Capítulo 1

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Atención, todos los escenarios que se describan no son reales.
Y si se menciona alguna ciudad/pueblo real y una calle que no existe, reitero, nada es real.

Una pareja feliz, de clase alta.
La mujer era diseñadora de vestidos de bodas, y él hombre, era doctor y dueño del mismo hospital donde trabajaba.

Dos años después de estar casados, decidieron que sería buena idea tener a un bebé que les iluminara los días oscuros, que les sonriera cuando se divirtiera, así tuvieran que cambiar pañales y cambiara sus vidas completamente.
Un pequeño bebé que vieran crecer para convertirlo en alguien del que se sintieran orgullosos, que lo vieran cumplir todas sus metas y sueños, alguien que fuera su soporte.

Después de haber nacido el pequeño Jeon Jungkook, la pareja decidió que sería buena idea irse a vivir donde vivía la madre de la señora Jeon.

June Lake, hermoso pueblo con una naturaleza realmente hermosa.

Y la calle en donde los vecinos eran familia, donde los niños podían salir a divertirse sin miedo o preocupaciones, siempre y cuando hayan terminado su tarea.

Llamada Avenida 87, donde los miedos no son impedimentos para dejar de seguir a las estrellas.

Jungkook al estar enfrente de la casa de su abuela se sintió nervioso.
Nunca la había visto más que por videollamada, ¿se sentiría bien al estar abrazandola? La verdad es que nunca sintió aprecio por nadie, por sus padres sí, ellos lo amaban y él a ellos también. Eran su mundo después de todo.

Entró y recibió un gran y fuerte abrazo por parte de su abuela.

— ¡Oh mi niño eres demasiado alto! Como tenía ganas de conocerte en persona... ¡Hija mía! —fue hacía su hija y la abrazo de igual manera, igual con su yerno.

El día pasó rápido y como era muy tarde iban a quedarse a dormir ahí, mañana en la mañana irían a la casa que compraron para quedarse a vivir en ese lindo pueblo.

10 p.m y Jungkook no podia dormir.
Así que decidió abrir la ventana para admirar las estrellas, creía que cada una de ellas eran personas que ya habían fallecido y se convirtieron en estrellas. Cuidaban de su familia desde arriba e iluminaban el camino de la gente.

Bajó la mirada y se encontró con un niño de más o menos de su misma edad, caminando en la oscuridad con sigilo.

Él niño lo miró y le sonrió, y se fue corriendo hasta llegar al bosque.
Jungkook se asustó de que algo le pasara, ya que, había un lago y podía caer.

Lo bueno era que su ventana tenía la manera de salir, el árbol aún lado lo hacía fácil. Bajó por ahí, y al estar en el suelo empezó a correr en busca del niño.

Es extraño, él no se preocupaba por nadie, era rara vez que lo hacía, y ni siquiera conocía al chico, pero en su sonrisa había algo, algo que le hizo sentir... Algo que aún no tenía nombre, para él.

Corrió y corrió pero no había nada y más que estaba demasiado oscuro. No podía ver bien.

De pronto, oyó una rama romperse detrás de él, volteó rápidamente y ahí estaba. Sonriendo tiernamente, con su vestimenta blanca, cabello rubio y sonrisa cuadrada, sus manos detrás de él.

— Que bueno que veniste, te estaba esperando. —Jungkook lo miró confundido. Él rubio se dió la vuelta y empezó a caminar. Jungkook no sabía qué hacer ¿debía seguirlo? ¿O volver a su habitación?
La segunda opción suena mejor, pero, si hubiera aceptado la segunda, no habría historia que contar.

Avenida 87Donde viven las historias. Descúbrelo ahora