—extraño las trenzas de Setsuna— suspiró añorante serena mientras era mimada por su novio en la sala de espera de espera del aeropuerto.
—ahora que lleguemos puede decirle que te haga unas bien hermosas mi amor— Seiya dejó un beso sobre la cabeza de la rubia y la sentó derecha en el asiento de la sala, aún faltaba tiempo para que hicieran el llamado a abordar el avión, pero ellos preferían esperar que llegar tarde.
—date la vuelta— animó el pelinegro.
—¿que?— ella sonrió de vuelta confundida pero igual obedeció.
—voy a hacerte una trenza, así estarás más cómoda— Seiya le soltó el cabello y empezó a manejarlo con sus dedos.
—estás loco— sonrió serena. —¿no ves que estamos en el aeropuerto rodeado de personas?.
—¿a quien le importa donde estemos y cuantos estén al rededor? Hasta donde yo se todo mi mundo está frene a mi, lo demás no me importa.
Serena se sonrojó hasta las orejas y recibió un abrazo por su espalda.
—ven muñeca tendrás tu trenza lista en un minuto— en realidad fueron varios y no quedó muy pulida que se diga, era una trenza básica, los cabellos delanteros de serena aún caían algunos a los lados, pero para ella esos eran los detalles que la hacían amar a ese hombre.
—te amo— le salió rápidamente al mirar a Seiya.
—voy a decirle a Setsuna que me enseñe a hacer trenzas si escuchar esas palabras será mi pago— Seiya no dudó un segundo en dejar un beso sobre los labios de su novia, algunas personas miraban raro, más que todo los japoneses, los otros turistas que estaban a punto de viajar no le daban importancia al asunto.
—quería ver con mis propios ojos que te largabas y espero nunca mas vuelvas— Rei interrumpió rompiendo la burbuja de amor y felicidad que envolvía a la pareja.
—me alegra que te alegre— la verdad es que ellos llevaban una semana en Japón, fue una semana muy dura para la pareja, a serena le costó recomponerse, animarse, dejar de llorar, aceptar sin entender todo lo que estaba pasando, Seiya estaba dispuesto a apoyarla y esperar hasta que se animaran a viajar de nuevo a Grecia; no dudó ni un segundo en comprar tiquetes, cuando ella dijo que ya se sentía lista para irse del país, y quizá no volver nunca. Pero estaba cansada y cero dispuesta a soportar más insultos.
—eres una...
—Reí, ¿eres Rei cierto?— la mujer de cabellos largos y negros no respondió, pero eso no fue impedimento para que Seiya siguiera tratando de hacerse entender. —¿por que no te largas de una buena vez?, no nos importa que estes aquí, debes estar bien frustrada con la vida como para querer desahogar tu odio contra alguien que nunca te hizo nada, ¿no te bastó con meterte en la cama del prometido de una de tus mejores amigas?.
—eres un estúpido, como te atreves?— Reí estalló en cólera y levantó la mano para abofetear a Seiya pero este se lo impidió sosteniendo la mano que ya estaba muy cerca de su rostro.
—tú no vas a tener más la osadía de insultar o golpear serena o a mi, se te acabó el jueguito niña— ya algunas personas estaban atenta a la discusión.
—¡voy a quemarte ya mismo, ustedes me la van a pagar!— vieron como las demás chicas llegaron corriendo al encuentro.
Serena se puso al fin de pie, no se había animado a meterse en la acalorada discusión, pero hay límites para todo y Rei los estaba sobrepasando todos.
—¿tú crees que puedes atacarme a mi o a Seiya y que no tenga consecuencias?— serena suspiró molesta y fastidiada de todo. —debo decirte que estamos bajo el cuidado de la luna Rei, no quieras meterte en problemas, pero igual creo que no te has dado cuenta— bajó la voz. —todas están destituidas de sus cargos, no confio, ni madre no confía en ustedes para cuidarme y cuidar el milenio de Plata, a partir de ayer por la noche dejaron de ser sailor guardianes y son personas ordinarias, espero que eso las haga felices.
