° new life! 💗

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40° semanas de embarazo

Eran las diez y media, Regina se levantó por un fuerte dolor en su abdomen, se puso a revisar y noto que había algo verdoso entre blanco en su ropa interior, cómo pudo se levantó y se cambió, volvió a la cama y durmió.

Mas tarde volvió a sentir el mismo dolor, pero está vez más fuerte, y sintió algo húmedo.

-jas, jas ¡Despierta!- Regina movió a Jason para que se despierte.

-¿Que ocurre?- dijo Jason algo dormido.

-¡Se me rompió la fuente!-

-¿Fuente?- dijo Jason, pero luego comprendió.- ¡¿Ya va a nacer el niño?! Oh dios, deja me visto y nos vamos al hospital.-

-¡No voy a aguantar! ¡ Se me sale el hijooo!- dijo Regina alterada.

- ¡Ah! Me pondré una bata y mis zapatillas.-

Jason rápidamente se vistio y ayudo a Regina a bajar las escaleras, pero luego recordó que tenía que sacar la maleta del bebé, así que rápidamente subió las escaleras y saco la maleta.

Se subieron al auto y volaron al hospital.

Llegaron en tan solo cinco minutos por la velocidad en que Jason manejo, entraron al hospital donde una de las enfermeras los atendió muy bien.

-¿Cómo están los latidos?- pregunto una enfermera.-bien, de ambos.- respondio otra.

-¿Ya pueden sacarlo?- dijo Regina sumamente adolorida.

- aún no se puede señorita, tienes cuarto centímetros, necesitamos diez, volveré en un momento para ver.- la enfermera dió media vuelta y se retiró.

-¡Ah! ¡Dios mío esto es tan doloroso!- dijo regían agarrando fuertemente la mano de Jason.

- l-lo se, pero no me aprietes tan duro.- respondio Jason.

- Jason, ¡Me estoy desgarrando y tú sufres por qué te agarro fuerte!-

-ya, ya, tranquila, respira, recuerda que ya nace nuestro bebito.- dijo Jason tratando de calmar a su novia.

- está bien, mente positiva, mente positiva.- repetia Regina.

Un momento después...

-regina, seis centímetros¿Ahora quieres epidural?-

-¡SI!- respondio Regina con mucho dolor.

- pero espera ¿Eso no le hace daño al bebé?- pregunto Jason.

-no, solo anestesia la parte inferior del paciente, no toca ni la bolsa ni el cordón umbilical.-

-¡Como sea! ¡Solo póngala!- respondio de manera violenta Regina.

- de acuerdo, espere un momento.- la enferma corrió rápido a traer el analgésico.

Cuando llegó la anestesia, la enfermera empezó a aplicarla con una inyección, Regina andaba toda adolorida pero gracias a la anestesia, el dolor se le bajó un poco.

𝑹𝑶𝑩𝑰𝑵 𝑨𝑹𝑬𝑳𝑳𝑨𝑵𝑶 | You drive me crazy , girlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora