Capítulo 7

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Hoy había sido el cumpleaños de Jungkook, pero por desgracia Taehyung no pudo asistir a la pequeña fiesta que se hizo en la casa de su abuela.

Fueron algunos familiares y amigos del país en donde Jungkook y sus padres habían vivido...

Verlos de nuevo le provocó ese sentimiento desagradable y desgarrador que lo hacía recordar el accidente de sus padres y darse cuenta que no tendría un abrazo por parte de ellos, un beso o un "feliz cumpleaños hijo, te amamos" eso hizo que sintiera ganas de llorar.

Pero no lo hizo.

— ¡Feliz cumpleaños, kook! —gritó para llegar a abrazarlo.
— Me alegra que sí hallas podido venir, Yoongi. —sonrió y correspondió al abrazo.
— No me perdería por nada esto, es tu día y es por eso que te traje un regalo muy especial. —le mostró una pequeña caja que venía decorada para un cumpleañero.
— ¿No debería esperarme a abrir los regalos luego de haber comido?
— Yo lo compré y yo decido cuando se abre. ¡Abrelo ya! —dijo emocionado.
Jungkook asintió con una leve sonrisa y lo abrió.

Era...

Era una cámara.

Los ojos de Jungkook brillaron y su hermosa sonrisa de hizo presente.
— ¿Cómo lo supiste? No le he contando a nadie sobre...
— ¿Sobre que quieres ser fotógrafo? Supuse que te gustaría una cámara al dormirte en clase, y en tus sueños eras fotógrafo ya que dijiste "me gusta tomar fotos, por algo soy fotógrafo" y de ahí saqué la idea.
¿Te gusta? —preguntó mientras acariciaba su cuello, dando a entender que estaba algo nervioso.
— ¿Qué si me gusta? ¡Me encanta! ¡Te lo agradezco mucho! —se acercó a él y lo abrazó muy fuerte.

Yoongi sólo sentía su corazón latir muy rápido, y sus mejillas doler por estar sonrojado.

Cuando se alejó de Jungkook para dirigirse al baño, se recargó en la puerta al cerrarla, se tocó el pecho y se preguntó "¿Qué es esto? Siento muy bonito... "



































Ya era de noche, Jungkook ya se había bajado por su ventana y esperaba a Taehyung en la calle.

Y sonrió al verlo corriendo hacia a él con una sonrisa.

Jungkook abrió sus brazos y envolvió a Taehyung al tenerlo cerca, pero Tae venía muy rápido, que no frenó bien y calleron al suelo.

— Oh, kookie, ¿te encuentras bien? Lo lamento... —dijo preocupado. Estaba por levantarse pero Jungkook se lo impidió.
— Estoy perfectamente bien si estás a mí lado. Ahora anda y acuestate a mi lado, la avenida está tranquila y las estrellas están preciosas. —Tae sonrió y asintió.

Ahí estaban, acostados en medio de la calle, admirando el cielo repleto de estrellas.

— Te tengo un regalo... —dijo Tae y volteó a verlo, dándose cuenta que Jungkook ya lo miraba.
— ¿Enserio? Te dije que no era necesario, cariño. —Tae aún no se acostumbraba al apodo y se sonrojó, y para que no lo viera se escondió en el cuello del pelinegro.

Jungkook dejó salir una risa y lo abrazó por la cintura.
— Sé que soy muy joven para decirlo pero en verdad te amo.
— ¿Enserio? —salió de su escondite y miró fijamente a Jungkook.
— Por supuesto, te amo y te amaré siempre. —los ojos de ambos brillaron y sonrieron.
Se acercaron poco a poco y se besaron lentamente, un beso que duró buen tiempo pero por falta de oxígeno se separaron.
— Yo también te amo, mi luna.
— Y yo más, mi estrella de oro. —sonrió para volver a besar al rubio.


























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