Capítulo 46 : Responsabilidad

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Hoseok.

Mi cuerpo temblaba, el pulso de la mujer que amaba cada vez era más débil, estaba perdiendo mucha sangre, eso me asustaba y me llenaba de incertidumbre porque algo fuera a sucederle, trate de conducir lo más rápido posible al hospital pero sentía no llegar a tiempo, solo esperaba que ella hiciera un esfuerzo por cobrar fuerzas y vivir, no tenía idea de lo grave que fue ese disparo, ni tampoco que órganos pudo dañar, si esto tenía remedio o simplemente la perdería haciendo un inútil intento por salvarla.

Llegué y lo único que hice fue cargarla e ir deprisa solicitando ayuda de los médicos que no tardaron en llegar para auxiliarla, la recortaron sobre una camilla y la llevaron directamente a quirófano.

Mis nervios estaban a flor de piel, podía ver detrás de un ventanal todo lo que los médicos hacían por salvarla, la conectaban rápidamente a aparatos, poniéndole oxígeno, y todo eso me dolía.

Jungkook.

Corrí en busca de T/n, para saber en donde estaba en cuanto llegue al hospital después de seguir a Hoseok.

—Señorita, ¿sabe en donde se encuentra la paciente con una herida de bala?—Pregunte a la enfermera en el mostrador.

—Permitame — Verifico algo en su computador y me miró —Esta en quirófano, por la entrada 5.

—Gracias —Dije y me apresuré a llegar.

Cuando llegue vi destrozado a Hoseok mirando al ventanal en donde estaba T/n.

—¿Cómo está? —Cuestioné al pelinegro.

—Ella...—Las palabras no salían.

—¿Ella? — Su voz se quebrantaba y no podía decir nada, volteé y pude ver como sus signos vitales estaban muertos, los médicos estaban justo ahí pero ya no hacían nada para revivirla. —¡NO!, ¡HAGAN ALGO!, ¡PORFAVOR!, ¡HEY!—Un nudo se formaba en mi garganta y no sabía que hacer, ella debía vivir.

—Cállate o te sacarán del hospital —Habló por fin Hoseok.

Trague saliva y caí al suelo, estaba sintiendo lo mismo que ella, pude entender cada lágrima derramada, cada hueco en el estómago y como la vida se nublaba ante mi vista, pude percatarme de todo lo que ella sufrió a través de mi muerte y era doloroso, como si una espada fuera atravesada justo en el corazón.

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En otro sitio.

Taehyung.

A mis pensamientos solo llegaba la imagen de Namjoon y su sonrisa, mostrando sus hermosos y característicos hoyuelos, el diciéndome que creía en mi, su imagen protegiendome, la imagen prometiéndole el increíble hombre que sería, le había fallado en todos los sentidos.
Ocasione que el amor de mi vida fuera el causante de que muriera, lo orille a ser un asesino igual que yo, no podía ser peor persona de lo que ya era y los recuerdos con Namjoon solo me lo hacían notar aún más.

—Hermanito reacciona —Seokjin sostenía mi torso.

—P-por favor ayudame — Dije con la voz bastante débil, gracias a la sangre que estaba perdiendo.

—No dejaré que mueras — Sentenció mi hyung totalmente roto.

Solo en este momento pude darme cuenta de lo preciado que era yo para él.
Me cargó sobre su espalda para llevarme a un sitio, el hospital me imaginé, pero ya nada era visible para mí, había perdido el sentido por completo, sintiendo como lentamente se me iba la vida.

Yoongi.

Todo era un completo y jodido caos, pero aún más lo era yo por dentro mientras sentía que la respiración se me iba al pensar que T/n pudiera estar muerta gracias a esta mujer pelinegra en frente mío, la ira seguía invadiendome cada vez más y tenía que sacarlo.

Tomé mi arma y camine para estar a una corta distancia de ella y la apunte sin titubear.

—Espera, Yoon-

—Te dije que no la tocarás estúpida —Disparé con ella gritando de fondo para luego agregar un completo silencio, la había asesinado ahí mismo  con Jimin siendo el único mirando la escena.

Solté el arma y me tiré sobre el suelo resignado a cualquier vaga noticia que fuera a recibir, estaba preparado para todo, pero mi decisión de morir en sus manos en caso de que viviera estaba tomada, ya no pretendía poseerla, solo deseaba darle lo que ella quería.

*Dos semanas después*

Hoseok.

Dos semanas habían pasado después de lo ocurrido y yo estaba en el hospital esperando una respuesta por parte de T/n, después de que murió por unos minutos el esfuerzo de Jungkook porque insistieran en salvarla sirvió para que ella regresará a la vida, pero apenas había despertado hace apenas tres días ella había despertado, pero no decía nada, simplemente la ayudaba en lo que pudiera pero no había respuesta de su parte.

Entre a la habitación esperando que esta vez hablara conmigo.

—Preciosa, ¿Cómo estás? — Me miró y una lágrima salió de sus preciosos y cansados ojos.

—¿Cómo quieres que esté? —Limpio aquel líquido recorrido en su mejilla —Todo este lío sucedió por culpa mía y estoy aquí con el corazón roto y odiando a tu hermano más que nunca.

—T/n, porfavor déjame ocuparme de eso, ya no quiero que te pongas en riesgo — Suspiré al ver su rostro reflejando negatividad a mi ofrecimiento — Ayer vino pero lo rechazaste, quizá este arrepentido-

—Por dios Hoseok-

Intervine y la besé queriendo evadir ya el tema y que sirviera para que se sintiera más cómoda y protegida por mi.

—Te amo — Sincere y solo así obtuve una sonrisa.

El sonido de la puerta cerrandose me distrajo de lo que pretendía.

—Perdón, no quería interrumpir solo quería ver cómo estabas — Mencionó Jungkook acercándose.

—Estoy mucho mejor —Le sonrió.

—El médico te dará el alta pronto, pero me gustaría hablar contigo antes de eso, quizá querrás irte con él —Dijo mirándome.

—No, no será necesario, hablaremos en casa, iré contigo.

Sonrió Jungkook ante el comentario y yo simplemente me contuve de no decir nada más.

T/n.

Las horas habían pasado y por fin ninguno de los dos estaba aquí para acompañarme, Jungkook y Hoseok se habían ido para ducharse y cambiarse de ropa para volver, debía aprovechar está oportunidad a como diera lugar.

Tomé mi celular enseguida y marque el número de Yoongi.

*Llamada*

—Pemse que no querías hablar conmigo, después de que me rechazaste ayer.

—Sabes bien porque lo hice, necesito verte.

—Lo sé muy bien, ven a la casa, estaré esperando por ti.

*Fin de la llamada*

Debía terminar con todo esto de una vez por todas, jure matar al asesino de mi padre y eso haría, no perdonaría absolutamente nada, me levanté y caminé sigilosamente por el hospital y me tope con la oficina de un médico en la cual robe una bata para permitirme irme pasando desapercibida ante los demás.

𝑷𝒓𝒆𝒕𝒆𝒏𝒔𝒊𝒐́𝒏| ˁᴼᴾᴱDonde viven las historias. Descúbrelo ahora