Pensar en que se puede ser todo y hacer todo es un posible casi imposible y serena estaba aprendiendo duramente que no podía cargar el mundo sobre sus hombros, que no podía sostener a todos cuando ella no tenía fuerzas para sostenerse así misma.
Hoy le pareció extraño despertar y verse envuelta firmemente en los brazos de su prometido.
Este solía hacer eso antes, muy frecuentemente, cuando todos reían por que estaban que viviendo juntos antes de casarse, aún cuando no era cierto; siempre se justificaban alegando que el apartamento de Serena estaba más cerca de la clínica y él estaba tan cansado que prefería manejar hasta ahí.
Era común para serena escucharlo por la madrugada, sentir la presión al lado de su colchón y luego sentir la calidez de su amado cuando la abrazaba y sus cuerpos se amoldanan en perfecta sincronía.
Hoy le sorprendió verlo ahí, le confundía tanto sus acciones ¿por que hacia esto si también hacia aquello?.
Aún así no ilusionó, no dudaba que Darien la quería, él lo hacía, pero en algún momento ese amor desistió dentro de él que no pudo fingir más.
Él no la amaba, era una verdad que la golpeaba cada día, Darien no era más suyo y ella no podía continuar así.
¿Lo amaba? Con todas las fuerzas de su ser, tanto que era incapaz de odiarlo o negarle el perdón que ni si quiera le había pedido.
Así mismo con todas sus amigas, quizá ella fue la culpable de todo, se cuestionada cada instante, quizá fue muy intensa, o a lo mejor fue por esas épocas que tenía miedo de todo y lloraba mucho.
No lo sabía.
Solo quería que todos fueran felices...
¿Entonces que hacia Darien aquí haciendo aletear su débil corazón?.
Se removió mirando el reloj en forma de gato en su mesa de noche, eran las seis treinta de la mañana y no tenía idea de a que horas Darien había entrado y acostado en su cama, quizá no lo sintió por que ya no lo esperaba.
Salió de la cama dejándolo dormir un rato más, mientras se duchaba y preparaba un desayuno rápido para ambos.
Estaba en la cocina, recostada al mesón de granito blanco con una taza de café y los pensamientos dando vueltas en la cabeza.
-buenos días- Darien salió de la habitación ya listo y arreglado, se sentó en una de las bancas del mesón que tenia función de comedor si lo que querías era comer ahí mismo.
-buenos días- ella sonrió amable mientras le servía café y lo dejaba frente a él. -no pensé que vendrías, hace tiempo no lo hacías-. Rompió el silencio entre ambos haciendo que Darien levantara la cabeza de su móvil de la clínica.
-no veo por qué te sorprende, siempre lo he hecho para no manejar a mi apartamento- ¿acaso él no se daba cuenta?. Pensó la rubia.
-aquí tienes- colocó sobre la mesa el desayuno, solo eran huevos, pan tostado y algo de fruta. - debo hacer algunas cosas hoy, ir a la universidad y...
-¿no vas a desayunar?, serena debes alimentarte bien, gastas mucha energía con el baile y presiento que estás gastando más calorías de las que consumes, estás algo delgada.
Lo había notado, pero eso no cambiaba nada. -¿Sabes Darien? Siento que últimamente me desconoces, no sé, estás bastante distanciado.- la rubia se acercó dejando un roce de sus labios sobre los contrarios. -voy a alistarme debo salir pronto.
Darien solo pudo parpadear un par de veces, antes de caminar a la habitación tras serena, abrió la puerta despacio, la rubia estaba trenzando su cabello frente al espejo.
Darien se acercó y posó sus manos en los pequeños hombros de su prometida conectando miradas frente al espejo.-sigues igual de hermosa que cuando nos conocimos, no, me corrijo, estás más hermosa ahora, todas tus etapas son preciosas Serena- le sonrió y ella solo pudo mirarlo detenidamente por unos segundos terminando de atar un lazo en su cabello.
-¿sabes? Yo solo deseo que tú y todos los que amo sean felices por siempre- giró sobre sus talones y levantó su rostro para poder mirar a los ojos al hombre que amaba pero no le pertenecía.
-has estado rara últimamente nena, me estoy empezando a preocupar por ti.
-no deberías- la rubia fue la primera en cortar el contacto entre ambos para colocarse unos tenis en tonos pasteles, hoy llevaba un short blanco y un gran hoodie amarillo pastel- recuerda que soy la misma que ha muerto y vuelto a la vida por salvar a los demás- no había malicia en sus palabras, pero el cansancio a veces nos hace decir lo que tenemos atorado desde hace tiempo.
-lo se, pero siempre has sido tan buena, tan dulce que pareces frágil y a veces lo olvido serena, no lo tomes a mal, solo quiero lo mejor para ti- Darien se acercó a la rubia dándole un abrazo antes de que ambos salieran de la habitación.
-lo se, todos creen que soy tonta por eso, por amar a lo demás incluso más que a mi.
-no digas esas cosas serena, no es así. ¿Que te pasa? Tú no eres así, ven vamos a desayunar con los demás, no voy a estar tranquilo si no veo alimentarte.
Serena asintió desganada, dejándose hacer y guiar, ya en el restaurante de Andrew recordó el tiempo que trabajó ahí, gracias a ello tenía bastantes ahorros, más lo que sus papás le mandaban para su manutención y universidad.
La rubia los escuchaba a todos hablar, pero realmente no estaba muy pendiente de lo que hablaban, quizá era el sin sabor de saber que ya no encajaba ahí, con las demás, que ya jo era bienvenida a lo que un tiempo fue su lugar seguro.
-¿tampoco vas a comer aquí?- fue la voz de Darien quien la sacó de sus cavilaciones perpetuas.
-te dije en casa que no tenia hambre, pero tu insististe en venir aquí- el silencio reinó en lugar, esas respuestas no eran usuales en Serena, que era puro amor con todos, por lo tanto todos quedaron sorprendidos.
-bien, vamos a ir a la clínica y te vas a realizar esos exámenes, la falta de apetito y cambios de humor no son normales- de un momento a otro solo eran ellos dos medio discutiendo, todos estaban atentos a la conversación ajena.
-ya te dije que no estoy embarazada Darien, no insistas, solo estoy cansada- Serena no era grosera, no hablaba en mala tónica, solo estaba cansada de saber que no era bienvenida, que todos fingian por el bien de la humanidad, cansada de sentirse culpable de todo lo que estaba pasando.
-¿que?- Reí que llegaba con una bandeja y su desayuno quedó pasmada ante lo que escuchó.
-Darien cree que Serena está embarazada- esta vez fue Mina quien repitió la información para la pelinegra que miraba de un lado a otro observando a ambos.
-serena ¿estás embarazada?- Reí al fin se animó a acercarse dejando la bandeja sobre la mesa y tomando asiento para no desplomarse.
-ya dije que no lo estoy, Darien es él que insiste, quizá quiere ser padre, pero no lo estoy y ahora debo irme- tomó al fin sus cosas y abandonó el lugar tomando rumbo hacia la universidad, tenía mucho que hacer hoy.
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Metanoía
Fiksi Penggemarmetanoía (griego). el proceso de transformación que cambia la forma de pensar, sentir, de ser o de vivir de una persona... Serena está cansada, la luna sabe que ha dado todo por salvar a la humanidad y defender el milenio de plata... después de la...