—¡QUE ESTÁS DICIENDO!— Mina se alteró. —soy la líder y no hay decisión que se tome sin mi consentimiento.
—soy la princesa, creo que eso se les olvidó hace tiempo, su misión era protegerme y proteger el milenio de Plata, ustedes eran princesas de sus planetas y eso no les fue suficiente, al final del día nos ganó la humanidad, y eso está bien, ya tomé la decisión, no hay derecho a protestar, solo Amy sigue a mi lado, ustedes pueden irse y ser felices.
—¿que está pasando aquí?— como si no fuera suficiente Darien llegó a la escena con un ojo morado.
—mi amor— Reí se acercó tratando de tocar la mejilla de Darien pero este la rechazó echando su rostro a un lado.
—lo único que me duele de que tengas ese ojo morado, es que no fui yo— se burló Seiya de la situación.
—ja, ja— río Darien sarcástico. —serena, yo quería darte esto— Darien miró hacia atrás y Kenji apareció casi corriendo, con la mano vendada y limpiándose algunas gotas de sudor.
—papá— sollozó la rubia y su padre no dudó en abrazarla con fuerza estrechándola en sus brazos.
—hija, no sabía que estabas aquí, no me habían contado las cosas correctamente, por lo menos este idiota me dio la cara y dijo la verdad, no sé qué entendió tu madre, pero eres mi pequeña y no quiero perderte— se separó de su hija y le limpio las lágrimas con sus pulgares.
Mientras todo eso pasaba, Amy había invitado/empujado a las demás chicas para que se fueran, ya no tenían nada más que hacer ahí, excepto ella que estaba a punto de irse con la rubia hacia tierras nuevas para ella.
—estás aquí, es lo que me importa papá— Seiya suspiró aliviado al ver que su novia por fin recibía algo de felicidad de lo que él llamó tierras malditas.
—perdóname, siempre me dejé llevar de las palabras de tu mamá, le creí ciegamente pero ya no más, si ella se quiere quedar molesta y perder una hija, es su asunto, yo no estoy dispuesta a perder a uno de mis hijos, prometo ser un mejor padre de ahora en adelante, y tú hermano también te manda saludos, sabes que está en el internado y no pudo venir.
Serena asintió a todo, feliz y tranquila, le presentó a Seiya a su padre y este le pidió encarecidamente que volvieran pronto y que cuidara de su hija.
—siento que ese golpe no fue suficiente— murmuró Kenji mirando a Darien con resentimiento.
—¿cierto que no?— Seiya se acercó y le acertó un golpe en el otro ojo haciendo que Darien cayera al suelo en una queja, pero sin intención de defenderse.
—ahora si me siento bien— Serena se acercó a ayudar a levantar a Darien, Seiya por ningún motivo se sentía celoso, él conocía el corazón altruista de su amada noviecilla.
—Darien, se feliz con Rei, yo les deseo lo mejor del mundo—. La rubia sonrió para Darien y el corazón de se estrujó en arrepentimiento y amor.
—hemos terminado, yo te voy a amar toda la vida serena, no creo poder ser feliz con alguien más.
—bien— se escuchó el llamado a abordar el avión por los altavoces y Seiya no dudó en separar a serena de Darien. No era celoso pero tampoco podían abusar de su confianza.
—espero puedas resolver tu vida— serena abrazó a su papá y se despidió con la mano de Darien.
La despedida fue agradable al final de todo, y Amy, serena y Seiya abordaron el avión que los llevaría nuevamente a su hogar.
Aunque para Seiya, su hogar era cualquier lugar donde estuviera Serena.
Capítulos finales 🩷

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Metanoía
Fiksi Penggemarmetanoía (griego). el proceso de transformación que cambia la forma de pensar, sentir, de ser o de vivir de una persona... Serena está cansada, la luna sabe que ha dado todo por salvar a la humanidad y defender el milenio de plata... después de la...