Capítulo 10

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—Me siento tan ofendido. —Yoongi se llevó la mano a su pecho, dando a entender que estaba ofendido, claramente sólo era broma.

—Por favor, no es para tanto. —Jungkook se rio mientras sostenía un cigarrillo con una mano, y su otra mano estaba metida en el bolsillo de su pantalón.

Ahí estaban ambos amigos, recargados en un árbol, bajo la luz de la luna y las estrellas, fumando mientras hablaban, recuperando el tiempo perdido.

—Lo es. Llegaste al pueblo y no me dijiste.

—Quería que fuera sorpresa, Yoon, ya, no exageres. —tiró al suelo el cigarrillo y lo pisó, luego volteó a ver a Yoongi, este ya bostezaba. —Vámonos.

—No, aún no. Sabes, la noche se ve mejor en un lago del bosque, ¿quieres ir? —preguntó Yoongi, poniéndose frente a Jungkook.

—Pues...

—¡Hey, chicos! —escucharon una voz que provenía detrás de ellos, voltearon y vieron a un chico de sonrisa cuadrada caminando hacia ellos.

—Taehyung, ¿qué haces despierto a estas horas?

Jungkook se mostró confundido, no sabía que Yoongi conocía a Taehyung. Sí, vivían en el mismo pueblo, pero Jungkook conocía todos los amigos de Yoongi, y nunca le habló de Taehyung.

Hubiera sido maravilloso que le hablara del rubio desde un principio, pensaba Jungkook.

—Ya tengo edad para salir a caminar cuando yo quiera, Yoongi. —mencionó Tae mientras una leve sonrisa era presente en sus labios.

—Perdonen pero... ¿desde cuándo se conocen? —preguntó Jungkook, los dos chicos frente a él lo miraron a los ojos. Yoongi estaba serio, en cambio Taehyung seguía sonriendo.

—Oh, no desde hace mucho. Lo conocí un día en el parque, él había llevado a su conejo y yo me acerqué a robarle el conejo, no literalmente claro. —respondió Taehyung con ligera ironía, provocando que todos rieran.

—Desde entonces hablamos cada que nos encontramos. —habló Yoongi, volviendo a llevar su cigarrillo a su boca. —Tae, íbamos al lago, ¿vienes?

—Sí claro.

—Perfecto, entonces vamos. —Yoongi tiró el cigarrillo y empezó a caminar.

En el trayecto al lago, Yoongi iba en el frente hablando con alguien en llamada, mientras que Tae y Jungkook iban detrás de él, en silencio, pero no uno incómodo, uno cómodo. Sus manos rozaban, provocando un sonrojo en las mejillas de Taehyung.

—Uhm, Jungkook... —la voz de Tae hizo que el nombrado volteara a verlo. —¿Te quedarás mucho tiempo?

—¿Por qué preguntas? —el pelinegro lo miró, y notó que las mejillas del rubio estaban son rojas, ocultó una sonrisa al darse cuenta.

—Me gustaría pasar estos días a tu lado, si no es molestia. —Taehyung se sentía nervioso al decir esas palabras, y Jungkook obviamente lo notó, trató de ocultar su risa pero no pasó desapercibida por el rubio. —¿Qué te da tanta risa? —preguntó mientras sonreía.

—Es que eres adorable, y sí, me gustaría pasar estos días conociéndote, quién sabe, tal vez tengamos una bonita amistad.

—Sí... una bonita amistad... —repitió en voz baja Taehyung, la sonrisa que apareció en su rostro poco a poco se iba. —La luna es hermosa. —volvió a hablar Taehyung después de unos segundos de silencio.

—Sí, siempre ha sido hermosa pero hoy su belleza es singular.

—¿Singular? —Tae detuvo sus pasos para mirar con sus ojos que parecían galaxias llena de estrellas; brillaban intensamente, y la sonrisa jamás desaparecía.

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