9. El brillo de tus ojos

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Una sonrisa sincera con llena de felicidad el corazón, ser sinceros en cara momento nos da seguridad en nuestro interior, entender que primero vamos nosotros nos devuelve eso que nunca debemos perder, nuestro valor como persona.

-No he mentido, Ariana es mi mejor amiga, aparte estoy a tiempo-Suspiro, aún aturdida por todo lo que ha ocurrido, alzo la mirada observando a esos hermanos que conversan unos pasos más allá.

-Sorpresivo, ¿cierto? -Asiento con una nimia sonrisa- ¿Puedo sentarme a tu lado? -Pregunta Mauro, vuelvo a asentir y él coloca ambos refrescos en el suelo. -Ten, tienes un poco de lodo en el rostro-Sostengo con cuidado el pañuelo que Mauro me ofrece y tanteo mi rostro confundida.

-Gracias-Respondo limpiándome la cara muy rápido-Creí que conocías al hermano de Miri-Susurre observándolo-La lavaré y te la devolveré limpia-Indico doblándola en cuatro el pañuelo y él asiente sonriendo.

-Cuando éramos pequeños lo conocí, tal vez no lo recuerdas, pero llegué el mismo día que Miri al orfanato, los tíos de ellos se llevaron a Gustavo por ser el mayor y el resto de la historia ya lo sabes-Asiento sorprendida, eso no sabía.

Observo a esos hermanos que se abrazan mientras que el mayor acaricia el cabello de su hermana.

Escucho que alguien carraspea y ambos nos colocamos de pie al ver las siluetas en el suelo.

-Tú debes ser Mauro-El mencionado asiente y Gustavo lo observa cruzando los brazos, el pelinegro traga saliva sin dejar de observarlo.

-Lo espantas, Tavo -Replica Miriam y yo solo los observo.

-Él no luce espantado, aparte, él no es Franco-Eso último intento susurrarlo ganándose un pisotón de mi mejor amiga-Con más cariño si puedes, lo lamento soy Gustavo, el hermano mayor de Miriam-Extiende su mano y Mauro imita su gesto y ambas sonreímos observando la escena.

-Ven aquí pequeña-Miriam me susurra jalándome del brazo un poco más lejos de ambos chicos que parecen conversar.

- ¿Qué pasa?-Pregunto observándola.

- ¿Cómo conociste a mi hermano?-Pregunta con una sonrisa, mis recuerdos vuelan trayendo aquella escena del robo de hace unos minutos y la manera en que él me ayudo. -Uy esa sonrisa-Me molesta y yo niego con la cabeza.

-No estaba sonriendo, solo... me ayudo con algo-Susurro observándolo y como si sintiera mi mirada me observa sonriendo.

- ¿Te parece guapo?-No logro escuchar con claridad lo que Miri dice, pero cuando nuestras miradas se cruzan solo asiento.

-¿Qué? -Pregunto dando brinco cuando observa que sonríe con picardía.

-Ven, vamos, igual serás una buena cuñada-Trato de negarme, pero me sostiene de la mano y literalmente me arrastra hacia Gustavo y Mauro.

-Tenemos gustos diferentes.

-Sí, creo que sí.

Ambas nos observamos confundidas al ver que los chicos desvían la mirada hastiados.

-Okey, eso fue extraño-Respondemos ambas en unísono.

-Oh, miren el arcoíris en el cielo-Trato de hacer lo que Mauro indica, pero los rayos tan fuertes del sol me ciegan, suele agradarme más el frío que el calor. Miriam se acerca a Mauro y ambos sonríen observando eso en el cielo, achico los ojos curiosos, en estos veinte años jamás he observado eso, no es muy frecuente en mi ciudad.

-Solo obsérvalo de este lado-Me siento nerviosa cuando siento que alguien está cerca de mí, giro la mirada al escuchar esa voz, Gustavo coloca su diestra cerca de mi rostro y al sentir un aroma cítrico lo observo confundida- ¿Ahora logras verlo? -Pregunta, alzo la mirada hacia el cielo, siete colores intensos brillan, asiento con una sonrisa.

A segunda vistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora