I See You || Tsu'tey

x.

—¿Me quieres decir que una a con dos puntitos arriba se pronuncia «iei»? —preguntó Jake de nuevo, cada vez más frustrado.

Grace lo miró y asintió otra vez. Mireya estaba apoyada contra la pared con los brazos cruzados, observando a su hermano. A ella también le había costado bastante aprender a pronunciar esa letra.

—¿Qué tenían estos en la cabeza cuando empezaron a hablar? —El Sully señaló el papel que tenía delante con ambas manos.

Myr sonrió sin atreverse a reír en alto, dejó caer su cabeza con cuidado hasta que chocó contra la pared. Si hubiera estado en su forma avatar no hubiera dudado en reírse en alto.

—Lucha tu batalla, hermano, Tsu’tey me va a matar como no me encuentra despierta en medio minuto —dijo Mireya dirigiéndose a su cápsula.

— Mierda —soltó Jake arrastrando su silla hasta el borde de su cápsula.

Su hermana no alcanzó a ver nada más pues ya había cerrado la tapa de la cápsula. Ella relajó su cuerpo completo y cerró los ojos, los cuales solo abrió cuando sintió algo suave tocar su espalda.

Mireya abrió los ojos, lista para otro día de entrenamiento y cero atención que no fuera la imprescindible a Tsu’tey. Ignoró ese pensamiento y saltó al árbol.

No vio a su mentor por ningún lado, así que se permitió admirar durante un momento el follaje del árbol madre que los cubría de los traicioneros rayos del sol.

Había unos pocos nativos levantándose, otros ya estaban encima del tronco y se dirigían a sus trabajos dentro del clan.

—Mireya —sintió como esa voz que ya se le hacía tan familiar la llamaba.

Se giró y encontró a su mentor a pocos metros de ella. Ella lo saludó con un movimiento de cabeza y él le indicó en silencio que se iban.

La Sully no protestó y simplemente lo siguió hasta fuera de la aldea. El guerrero le hizo entrega de un arco.

—Vamos a cazar.

Ella asintió y cogió el arco que Tsu’tey le entregaba. Se lo colgó al hombro y ambos salieron hacia el bosque.

[𓂃]

Mireya se había acercado a un par de viperlobos junto a Tsu’tey, en completo silencio. Ella cargó el arco, apuntando hacia el viperlobo de la derecha, lista para disparar.

El guerrero hizo lo mismo, pero apuntaba hacia el de la izquierda.

Myr notaba la cercanía de Tsu’tey, no la estaba tocando, pero su piel imploraba el tacto del hombre que tenía al lado.

Ella hizo caso omiso de eso, preguntándose más frenéticamente por qué su cuerpo le pedía esas cosas, ¿qué estaba mal en ella como para querer eso? ¿No le había bastado vivir esa mierda en el ejército?

Tensó el arco, preparada para dejar que la flecha recorriera su camino hacia el corazón del animal en tres... dos...

Otro animal gruñó a su izquierda y a Mireya se le encogieron todas las partes del cuerpo.

Ella giró su cabeza hacia el animal que había gruñido momentos atrás y casi volvió a encogerse sobre sí misma. Era el mismo que había perseguido a Jake y el que la había perseguido a ella, la misma especie.

—¡Corre! —le gritó a su mentor.

Él le hizo caso y ambos corrieron entre los árboles, intentando darle esquinazo al animal. Pero era imposible, era demasiado rápido.