Prefacio

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En algún mes del 2023

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En algún mes del 2023

Abro muy despacio la ventana de madera de la biblioteca de mi casa, tratando de hacer el mínimo ruido posible, como si de un pequeño ratón escurridizo se tratara.

—¡Valentina donde estás! —Doy un brinco en mi sitio al escuchar el grito de mi madre, suspiro molesta y cierro la ventana muy rápido. —Valentina, espero que no estés en el sótano otra vez—Sacudo mi ropa muy rápido y subo las escaleras para el primer piso, abro la pequeña puerta echada de madera y con mi pie deslizo la alfombra tapando la puerta y corro hacia mi madre.

—Hola, mami—Saludo con una sonrisa ladina, mi madre me observa enarcando una ceja sin dejar de observarme de pies a cabeza—No estuve en el sótano por si preguntas—Cubro mis labios al ver qué sola me he delatado, ella palmea muy despacio sobre el mueble de la cocina.

—Valentina, en esa vieja biblioteca no hay nada importante que una niña de trece años pueda necesitar, solo algunos animales que están esperando por salir, tenemos otra biblioteca en el segundo piso, ¿Qué estabas buscando? —Me pregunta mi madre cruzando los brazos.

—Es que necesito información de la época de los dos mil—Respondo recordando la tarea de historia que nos dejó la maestra.

—Para eso está la computadora, puedes revisar tantas páginas y sacar información necesaria —Niego con la cabeza dramáticamente.

—No mami, la maestra fue muy clara con sus palabras y la cito —Toso dramáticamente para intentar darle seriedad al asunto—"Jóvenes ya están en primer grado de secundaria, no deben dejarse influenciar por todo lo que ven en internet, los libros siempre serán la mejor herramienta del conocimiento" —Trato de imitar la voz de mi maestra Gladys y mi madre me observa entrecerrando los ojos.

—Es la verdad, mi papi me dijo, que en el sótano él tenía los libros que usaba en ese tiempo, cuando estaba en la universidad, subrayados y resumidos, me ayudarían mucho—Indico, mi madre relaja su rostro y yo sonrió intentando convencerla.

—De acuerdo, pero ten cuidado, tu papá llegará en tres horas, cuando eso pase, subes para que limpies tu habitación, iré al mercado por algo de verduras y frutas para la despensa, no hagas un desastre ni rebusques cosas innecesarias, ¿Lo prometes? —Asiento, dejo mi mano izquierda detrás de mi espalda y cruzo mis dedos mientras que con la derecha entrelazo nuestros meñiques—Bien no tardaré, ve a hacer esa investigación. —Asiento emocionada, pero mi madre me detiene.

—No entres por la ventana, aquí está la llave, primero abre la bóveda de atrás, encontrarás linternas y trapos limpios, enciende el foco que aún debe funcionar y saca los libros que necesites y la vuelves a cerrar, ¿De acuerdo? —Asiento no muy convencida, mi madre deposita un beso en mi frente y observo como esta mujer de cuarenta años, de bella cabellera castaña sale de casa con un vestido muy bonito de color celeste.

Me asomo a la ventana de la cocina y le sonrió al ver como se aleja.

Minutos después bajo hasta el sótano e intento abrir la puerta de la bóveda con las llaves que me dio.

A segunda vistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora