—Deberías relajarte un poco —aconsejó Jake mientras iba tras su hermana, intentando mantener su mismo paso a pesar de su incapacidad.
—¿Cómo quieres que me relaje, eh? ¿Cómo? —le espetó ella frenando en seco y girándose hacia él—. Se rio de ti delante de mis putas narices, ¿cómo quieres que me relaje?
—Myr, por favor —pidió dejando de empujar la silla.
—Yo sé cosas que él no. —Cogió aire y Jake se preparó para lo que fuera que su hermana estaba a punto de decir—. Como Tsu’tey se vuelva reír de ti, me da igual si me matan o me echan del clan, me lo cargo —amenazó Mireya.
—¿Qué ha pasado? —preguntó Norm acercándose—. ¿A qué se debe tu enfado? —se dirigió a la Sully ahora.
—Tsu’tey se rio de él —respondió señalando a su hermano, claramente cansado del temperamento de ella.
Mireya siempre había tenido un temperamento tan frágil como una bomba, y nunca había hecho nada por ocultarlo. Sus padres sabían los problemas que ella podría tener en su vida con ese temperamento.
Por eso habían intentado pulirlo hasta el límite.
Lo que no sabían era el poco margen que Mireya les había dejado para que la pulieran. No habían tenido en cuenta la opinión de ella al respecto, solo se habían preocupado por hacer de ella un diamante perfectamente pulido.
El problema era que estaban puliendo un diamante bruto con yeso, infinitamente más débil y fácilmente fracturable.
Jake ni siquiera quería recordar los problemas en los que ella se había metido por culpa de esa bomba que a veces estallaba en silencio, esa mecha que podía encenderse con la más fría brasa.
Ni siquiera entrar en el ejército la había pulido solo un poco, si acaso solo había hecho de ese diamante una piedra punzante y que fácilmente podría herir a uno. Incluso a ella misma.
—Él odia a los humanos —dijo Grace entrando en la conversación—, antes de que confíe en vosotros vas a tener que soportarlo un poco más.
—No me dá la paciencia —se quejó sin levantar la voz.
—Pues va a tener que darte. —Mireya apretó la mandíbula, si había alguien a quién ella respetara, además de a su hermano, era a ella—. Y otra cosa más —Grace le echó una mirada significativa a Jake—, nos vamos a ir a otro lado, no pienso dejar que Parker interfiera en esta operación.
—¿Cuándo nos vamos?
—Ahora.
[𓂃]
—Ese es mi favorito —dijo una mujer que parecía ser capaz de arrancarle la cabeza a alguien si se lo proponía. Trudy, decía llamarse.
Aunque a Mireya le caía bien, un milagro que alguien le cayera bien nada más conocerlo.
—¿Te gusta la velocidad? —preguntó la Sully con una media sonrisa.
—Oh, ese es de los mejores placeres de la vida. —La piloto casi había gemido, le encantaba la velocidad y la mujer que tenía al lado compartía su entusiasmo por ella.
Mireya soltó un «Seh» antes de girarse para escuchar a Grace hablando con su hermano, escuchaba murmullos, no palabras enteras, y no sabía leer los labios. Se maldijo por no haber aprendido a hacerlo.
Norm y Trudy ya estaban en la nave, en una igual a la que los había llevado al bosque el día que les habían ordenado quedarse en el clan y aprender de ellos y... el día que casi mataba a su avatar.
Jake llegó hasta el lado de la nave y entre ella, que ya estaba dentro, y Grace lo levantaron lo suficiente para que Mireya pudiera tirar de él para meterlo en la nave y asegurar sus ruedas al suelo.
—Gracias, Myr —agradeció su hermano.
Todavía no se acostumbraba del todo al apodo que le había puesto, era demasiado... nuevo, que alguien la quisiera tanto como ella a él.
—Siempre, Jake.
Ella se puso el cinturón de un asiento cercano a su hermano, luego Grace y por último, Norm. Trudy ya había encendido la nave, preparada para despegar.
—¿Listos?
—Vamos.
[𓂃]
Mireya se había dado cuenta del depósito que estaba colgado de un alambre, atado a la nave. Grace le había dicho que, a pesar de ser algo pequeño, contaba con tres cápsulas para ellos y unas cuantas cosas más para que pudieran vivir, más o menos, allí.
—Sigo sin entender qué demonios pinta Parker aquí —comentó la mujer Sully.
—Él es el que autorizó el proyecto avatar, pero no tiene ni idea y mete las narices en todos lados —se quejó Grace.
Jake estaba inusualmente callado, su hermana lo notaba. Ella lo miró durante un rato, hasta que él se dio cuenta de quién venía la mirada. «¿Estás bien?» parecía preguntar ella.
«Más o menos» respondió en silencio balanceando la cabeza de un lado a otro.
«¿Qué pasa?» volvió a preguntar en silencio, la nave estaba llena de conversaciones entre Grace y Norm, pero Mireya no escuchaba nada que no fuera el constante silencio de su hermano.
«Es algo que... todavía no puedo decir», él simplemente apartó la mirada, dando por terminada la conversación.
Ella se quedó con la duda, pero supuso que él se lo diría cuando quisiera. Así había sido siempre y así seguiría siendo, cada uno con sus cosas pero con un hombro estable en el que apoyarse.
Tardaron casi una hora en llegar a un pequeño claro cerca de las Montañas Haleluyah, al pie de un barranco que estaba cubierto en su mayoría por una fría niebla que hacía que a Mireya se le pusieran los pelos de punta.
El límite del bosque estaba cerca, los Sully podían sentir la cercanía de algunos animales curiosos, y tal vez hambrientos.
—Venga —apremió la doctora—, tenéis que conectaros.
Esa casi orden hizo que Mireya volviera a su estado de notable enfado de hacía unas horas. Inspiró estruendosamente, sin molestarse en ocultar su temperamento.
Quiso ayudar a Jake a tumbarse en la cápsula, pero él la rechazó, otra vez, con suavidad. En su lugar solo cerró la tapa de la cápsula, despidiéndose de su hermano, como si no se fueran a ver dentro de unos minutos.
—¿Habéis hecho los videologs? —preguntó Grace antes de que ella cerrara su cápsula.
—Oh, mierda. —Se tapó la cara con las manos, maldiciendo en silencio a todo aquel que se le pusiera por delante.
—Ya las haréis, conéctate.
—Sí, señora —obedeció poniendo su mano derecha en la frente.
Antes de que Mireya pudiera bloquear su vista del interior del depósito y sustituirlo por el color verde de la cápsula, vio a la doctora sonreír y ella sonrió también. ¿Por qué no?
ESTÁS LEYENDO
I See You || Tsu'tey
FanfictionUn ángel, la llaman, pero en realidad es la pesadilla de más gente de la que le gustaría. ¿Qué pasaría si, en vez de solo tener gemelos, tuviéramos trillizos? Dos hombres y una mujer, un científico y dos soldados. Mireya Sully, hermana de Jake y Tom...