Capítulo 12 : Mía

395 35 0
                                        

T/n.

Sentía una presión en mi pecho que me indicaba la pesadez que estaba sintiendo en todo mi cuerpo, el alcohol estaba haciendo efecto.

Luego de bastante tiempo esperando por el hombre que se supone estaría conmigo toda la noche, acababa de aparecer a unos cuantos metros mezclado entre las personas que bailaban al ritmo de la música, apesar de beber tanto aún me sentía algo cuerda, lo suficiente para caminar hacia aquel pelinegro.

—Tardaste mucho, primero no pasas por mi y después solo te desapareces.

~¿Que clase de saludo es ese?, ¿Acaso estoy reclamándole?~

—Tuve un inconveniente del trabajo.

—Esto también es trabajo —Dije rodando los ojos pero a su vez tambaleandome levemente.

—¿Bebiste?

—Eso no te importa —Trate de mantenerme en pie, pues las personas a mi alrededor me empujaban, yo solo estorbaba, o bailaba o caía ridículamente al piso. Así que opte por la primera opción. -Deberia bailar un poco, estoy muy estresada.

Dije para al mismo tiempo comenzar a mover mis caderas sensualmente al ritmo de la canción.

Hoseok.

Me jodía el no haber podido llegar antes a la fiesta pero una cosa muy desagradable y bastante repentina tenía que atravesarse precisamente hoy, alguien de mi pasado podría aparecer en cualquier momento sin previo aviso, aunque anhelo porque eso no ocurra.

Al ver bailar de esa manera tan sexy a T/n con sus hombros descubiertos mientras una ligera capa de sudor roza por sus sienes, me hace querer tenerla conmigo justo en este momento, me hace poner tan duro que instintivamente muerdo mi labio inferior al seguir observando esa obra de arte.

La hermosa castaña frente a mis ojos intenta tomar una copa más de la charola que llevaba consigo un mesero por lo que me acerco, creo que es suficiente de alcohol, no querrá hacer el ridículo. Vaya que el alcohol no era su fuerte.

—T/n detente ya bebiste mucho. —Digo de manera determinada tomando su brazo y dejando al mismo tiempo la copa en el mismo sitio de dónde la adquirió.

—Se muy bien lo que hago.

—Debería llevarte a casa, ya es muy tarde y no quisiera que dejaras en ridículo a la empresa por no saber controlar cuánto alcohol bebes.

Me mira fulminantemente sin decir palabra alguna por unos segundos, hasta que porfin se comunica conmigo.

—¿No te arrepentirás de llevarme?

~¿Qué?, ¿Arrepentirme?~

—¿Porqué lo haría?

—Porque dejaré que hagas lo que quieras conmigo el día de hoy — Dice acercándose lentamente mientras lo último lo alcanza a susurrar en mi oído.

—Estas ebria, en ese estado no podría hacerte nada — Me sujeta fuertemente del cuello para quedar frente a frente.

—No estoy ebria, no al punto de no saber lo que hago.

Lo dice tan segura, sin ningún titubeo que realmente le creo.

La tomo de la mano inmediatamente con el fin de sacarla de esa casa de una vez por todas para llegar a la suya.

.

.

Más tarde.

Habíamos llegado a su departamento, ambos salimos algo apresurados, ¿De verdad querría estar conmigo?, ¿De verdad está cuerda?, Me hacia múltiples preguntas para buscar una respuesta a la conexión extraña que había entre ella y yo.

𝑷𝒓𝒆𝒕𝒆𝒏𝒔𝒊𝒐́𝒏| ˁᴼᴾᴱDonde viven las historias. Descúbrelo ahora