He vivido tantas vidas, he visto tantos universos y mundos, he conocido a tantas personas, y al final, no pude evitar perderme en la constelación de tus ojos.
¿Qué podía hacer yo? Me enamoré de tí, incluso el amor es inevitable para los seres como yo.
Cada noche que abrías tu ventana para admirarme, esos momentos eran especiales para mí. Habías perdido a tus padres, y sin embargo aún mantenías ese brillo para mí, aún sonreías para mí, todo porque te cautivó mi luz. Pero eso debería decirlo yo, me cautivó que aún, después de todo lo que tuviste que pasar, seguías brillando.
Mi querido Jungkook, estoy escribiendo esta carta para tí, para el momento en que muera, recuerdes que yo te amé en cada vida que tuviste, y en cada una, yo fuí el único que conoció tú alma a la perfección.
Fuí yo, el que te cuidó todo este tiempo, pero siempre tenías que verme morir, te veía llorar desde arriba, y yo no quería tener que ver más eso. Así que tomé la decisión de juntar todo mi poder para vivir toda una vida completa a tu lado, y al momento de morir, sea mi final permanente. Y así tiene que ser, porque no soporto tener que vivir tan poco tiempo a tu lado en cada vida, ya no quiero eso.
Moriré, sí, si no encuentro una solución.
Pero moriré feliz, moriré enamorado, moriré amando a mi humano, a tí.
Te amé en cada vida, recorrimos tantos caminos juntos, y al final terminaremos donde nos conocimos.
—¿Qué escribes?
Seokjin entró a la habitación de Taehyung y lo encontró escribiendo en su libreta.
—Una carta de despedida. —respondió, sin mirarlo.
—Cariño, pero todavía falta mucho para eso. —dijo el castaño, trató de ocultar su tristeza detrás de aquella linda sonrisa que le regaló a su hermanito.
—No lo sé, tal vez no lo tenga.
—¿Qué quieres decir?
—Tienes la mitad de mi poder, significa media vida, pero, Jungkook no me recuerda, no me ama —el rubio dejó caer algunas lágrimas que se transformaron en pequeños trozos de estrella—. Mi corazón no vive sin él. ¿Cómo se supone que viviré cuando lo vea besado a alguien más? Moriré al instante, porque mí alma es suya, por más que yo sea una creación de Dios, yo le pertenezco a Jeon Jungkook.
Seokjin tomó la mano de su hermanito y la acarició para tranquilizarlo, y con su otra mano retiró el rastro de lágrimas, y siguió sonriendo para él, ocultando su dolor.
—Le borraste la memoria antes de irte de su vida, pero aunque la mente olvida, el corazón no lo hace. Él te ama, debes darle tiempo.
—¡¿Cómo?! ¡Se va en pocos días! —gritó alterado, se alejó de las manos de su hermano al sentirse tan miserable.
—Cálmate, no lograrás nada así. —habló mientras se acercaba a él nuevamente.
Taehyung comenzó a llorar, no conteniendo todo el dolor que sentía al no poder ser libre.
Seokjin lo consoló toda la noche, lo abrazó, le cantó y trató de calmar su llanto.
Ambos morirían al final.
Era inevitable.
Pero Seokjin no permitiría por nada del mundo que su hermanito muera, lo amaba demasiado, que haría cualquier cosa por él.
Cualquier cosa.
(...)
—Debes comer, no morirás de hambre por ir a ver a Jungkook. —regañó su hermano mayor, Taehyung rodó los ojos pero se encontró sonriendo y comiendo como un niño chiquito.
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Avenida 87
FanfictionCalle en donde los miedos no son impedimentos para dejar de seguir las estrellas. Ambos sabemos que nada de esto es real, pero qué importa la verdad si la mentira es tan maravillosa como la verdad en tus ojos. Soy alguien, alguien que le gusta admir...