Capítulo 31 : Promesa rota

194 29 2
                                    

La sangre caía de a poco y me sentía débil por el impacto de la bala sobre alguna parte de mi abdomen, mi respiración se aceleraba rápidamente, la mirada profunda y asustada de T/n la tenía sobre mi y no sabía que decirle el dolor no me lo permitía.

Yoongi le quitó la cinta que había en sus muñecas y de inmediato la vi correr hacia a mi con sus mejillas mojadas y llorando sin consuelo alguno.

—¡JUNGKOOK! — Gritó antes de llegar hacia mi una vez que caí al suelo.

—No por favor, por favor — Suplicaba mientras tomaba parte de mi cuerpo para pegarlo al suyo.

—No te preo...preocupes —La sangre seguía saliendo y cada vez era más difícil hablar.

—Tranquilo, te llevaré al hospital y estarás bien —Presionó la herida, a lo que solté un quejido por el dolor.

—Sabes que no...solo...déjame decirte...una cosa— Trague saliva — Se que...no lo hice bien...pero quiero decir, que ...todo estará bien...y... podré ser... tú... novio oficial.

—Ya no digas más Por favor— No dejaba de llorar.

—Me casaré contigo — Sonreí de tan solo imaginarla vestida de blanco.

T/n.

Tenía un nudo enorme en la garganta que podía sentir como me asfixiaba lentamente, quería morir, el hombre que me salvó estaba al borde de la muerte, me dejaría y se desvanecería poco a poco rompiendo la promesa que hace mucho me  hizo, estaría sola nuevamente y no había nada que pudiera hacer.

Solo sentía miedo recorrer cada parte de mi cuerpo, me dolía todo, me hacía daño y al mismo tiempo atesoraba sus palabras, eran definitivamente un regalo.

Quería casarse conmigo, un desastre como yo, solo el quería hacerlo, justo ahora que estaba muriendo.

Los recuerdos comenzaban a aparecer provocando sentirme vacía.

Su sonrisa, el salvandome, yo salvandolo, conociendo cada parte de él, sus malos chistes, sus entrenamientos, sus manos, sus labios, todo... él mundo que me hizo conocer en este momento estaba desapareciendo.

—Por favor no me dejes, ¿Que hay de tu promesa, hm? — Mis ojos estaban dejando salir lágrimas una tras otra sin detenerse. —¡NO ME DEJES!, ¡POR FAVOR! — Sus ojos se habían cerrado.

—¡NO!— Mi corazón estaba hecho nudo, deseaba que no fuera verdad, deseaba que esa bala hubiera sido para mí.

—Solo quite basura del camino — Bromeó Taehyung con él arma en mano.

—¡Lo acabas de matar imbécil!— Gritó Jimin.

Sus ojos estaban rojizos y llenos de lágrimas, pero en teoría el era el culpable de que haya sucedido así, no lo habría imaginado claro estaba que se habían aprovechado de él y de su ingenuidad así como del amor que sentía por Jungkook.

Jimin.

Mis sueños y vida estaban rotos, la única razón que le daba sentido a todo eso acaba de morir frente a mis ojos, por el hombre que me prometió ayudarme, había sido un estúpido.

La necesidad de quedarme con él se apoderaron de mi formando una venda sobre mis ojos hasta llegar a este punto en el que estuvo fuera de mis manos salvarlo, sus planes ya eran así y fui un idiota en ser cómplice de esto, sin saberlo ayude a terminar con la vida de la persona a la que amo.

—T/n, vamos, tenemos que encargarnos del cuerpo de Jungkook —Mencionó Hoseok tocando el hombre de aquella chica totalmente desconsolada.

.
.

.
.

.
.

Al día siguiente.

Taehyung.

Todo estaba saliendo a la perfección y ahora tenía que asegurarme de que Jimin permaneciera a mí alcance, debía estar a mi disposición cuando yo quisiera, él ni siquiera ha querido verme, luego de encerrarse en su departamento.

Necesitaba ejecutar mi plan, y eso incluía a la ex novia de Yoongi, Irene.

—¿Cómo sabes eso?— Preguntó confundida y nerviosa.

—Simplemente lo sé, pero tú decides si quieres que Yoon se entere de todo o haces lo que yo diga. — Arqueé una ceja.

—¿Pero me ayudarás con Yoongi?— Cuestionó preocupada.

—No lo haré, creo que es suficiente con no decírselo, prácticamente te estoy salvando la vida, Yoongi jamás perdonara que te hayas metido con su padre, sin embargo te matará, así que elige— Rasque mi frente levemente —O te mueres o haces lo que te ordene.

—Esta bien, ¿Que debo hacer?.

—Muy bien, primero quiero que vayas al departamento de Jimin y lo alejes, llévalo a un lugar en dónde nadie pueda encontrarlo.

—¿Cómo que lugar?— Preguntó curiosa.

—Tal vez...¿Un psiquiátrico? —Sonreí.—Segundo, quiero que desaparezcas y te vayas a otro país.

—¿Qué?, Yo no voy a...— Interrumpí.

—Tu harás lo que diga, a menos que quieras que sea yo el que te mate.

—Esta bien —Mordió sus labios.

Me encantaba tener el control sobre las cosas y personas, solo así sabía que mis planes irían bien, yo debía ganar a como diera lugar.

𝑷𝒓𝒆𝒕𝒆𝒏𝒔𝒊𝒐́𝒏| ˁᴼᴾᴱDonde viven las historias. Descúbrelo ahora