13: Entonces la decisión es tuya

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El corazón es nuestro órgano mas preciado, el que nos permite seguir viviendo, pero también es el que mas siente y cree que nuestras emociones son verdaderas

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El corazón es nuestro órgano mas preciado, el que nos permite seguir viviendo, pero también es el que mas siente y cree que nuestras emociones son verdaderas. Cuando el corazón esta confundido no podemos pensar con claridad ni menos avanzar hacia nuestras metas, debemos estabilizar nuestros sentimientos y seguir creyendo que nuestros sentimientos siempre nos guiaran.

—Deja de comer caray—Miriam me da un manotazo suave cuando trato de agarrar otra fresa del plato que estamos compartiendo en su habitación. —Ahora dime que te preocupa.

Desvió la mirada y suspiro muy despacio para luego observarla en silencio, pero ella me mira de forma intensa.

—Nada—indico con desdén.

—Ariana Daniela eres una mentirosa—Me regaña y yo cruzo los brazos ofendida.

—No, mi segundo nombre, pero si tienes algo de razón, no es un problema como tal solo... —Dejo de hablar intentando ordenar mis ideas, pero ella me sonríe y me observa con atención.

—Que te gusta Gustavo y Enrique también ¿Cierto? —asiento confundida.

—Maso menos así, pero es mas complicado—me dejo caer sobre su cama e inhalo profundamente.

Se recuesta a mi lado y asiente en silencio.

—Se que quizás no quieres contarme porque mi hermano está en medio, pero antes de eso eres como una hermana para mí, recuerdas que hace varias semanas me diste un consejo sobre el tema—Asiento entre risas y ambas entrelazamos nuestras manos.

—Miri, no se como poner en palabras mis emociones, hace unos meses no hubiera dudado en decir que quiero a Enrique, pero cuando apareció Gustavo en mi vida, me mostro algo que no conocía, seguridad. —Confieso sincera y ella me sonríe con dulzura.

—Quedo claro que soy Team Gustavo, pero aja, separemos el tema familiar—Asiento observando el techo. —Enrique es un idiota que solo aparece para elevarte al cielo y luego dejarte caer con mas fuerza—Bajo la mirada y cierro los ojos haciendo que mi mente recrea todos esos años que solía esperarlo.

—¿Y Gustavo? —Pregunto observándola, ella me sonríe y yo siento mi cara caliente.

—Tú tienes la respuesta a eso—Susurra y aun con los ojos cerrado dejo que mi mente me siga guiando, por más que intento recordar algo malo en él, nada aparece. —Él es calma en tu vida, la manera en que sonríes me lo confirma—Indica y suspiro con pesar.

—¿Es como Franco y Mauro para ti? —Pregunto observándola y ella asiente suspirando con pesar—¿Cómo terminamos así? ¿Si siempre estábamos solas? —Pregunto confundida.

—Jamás hemos estado solas, solo que nos gustaba escondernos en una pequeña burbuja bien chiquita, donde la ausencia de los que partieron solía atormentarnos—Sonrió al ver la profundidad de sus palabras.

A segunda vistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora