Si un día falto, búscame en la noche, cuando las estrellas están en su punto de brillo y belleza más alto.
Si una noche falto, búscame en las canciones que escribí para mi luna.
Si mi luna falta, búscalo en la casa donde fuimos felices.Búscame en la oscuridad, el testigo de mi sufrimiento.
Búscame en el cielo, el culpable de mis lágrimas.
Búscame en los ojos de mi amado, yo estaré siempre con él.Cuida de mi luna.
Es lo único que me importa.Y ahí estaba Jungkook, persiguiendo al rubio, protegiéndolo de que no callera, y el rubio a cambio le daba una hermosa sonrisa, nunca dejaba de sonreír.
Llegaron al lago, era enorme, simplemente perfecto. Enfrente de ese lago y de ellos se encontraba la montaña más grande de ese pueblo.
—Será mejor que volvamos. No es bueno que estemos aquí. —sugirió el pelinegro.
—Llegamos hasta aquí, ¿por qué volver a atrás?
Esa pregunta no tenía mucho sentido para Jungkook, no entendía a ese niño.
—¿Por qué volver a atrás? Tal vez para no alejarnos más de lo que ya nos hemos alejado del pueblo. Tal vez tú conozcas el camino de regreso pero yo no.
El niño desconocido lo miró como si lo que había dicho no hubiera sido importante.
—¿Vendrás conmigo? —preguntó segundos después, sin embargo el pelinegro no respondió y simplemente se quedó callado.
El rubio empezó a caminar, y Jungkook no tuvo otra opción más que ir con él.Llegaron a un árbol, posiblemente era el árbol más grande de ese bosque, y en el, había una especie de casa destruida.
—¿Una casa en un árbol? ¿Eso es lo que querías que viera?
—Eres muy amargado, ¿te lo han dicho? —mencionó mientras dejaba salir una risita. El pelinegro ya quería irse, empezaba a irritarle el rubio—. No te enojes, estoy bromeando.
—¿Podemos volver? Tengo frío...
—Oh, lo había olvidado. —se subió al árbol y empezó a escalar hasta llegar a la casa, donde tomó algo.
Mientras que Jungkook lo miraba desde abajo, el pequeño niño bajó con cuidado y al tocar el piso le dió una cobija al pelinegro.
—Toma. —con una mano le ofreció la cobija.
—Y tú... ¿No tienes frío? —dudaba en tomarla, no se sentía confiado.
—No, tranquilo. ¡Anda pontela encima!
Al final le hizo caso y se la puso encima. Era suficiente para que el frío se fuera.
—¿Construiste esto? —refiriéndose a la casa en el árbol.
—No, cuando llegué ya estaba, lo malo es que no he podido arreglarla ya que no tengo quién me ayude.
—Oh, que mal. —se sintió incómodo, sabía que era una indirecta, y él obviamente no iba a aceptarla.
—Volvamos al lago. —el niño comenzó a andar, pero se detuvo cuando el pelinegro volvió a hablarle.
—Espera... Es muy tarde, hay que volver.
—En la noche es cuando la estrella más brillante está en su punto más hermoso. ¿Quieres perdertelo? Bien, pero yo no. —empezó a caminar hacia el lago, mientras que Jungkook se moría de frío.
Fue mala idea venir por el chico, si él no quería irse no habría manera de que Jungkook regresara ya que no conocía el camino de regreso.
Maldijo pero empezó a caminar junto al rubio.
—¿Cómo te llamas? —preguntó curioso.
—Taehyung, pero me dicen sólamente Tae. ¿Y tú?
—Jungkook
—¡Lindo nombre! Pero, ¿puedo llamarte kookie o kook?
—No, además, no es como que nos volveremos a ver.
—Que negativo eres.
—¿Eh?
—Obviamente nos volveremos a ver, después de esto creo que te gustará venir de vez en cuando, y más porque verás este cielo.
—¿Qué tiene de interesante el cielo?
—Cómo puedes preguntar algo así cuando tienes una galaxia hermosa justo arriba de tí. Llena de estrellas que la iluminan para que la oscuridad no reine, para que exista luz para todos. ¿Sí te das cuenta que aunque las luces estén apagadas, la luz de las estrellas y de la luna entran por tu ventana? —Jungkook asintió en respuesta a su pregunta—. Las estrellas brillan. Son hermosas, perfectas, seres a millones de años de luz lejos de la tierra, aunque tengo mi propia teoría.
—¿A qué te refieres?
—Mí teoría es que cada que alguien fallece, se convierte en una estrella. —llegaron al lago y Jungkook no miraba a las estrellas, en realidad, puede que sí, ya que, se encontraba mirando a la estrella más hermosa que pudo a ver visto en toda su vida: Taehyung.
Y sonrió leve al darse cuenta que Taehyung y él compartían el mismo pensamiento sobre las estrellas.
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Avenida 87
ФанфикCalle en donde los miedos no son impedimentos para dejar de seguir las estrellas. Ambos sabemos que nada de esto es real, pero qué importa la verdad si la mentira es tan maravillosa como la verdad en tus ojos. Soy alguien, alguien que le gusta admir...