Capítulo 39 : Situación incómoda

150 26 1
                                    

T/n.

Me alejé de Yoongi queriendo parar algo que yo había comenzado pero él no me lo permitía, sus manos me sujetaban con gran fuerza manteniéndome a su lado; miré a dirección de Hoseok y ahí estaba él, mirando toda esta escenita, sus manos ejercian fuerza sobre sí mismas, mientras su mandíbula comenzaba a destacar, se veía bastante intimidante.

—Tengo que ir al baño — Dije de repente alejándome apenas.

—¿Hablas enserio?— Cuestionó Yoongi con confusión en el rostro.

—Sí, ahora vengo — Confirme y me alejé rápidamente para ir a otro sitio que me permitiera respirar por completo de esta asfixiante fiesta.

Llegué al baño y sin que pudiera darme cuenta alguien me arrastró a el, cerrando a su vez la puerta con seguro.

—¿Pero que...¿Hoseok?— Me safe enojada del agarre que nos mantenía juntos. —Sal ahora mismo —Ordené pero lo único que obtuve fue una risa sarcástica de su parte, estaba fuera de sí.

—Asi que te gusta dar celos — Me acorraló sobre el lavaba manos.— ¿Hm?

—Solo bailaba con mi prometido, ¿Eso tiene algo de malo? — Restregue tal hecho como si me enorgulleciera.

—Joder — Colocó su rostro a escasos centímetros del mío —No vuelvas a decir eso —Su mirada era penetrante —Eres mía, ¿Oíste?, Mía —Resaltó la última palabra para luego abalanzarse sobre mi besándome intensamente.

Al comienzo hice el intento por luchar y safarme de aquello, pero simplemente una vez que sus labios tocaban los míos era como si tuviera alguna clase de imán que me impedía separarme.

Pero aunque fuera la cosa que más disfrutará tenía que detenerlo, era adictivo tenerlo de esta manera pero no podía hacerme o hacerle ilusiones de que todo podría estar bien, cuando no era así en lo absoluto, ambos debíamos posicionarnos en nuestro papel, yo era su cuñada y así debía ser, mis malas desiciones nos habían separado, pero ya no podía retroceder.

Cómo pude me alejé y trate de hacerle notar molestía que aunque hace minutos lo haya estado, en este momento solo pensaba en lo mucho que lo amaba, pero no debía ser más cruel de lo que ya había sido, darle esperanzas podía herir aún más sus sentimientos y no podía hacer más eso.

—Como vuelvas a besarme voy a matarte —Trate de irme conteniendo un poco lágrimas de impotencia —Dejame ir — No me soltaba y me comenzaba a impacientar.

—No dejaré que hagas esto —Su mirada mostraba desesperación.

—Es mi desición, deja de hacerme las cosas más difíciles —Me solté de un tirón y el solo se quedó estupefacto.

La verdad es que cada que podía era dura porque no podía ser distinto, ya no quería que siguiera sufriendo por mi, pero tampoco podía dejar mi venganza de lado, todo era confuso pero lo hecho, hecho estaba.

Salí del baño sin mirar a mis costados y seguí mi paso a buscar a Yoongi.

Yoongi.

Era molesto, sumamente molesto saber que ella no tenía ningún sentimiento vago por mi, lo único que causaba en ella era odio, que quizá a pulso me había ganado.

La mire salir del baño en el que después salió Hoseok y me puse enérgico, quería destrozar todo a mi paso, pero eso sería un comportamiento inútil de celos que simplemente me dejaría en ridículo ante los demás, así que simplemente me dispuse a esperar a la dama que ahora se dirigía a mi.

Su sonrisa se veía como si de verdad fuera feliz de que estuvieramos comprometidos, era una jodida farsa que por retorcido que pareciera me gustaba mucho.

—¿Nos vamos? — Sugirió y accedí, decidí no armarle una escenita, ya tenía suficiente y sabía que estaba ganando al tenerla a mi disposición.

—Claro princesa — Tome su mano y caminamos a la salida.

Taehyung.

Mis sentimientos no habían cambiado en lo absoluto por Jimin, es más me atraía tanto su increíble capacidad de actuar tan malvadamente, pero podría ser agotador siempre andar detrás de él, debía ponerle un alto a sus intenciones.

¿Temía?, No, no lo hacía, lo disfrutaba y veía a mi conveniencia todo lo que proviniera de Jimin, pero el falso amor que dijo sentir por mi se había acabado y eso me molestaba un poco, no podía seguir engañandome a mi mismo.

—Jimin, ¿No te parece que estás siendo muy descarado?.

—Quizá, pero tú te lo ganaste y no daré un paso atrás, te devolveré cada lágrima que he derramado por culpa tuya —Expresaba amargura en su mirada y eso extrañamente no me producía ningún tipo de gozo.

—¿Porque no estarías agradecido con lo que hice?, Jungkook es el único que te ha hecho derramar lágrimas, más que yo, más que cualquier otro, lo sabes —Trago saliva y me encaró.

—¿Sabes porque puedo soportar eso?, ¿Y porque te odiaré hasta la muerte? — Una lágrima salió de su ojo izquierdo y pude sentir punzadas en el corazón.

~¿Qué jodidos me pasa?~

Porqué, Jungkook era el amor de mi vida, por qué yo lo amaba y aunque el me hiciera sufrir, tu no tenías el puto derecho de quitarmelo— Me señaló con su dedo índice — Maldito obsesivo de mierda.

—¿Y entonces que?, ¿Vas a matarme? — Cuestioné sin importancia.

—Sí, si es necesario lo haré —Limpió sus mejillas ya humedecidas.

—Estaré esperando — Lo miré sin prestarle mucha atención y caminé hacia la salida, no podía dejar en evidencia que en realidad estaba sintiendo una clase de culpa, por hacer que Jimin se sintiera de esa manera.

.
.

.
.

.
.

Al día siguiente.

T/n.

Me levanté como de costumbre y me arregle para ir a visitar nuevamente al hospital a Jungkook, quería estar con él, el mayor tiempo posible. Así que tome las llaves de mi auto y conduje hasta aquel lugar donde yacía una de las personas más importantes para mí.

Durante el camino mi mente repetía una y otra vez que casarme con Yoongi y seguir una absurda venganza no era de mis mejores decisiones, incluso me sentí inmadura por ello, pero ¿que podía hacer?, Ya estaba hecho, y no podía darme el lujo de que está vez mataran a Jungkook o Hoseok. Entendía sus alcances.

Llegué la hospital y caminé lo más rápido que pude para llegar a la habitación de Jungkook sonriente de verlo, aunque no fuera con sus ojos mirándome, verlo ahí dormido me daba consuelo.

Abrí la puerta ansiosa de verlo y la imagen que vi me la borro por completo; su cama estaba vacía y sentí un hueco formarse en mi estómago.

Corrí por el pasillo para buscar al doctor que lo atendía y ahí estaba en el mostrador viendo unos papeles quizá de sus demás pacientes.

—Doctor —Dije llamado la atención de este.

—¿Si?, ¿En qué puedo ayudarla?

—El paciente de la habitación 205-

—Señorita, el murió ayer por la noche — Sus palabras me habían dejado en shock,  ni siquiera pude terminar mi oración. — Lo siento mucho — Se disculpo y se retiró dejándome ahí destrozada e impactada por tal noticia desgarradora que me acababa de dar.

No podía creer que esto me estuviera sucediendo una vez más, lo había perdido.

𝑷𝒓𝒆𝒕𝒆𝒏𝒔𝒊𝒐́𝒏| ˁᴼᴾᴱDonde viven las historias. Descúbrelo ahora