Capítulo 14

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— ¿Por qué no le dijiste lo que esa idiota te hizo?—pregunta Pericles desde el umbral de la puerta, había sido testigo minutos antes como su hermana se inventaba una discusión tonta entre ella y la rubia estúpida que tenía de novia, tuvo que aguantar callado para no decirle la verdad a la pobre señora, él sabía lo que Enid le había hecho a su hermana, de hecho toda la escuela lo sabía.

— No quiero mas peleas, ni mas dramas.—suspira pesadamente mientras voltea a ver a su hermano, hay algo que no le gusta, y esa es la mirada de lastima que le pone, que le ponen todos desde que se enteraron— Solo déjame en paz.

— ¿Por qué no le dices a papá que te cambie de escuela?

— Te he dicho que me dejes en paz.—dice seca, volviendo su atención a su portafolio, escucha como su hermano se aleja hasta dejar de escuchar sus pasos y vuelve a suspirar, mira agotada hacía su cama y luego a la ventana, se concentra en esta unos segundos mas, hasta que su mente trae de nuevo la imagen de Enid subiendo por ahí, agita la cabeza y vuelve a mirar el portafolio. 

Enid, sentada sobre sus piernas y mirando atenta a su madre, escucha a esta relatar la historia que aparentemente le ha inventado la morena.

— No puede ser que se peleen por algo tan tonto, y que tu hagas nada.—dice exasperada mirando con enojo a Enid quien solo levanta los hombros, Isabel trata de no reírse pero no puede evitarlo— Cómprale rosas, o sus chocolates favoritos.—dice su madre emocionada pero al ver la cara de Enid, quien ha tragado en seco cuando escucho la mención hacía los chocolates favoritos de la morena, se asombra— ¿No le gustan las rosas? 

— De hecho si le gustan.—dice Enid mirando a su hermana quien se encoge de hombros— Pero no creo que sea buena idea ahora mamá.

— ¿Por qué no?—pregunta su mamá confundida— Acabas de decir que si le gustan, yo creo que sería un bonito detalle, ¿Verdad, Isa?—pregunta a la menor.

— Yo creo que ellas dos deben arreglar sus cosas como mejor les parezca.—dice con un tono de voz tranquilo haciendo que su madre la mire enarcando una ceja— Si ella cree que no es buena idea ahora pues es mejor que ella decida.

— Deberías tener algún detalle con ella después de lo que hiciste.—dice la madre ignorando a la hermana menor para volver a poner la atención en su hija mayor.

— No.—dice Enid levantándose para empezar a caminar hasta su habitación— Isabel, no me sigas.—acelera el paso al percatarse que su hermana esta detrás de ella, cuando llega hasta la habitación enciende su celular, mira de reojo la puerta para asegurarse que este cerrada y llama a su primer contacto quien sorpresivamente le contesta al primer tono— ¿Yoko?

— ¿Eres idiota?—pregunta la pelinegra al otro lado del teléfono— ¿Por qué recién apareces? y ¡¿Por qué le dijiste a tu hermana que no me dejara pasar?!

— Lo siento.—dice— No quería hablar con nadie.

— Olvídalo.—suspira pesadamente— ¿Cómo estás?

— Me bloqueo de todos lados, Tyler no la deja ni un minuto sola, y en su casa su hermano es su perro guardián.—dice con agobio esperando que su amiga diga algo pero esta no dice una sola palabra— Dime que hacer por favor.

— Solo déjala en paz.—el tono de voz que ha usado Yoko le duele a la rubia quien solo baja la mirada— No creo que debas molestarla ahora, solo espera que acepte tus disculpas y te salude por navidades.

— ¡No quiero que me salude solo por navidades!—grita Enid— ¡Ni siquiera me he disculpado!

— ¿Cómo?

— No tuve tiempo, te estoy diciendo que no puedo acercarme a ella, y no tengo acceso a ninguna red social.—mira de reojo la ventana con la esperanza de encontrar algo ahí, pero nada.

— Quizás no quiere que te disculpes.—traga seco esperando que la rubia diga algo pero esta parece haberse quedado atontada— ¿Ocurre algo Enid?

— Solo pensaba en ir a buscarla.—la rubia camina hasta su cama para lanzarse sobre ella— ¿Tu crees que de verdad no quiera hablar conmigo nunca mas o solo es cuestión de tiempo?

— La humillación fue grande.—suspira Yoko— Yo creo que es mejor que no la busques por el momento.

— Mi mamá quiere que le regale rosas.—ríe un poco— Al parecer todos en casa sabían que era mi novia.—dice aun riendo y mirando hacía el techo.

— ¿Cómo es eso?

— Dejaré que Isabel te cuente de su propia boca.—suspira— ¿Vienes a dormir a mi casa? me haces mucha falta.

— Llegaré en unos minutos.—dicho esto cuelga la llamada y Enid vuelve a quedar en completo silencio en su habitación, trata de no pensar demasiado en Merlina mientras espera que Yoko aparezca en cualquier momento en la puerta de su habitación. 

Pero a cambio de unos minutos en vez de ver a la pálida de su amiga en el umbral de su puerta ve a su hermana menor cruzada de brazos y con una mirada que si matara ya estaría bajo tres metros de tierra.

— No creo ni un poco lo que dijo Merlina a mi mamá, y mucho menos después de ver tus caras de sorpresa.—dice exasperada— ¿No vas a contarme? 

— No es algo que quieras saber, te lo aseguro.—resopla— Y no es algo de lo que este orgullosa de contar.

— Por mi mente pasan muchas cosas en este momento.—dice tranquila— No creo que seas una mala persona Enid, ¿Qué tan malo pudo ser lo que hiciste como para que no se pueda arreglar con flores y chocolates? 

— Te sorprenderá saber que la mayoría de veces nada se arregla con flores y chocolates.—da un fuerte suspiro antes de empezar a decir— La engañé, estuve con ella por una apuesta con Xavier, se entero de la peor forma y ahora me odia.—suelta todo en una sola frase rápida, casi no permitiéndole a Isabel procesar lo que estaba escuchando.

— ¿Qué?—es lo único que sale de los labios de la menor de los Sinclair, no dice mas, concentra su vista en la pared pintada de rosa de su hermana durante unos minutos, Enid también se mantiene en silencio con la cabeza escondida entre unas almohadas esperando que su hermana vuelva en si y se desate un infierno.

Nuevo cap, espero les guste. 



Normies - WenclairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora