xiv.

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Mireya salió de la cápsula todavía pensando en lo demasiado cerca que había estado Tsu’tey de ella.

Durante un momento se preguntó si habría querido besarla, pero al ver que solo había unido su frente con la de ella se llamó estúpida a sí misma.

No podía hacerlo, y aunque no la odiara como al principio, no iba a pasar de la línea que se había trazado hacía un tiempo ya. No traicionaría a su clan de esa forma, a su amiga.

—¿Dónde estabas? —preguntó Jake desde la puerta que separaba el pequeño cuarto y en donde estaban las cápsulas.

—En el árbol madre, comprobando una cosa.

—Comprobando ¿qué? Si se puede saber.

—¿Qué te pasa, Jake? —preguntó ella algo abatida.

—Nada.

—Mientes, sí que te pasa algo —replicó apretando los puños.

—¿Estabas con Tsu’tey?

—¿A que viene esta pregunta ahora?

—Solo responde.

—Sí, ¿y?

—¿Sabes a lo que estás jugando?

—¿Lo sabes tú?

Él abrió la boca para replicar, pero no tenía sentido seguir con esa conversación. No era ni el momento ni el lugar apropiados para continuar discutiendo.

Ambos sabían a qué jugaban, no hacía falta que nadie se lo dijera. Ella casi creyó que todo el clan sabía lo cercanos que se habían hecho los hermanos Sully a sus mentores.

Mireya casi deseó que hubiera sido Neytiri quién la estuviera entrenando y no Tsu’tey. Casi.

No era por nada, pero creía que no estarían teniendo esa conversación si eso hubiera pasado. «Que retorcida eres, Eywa» pensó ella entrando en el cuarto.

[𓂃]

Pronto será la ceremonia que os hará del clan Omatikaya al completo —la avisó su mentor mientras caminaban en dirección al bosque. A cazar, según había dicho él.

—¿Se me permite saber cuando? —preguntó situándose al lado del guerrero.

—Claro que sí, se te avisará uno o dos días antes —respondió ayudándola a saltar un tronco que había caído hacía bastante tiempo.

—¿Qué pasa en esa ceremonia?

—Esto parece un interrogatorio.

—No quiero parecer estúpida ese día, quiero tener algo en lo que apoyarme para actuar como es debido —replicó bajando del tronco, al lado de él.

—No parecerás estúpida —aseguró retomando la marcha—, eres todo lo contrario a eso —terminó en un susurro.

¿Qué has dicho?

—Nada.

—No, no, no seas como mi hermano, ahora quiero saberlo. —Ella intentó agarrarle el brazo para frenarlo, pero él se dio la vuelta y empezó a caminar hacia atrás a grandes zancadas.

—Si me atrapas, te lo digo, ¿trato? —preguntó apoyando sus manos en las rodillas.

Mireya se aseguró de que su arco estaba bien ajustado, antes de volver a mirarlo.

I See You || Tsu'teyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora