte por la ventana- La habitación de seiya no tenía balcón, pero si una gran ventana que le permitía igualmente ver el mar a lo lejos.

-mmm- acarició el abdomen de serena, su erección mañanera se pegaba entre las nalgas de la rubia, haciendo brincar a esta.

-no hay forma- resongó serena, sin embargo volvieron a entregarse una vez más antes de que ella saliera de la habitación rumbo a la suya.

Estaba a punto de abrir su puerta cuando se encontró con Haruka, quien no podía ocultar la sonrisa de su rostro.

-buenos días- saludó la pelicorto. serena no pudo evitar sonrojarse, Haruka la había visto salir de la habitación de seiya, y a decir por sus propias fachas había sacado sus propias conclusiones. -¿debo anular el servicio de tu habitación si ahora duermes con seiya?- Haruka de verdad se estaba aguantando la risa al ver la cara de la rubia.

Esta iba a responder pero la voz del pelinegro los interrumpió. -¿ya déjala, no ves que está a punto de desmayarse?- este dejò un beso en la sien de serena. -buenos días de nuevo-.

Haruka levantó ambas cejas en asombro y diversión, pero no dijo nada, siguió su rumbo dejándolos solos nuevamente.

Serena soltó el aire que tenía retenido en sus pulmones de manera dramática, seiya la observaba divertido. -no es para tanto- la volvió a besar y volvió a su habitación.

Serena entró a la suya para darse un baño y arreglarse, tenía la cabeza como un nido de pajaros y tenía marcas rojas en su cuello, abdomen y entre pierna.

¿Era un vampiro o que? Se avergonzó furiosamente de su propio cuerpo marcado, seiya le hizo muchas promesas de cama y las cumplió a cabalidad.

Había escuchado alguna vez que los griegos eran insaciables y estaba por asegurar que era verdad, sus piernas temblaron en anticipación ¿siempre tendrían rondas de sexo así de intensas?. Se mordió el labio mientras pensaba en ellos.

Ni si quiera se había detenido a pensar que este era el segundo hombre con el que estaba en su vida ¿como pudo acostumbrarse a la simplicidad de Darien cuando seiya era todo intensidad? Y no hablaba solo de sexo, si no de interés, de ganas de siempre estar con ella, seiya era intrépido y sincero y eso le gustaba más de lo que pensaba.

Bajó las escaleras, había optado por una camiseta oversize violeta y un short azul de jean, no tenía planes pero seiya si iba a dar un toque más tarde en la noche, y ella iba a acompañarlo junto a las demás chicas.

Ella estaba desayunando en la mesa junto a los demás cuando seiya ya vestido bajó al encuentro con los demás, no dudó ni por un segundo en levantar el mentón de la rubia y plantar un beso en esos labios que le gustaban tanto, sin importar que esta estuviera masticando su desayuno, haciendo gemir a los demás en sorpresa, excepto a Haruka que leía el periódico despreocupada.

Metanoía Donde viven las historias. Descúbrelo ahora