FÉNIX || Las Crónicas de Narnia

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ACTO DOS | CAPÍTULO 21
❝ Discusión ❞

La noche era fría para aquel telmarino. Habían estado caminando durante unos cuantos minutos para llegar cerca del refugio de los narnianos. El Altozano de Aslan, un montículo de rocas, construido sobre la Mesa de Piedra.

Caspian estaba cansado de caminar, no había podido comer pues su caballo huyo con la comida que había empacado para su escape.

Había un silencio cómodo, el príncipe iba a un lado del rey detrás de los centauros y las otras tres criaturas.
Su mirada café observo a el apuesto chico a su lado. Su cabello cobrizo era hermoso, ni tan largo ni tan corto, sus ojos rojos carmín resaltaban en su pálida piel al igual que los lunares casi infinitos de su rostro.

El rey era un poco bajo a él, su cabeza llegaba al hombro del príncipe y eso por alguna razón le gustaba.
Imaginar que aquel rey estaba con los narnianos lo ponía ansioso.

— ¿No prefieres mejor un retrato? —escucho preguntar al rey mirando a su dirección.

El príncipe se ruborizo repentinamente y miro hacia otro lado.

— Uhm, lo siento —se disculpo avergonzado— Es que.. eres tan hermoso.. ¿como es que alguien como tú esta atrapado aquí?

— ¿Crees que estoy atrapado? —pregunto con curiosidad— Príncipe Caspian, yo no estoy atrapado, y si lo estuviera, estaría agradecido.

— ¿Qué? —Caspian lo miro confundido.

— Mira, príncipe. Puede que pienses eso, sin embargo, liderar narnia es un gran trabajo. Cuidar de estos habitantes es mi deber, no importa si muero o no, se que siempre renaceré para cuidarlos porque ese es mi deber. Estoy aquí por mi propia cuenta, no estoy obligado —sonrió gentil— El ser un rey no solo se trata de liderar o dar ordenes, ser un rey es cuidar de tu país, de cuidar a los habitantes sin importar que, ser rey es una gran obligación que siempre estaré dispuesto a manejar.

Zylan miro a Caspian, aquella mirada café lo miraba como si miles de estrellas brillaran en ella.

— Yo no sabia que pensara así.. se ve que ama su deber.

— No, lo que yo amo es poder proteger y ayudar a los habitantes.

Caspian le sonrió.

— Ya casi llegamos, mi rey —aviso Glenstorm, uno de los centauros al mando.

— Bien, sera mejor que me adelante para poder hablar primero con los narnianos —hablo Zylan a Caspian— suerte, príncipe Caspian.

— Caspian esta bien —respondió con un pequeño sonrojo que la oscuridad ocultaba.

— Bien, Caspian. Puedes dejar de ser formal conmigo y solo decirme Zylan —declaro con una sonrisa— también me pareces lindo, nos vemos —se despidió en cuanto escucho las voces de sus habitantes.