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Dos de los nativos que la habían encontrado la agarraban de los brazos, cómo si tuviera una mínima oportunidad o siquiera algo de fuerza en su cuerpo, algún resto.

Tropezó varias veces, pero intentó mantener el ritmo al que la obligaban a ir. Las manos le quemaban, y en los brazos era peor todavía.

La arrastraron hasta una aldea, había una multitud entre ella y el que parecía ser el líder. La empujaron hacia delante, mientras que ella intentaba no caerse o literalmente tirarse al suelo.

Notó cómo estaba en el camino de la inconsciencia de nuevo cuando vio a un hombre —el líder, ahora sí estaba claro—, a dos mujeres, una más vieja que la otra y a... Jake.

—Jake —dijo con una sonrisa cansada.

—Mireya —respondió dándose la vuelta—, soltadla, diles que la suelten —pidió sin levantar la voz.

La mujer na’vi más joven asintió en dirección a los guerreros que la aprisionaban. Alguno de ellos vaciló, pero finalmente la soltaron, dejándola caer en los brazos de su hermano.

—¿La conoces? —preguntó la mujer más joven con un acento bastante marcado.

—Es mi hermana —respondió intentando mantenerla un poco más despierta—. Por favor, curadla.

¿Por qué deberíamos hacer eso que dices? —inquirió la mujer más anciana.

Si no quieren curarme, mátenme —habló ella finalmente, levantando la vista hacia la anciana na’vi—, o quémenme o déjenme tirada en medio del bosque como comida para cualquier animal que me vea —sentenció intentando no hacer caso de los gritos constantes de los músculos de su cuello.

¿Quién te enseñó nuestra lengua? —preguntó el líder.

La aprendí por mi propio pie porque creí que sería una falta de respeto hablarles en mi idioma —explicó soltando un pequeño siseo. Jake había apretado de más uno de sus brazos, ignoraba cual y no se pararía a descubrirlo.

—Ella... ella también es guerrera —dijo Jake, captando la atención de los na’vi. Mireya lo miró con una cara que desprendía más cansancio que confusión.

La anciana miró al líder, ambos asintieron.

—Mi hija te enseñará, Jakesully —informó, acallando las protestas de la mujer más joven—, Tsu’tey, tú entrenarás a la otra guerrera.

El hombre na’vi le echó un vistazo rápido a la muchacha que Jake sostenía en brazos. Sus guerreros la habían encontrado desangrándose y medio muerta, pero caminando.

—Traédmela —ordenó la anciana—, la sanaré.

Dos guerreros se la arrancaron de las manos a Jake, quién fue detenido por la hija del líder.

—Va a sanarla —le tradujo ella apretando su brazo.

Pero aún sabiendo eso, el Sully no dejó de estar en tensión. Se preocupaba por su hermana tanto o más que ella por él. La hija del líder, Neytiri según le había dicho, le comentó vagamente como estaba su hermana.

Todavía no podía desconectarse, y ella tampoco, supuso. Si lo hacía lo más probable era que pensaran que estaba muerta, cosa que no le hacía mucha gracia a su hermano.

[𓂃]

—Jake, ¡Jake! —llamó la doctora Grace.

Norm había gritado el nombre de Mireya al ver que por fin despertaba. Ella se notaba cansada y algo débil, pero su compañero la abrazó igualmente, ignorando olímpicamente las protestas de la general.

I See You || Tsu'teyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora