Capítulo 3

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Jungkook estaba feliz, sus padres lo llamaron diciendo que llegarían con una sorpresa.

- Mamá ¿les falta mucho para llegar? -preguntó en la llamada.
- Cariño, ya casi llegamos. ¿Estás impaciente? -se burló.
- Sí... Dense prisa, la abuela está haciendo la comida y huele muy rico, tengo hambre. -escuchó las risas de sus padres y él también rió.
- Si tardamos en llegar, no importa, estaremos ahí, lo prometo. -dijo su padre.
- Está bien.
- Bien cariño, nos vemos luego, te amamos. -dijo su madre y colgó.

Cuatro horas habían pasado, no llegaban, Jungkook estaba preocupado, la abuela igual.

No contestaban su celular, ni los mensajes, empezaban a asustarse hasta que...
- Abuela es papá. -dijo teniendo el celular en sus manos por la llamada entrante.
Contestó y con una sonrisa dijo
- ¡Papá! ¿Por qué tardan? Estamos muy preocupados ¿pasó algo? -no obtuvo respuesta, sino un sollozo desconocido.
- Lo siento, pequeño. Llamo desde el hospital...
- ¿Cómo? ¿Hospital? ¿Y mis padres?
- Tus padres... Han muerto en un accidente automovilístico. Lo siento mucho... Enserio.
Soy la doctora que atendió a tu madre, hice todo lo que pude. Quise yo misma darte la noticia, lo lamento mucho... -Estaba en altavoz, por lo tanto la abuela de Jungkook también había escuchado.

Jungkook no dijo nada, su semblante era serio, no había rastro de lágrimas ni de ninguna expresión.
Le dió el celular a su abuela y se fue a su habitación.
La abuela con lágrimas tomó el celular y le dijo a la doctora
- ¿En qué... ¿En qué hospital se encuentran?
- ¿Quién es usted?
- Soy la madre de la señorita... Y abuela del pequeño..
- Oh... Están en el Hospital Mammoth. Mis más sinceros pésames, señora...
- Gracias, bueno, adiós. -cortó la llamada y empezó a llorar.

Con lágrimas en sus ojos, su voz entrecortada, su cansancio, y su pocas fuerzas tomó la mano de su nieto y entraron al hospital.

Ahí fué donde la señora gritó al ver a su hija muerta, su yerno muerto, dejando a un niño.
No estaría solo, ella estaría para él, lo cuidará y alimentará, le dará todo.
Pero... ¿Qué niño pequeño puede crecer sin padres? Aunque veía que su nieto no lloraba, sabía que en el fondo estaba destrozado.
Sabía que estaba mal, sabía que estaba gritando y llorando en sus adentros, sabía... Sabía lo destruido que estaba...

Tomó al pequeño y lo abrazó.

- Yo estaré contigo siempre... Jungkook, prometeme que no dejarás que esto te afecte.
No puedo decirte que son cosas de la vida porque no debería. La muerte es algo que tarde o temprano llegará, pero, nadie merece esto, en especial tus padres, que todavía tenían mucho por delante, y más, te tenían a tí, su razón de seguir adelante, tú eras él que los hacia vivir y sonreír. Alegrabas sus mañanas, mi hija, te deseó desde el primer momento en que observó a una mamá cuidando de su bebé, ella te ama, y lo seguirá haciendo desde el cielo.
Tu padre igual, me decía que eras su orgullo, que fue la mejor decisión haberte tenido, eras su universo, la luz de sus ojos.
Ahora, yo cuidaré de que la luz de sus ojos nunca se apague. -Jungkook miraba con tristeza el suelo, no podía llorar, creía que todo empeoraría si lloraba. Así que elevó su mirada y asintió.
Aceptó el abrazo y miró al cielo.

Prometieron que aunque tardaran, estarían ahí... Conmigo.

Tres semanas habían pasado, y la abuela trataba de cuidar a Jungkook, pero él casi no salía de su habitación, ni siquiera para comer.

- Hijo... Es hora de la cena ¿vas a venir? -no escuchó respuesta.
Abrió un poco la puerta al percatarse de que no tenía llave, observó que estaba dormido. Lo dejó dormir.

Jungkook no estaba dormido, simplemente había fingido, no tenía hambre.

Quería llorar, pero no lo haría, no podía hacer eso.

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