¿Seductor?

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En ese momento, la escena erótica que Elena estaba presenciando fue reemplazada con la hermosa cara de Holden.

─ Señora Lu, puedes acercarme los cigarrillos.

Elena sintió que había sido descubierta, con vergüenza, se acercó a la ducha para darle la caja; pero Holden fue más rápido, a la velocidad de un rayo, él había tomado a Elena de la muñeca, lo que la obligo a ella a mirarlo a los ojos.

─ Encontré mis cigarrillos.

El prolijo cabello del hombre estaba mojado sobre su frente y lucía excepcionalmente joven y guapo, parpadeó sintiéndose perpleja.

─ ¿Qué estás haciendo? Ya tienes tus cigarrillos, puedes dejarme ir.

También Holden se sentía perplejo con la belleza de su esposa, el color de su pijama le sentaba tan bien a su piel blanca...

─ ¿Qué crees que quiero hacer?

Y mientras decía esas palabras, tiro de ella hacia dentro, pero Elena rápidamente puso fuerza, negándose a entrar.

─ Ya me di una ducha, no necesito otra.

─ Lo sé.

Bajando el tono de su voz, para hacerla sonar más seductora, quería darle la confianza suficiente. La miro fijamente y con vehemencia.

─ No te haré daño, solo necesito que me frotes la espalda.

Elena no era tonta, lo de los cigarrillos y lo de frotarle la espalda solo es un pretexto para que entre con él a la ducha.

─ Sabes que no solo quieres que te frote tu espalda, aún soy virgen ¡debes esperar un poco más!

Esas situaciones la dejaban ansiosa y no le permitían verlo a los ojos; pasaba con Holden, mientras más tímida la veía, su corazón se aceleraba al máximo.

Holden trabajaba duro para conseguir un abrazo o alguna muestra de cariño de su esposa y no quería obligarla a tener sexo con él, aun cuando fuese una obligación como marido y mujer. Trago fuerte y al hablar sonó.

─ ¿Entonces debo esperar más tiempo?

─ ¡Sí!

Holden la soltó y Elena solo pudo agradecerle con la mirada, así fue como ella aprovecho para salir del baño; él solo la vio desaparecer, al final, es su dulce esposa, solo quedaba acatar sus peticiones y consentirla.

Después de un rato, Holden salió de la ducha y observo que Elena estaba sobre la cama leyendo un libro de medicina, arrugo un poco la nariz y le arrebato a su esposa su adorado libro.

─ Señor Lu, ¿ahora que estas planeando? ¡Devuélveme mi libro!

Elena se acercó a él para traer de vuelta su libro, justo se lo vino a quitar en un tema interesante y no quería perder la página. Holden en su lugar, levanto la mano, sus labios se curvaron en una sonrisa...

─ Si quieres debes conseguirlo, aunque con esos brazos cortos, creo que será difícil.

¿Qué ha dicho?

Jamás se habían burlado del físico de Elena y con más razón se acercó al hombre para recuperar su libro.

─ No debes subestimar las habilidades de una persona con brazos cortos.

Y así, se internaron en una lucha por el libro de medicina. Elena se había montado sobre él; mientras que Holden apoyaba su espalda en la pared, con una mano sostenía a Elena y con la otra el libro. Su esposa ni siquiera había tocado una vez el libro, pero seguía intentando.

─ Señora Lu, creo que es suficiente. Si sigues frotándote así en mi cuerpo, no podré responder a mis instintos.

Solo entonces Elena descubrió en la sensual posición en la que se encontraban, se congelo de inmediato y una vez más (tarde) había descubierto el plan de Holden para acercarse a ella, así que lo golpeo.

─ ¿Por qué eres así?

Holden tiró el libro sobre la alfombra.

─ ¡Mi libro!

Elena se apresuró a recogerlo, pero Holden la abrazo para que no se pudiera escapar.

─ Señora Lu, ¿en serio planeas pasar toda la noche leyendo un libro sobre medicina? ¿estás consciente de mis necesidades o acaso solo me tienes como decoración?

─ ¿No dijiste que me ibas a esperar?

─ Así será, pero estoy indignado. Estudias todo el día esos libros de medicina con tanto interés, ¿tu esposo no es interesante? A mí igual me puedes estudiar, no te das cuenta que me he sentido mal recientemente.

Elena se asustó, ¿estará a punto de tener un cambio emocional?

─ Dime, ¿qué te está sucediendo? ¿Tienes calentura?

Ella toco su frente, no tiene calentura.

─ Una parte de mi cuerpo duele, si no estás no hay tanto problema, pero cuando te veo, duele mucho.

Elena frunció el ceño y le agarro la muñeca, Holden retrajo la mano, pero ella rápidamente lo tranquilizó. Al comprobar que su pulso estaba bien, lo miro dudosa, entonces Holden tomo su mano y la llevo a su cadera.

─ Debes echar un vistazo para comprobar que todo funcione bien.

Y como si hubiesen encendido una luz, Elena lo supo. Al retirar su mano, roso sus dedos con el tonificado vientre de su esposo, recibiendo así una descarga eléctrica.

─ Creo que debería irme lejos, no soporto verte sufrir con mi presencia.

Holden la encerró en sus brazos y susurro junto a su oído.

─ Señora Lu, mi querida esposa, no podría vivir sin ti.

Elena se sonrojo, muchos pagarían por ver al gran líder de una generación rogar por atención a su esposa. Escucharlo decir que necesitaba de ella, de alguna manera debilitaba a Elena.

La novia sustituta del millonario, pt. 1 (Continuación)Where stories live. Discover now