xxi.

2.3K 246 57
                                    

¡Loren! —llamó Mireya por enésima vez.

Llevaba casi dos horas buscando a su ikran, mirando por todas y cada una de las montañas flotantes.

¿Estás segura de que está aquí? —preguntó Tsu’tey poniendo una mano sobre su hombro.

No, no, nunca estoy segura, pero tiene que estar en algún maldito lado, ¡joder! —maldijo varias veces más.

Él ni siquiera intentó consolarla, sabía que no resultaría. Su amada estaba demasiado preocupada por su ikran, él también lo habría estado de ser ella.

Escucharon un débil rugido, poco sonoro, pero todavía algo potente. Ella levantó la cabeza y empezó a correr.

¡Loren! —gritó.

El guerrero corrió detrás de ella, intentando no perderla de vista.

Cerca del borde estaba la ikran, con un ala sangrando, aunque con el resto intacto. Mireya se agazapó a su lado. Loren miró a su jinete y la reconoció casi al instante.

Oh, Loren. —La Sully acarició la cabeza del reptil—. Trae a Mo’at, no puede salir de aquí sola —le pidió ella.

El guerrero le acarició la mejilla antes de correr hacia donde esperaba su ikran.

[𓂃]

Tardará unos días en poder volar —estaba diciendo la Tsahìk.

Mireya acariciaba el cuello y la cabeza de su ikran, que se había relajado hasta límites inesperados para uno de su especie.

Pero ¿podrá volar de nuevo? —preguntó la Sully más preocupada aún.

Claro, pero tiene que tomar el reposo adecuado —respondió la anciana nativa.

La Sully sonrió mirando a su ikran, que estaba más relajada aún. Le pasó otra vez la mano por la cabeza.

Vas a volver a volar, Loren —le dijo mostrándole una sonrisa que jamás le había mostrado a nadie.

La Tsahìk le mostró una sonrisa a Myr, pero desvió su vista de súpeto hacia Tsu’tey, quién miraba a su amada con un amor más profundo de lo que tal vez algún día fuera capaz de decir en alto.

Y tú. —Señaló al guerrero, quién casi no pudo fingir que no se había encogido al oírla usar ese tono—, cuídala.

Él asintió, de repente relajado. Mo’at empezó a caminar hacia el ikran de Tsu’tey, quién miró una última vez a su amada antes de irse para llevar a la anciana de vuelta a la aldea.

Mireya le sonrió con algo de diversión, él sabía que ella no se movería de ahí, no podía tampoco, pero aún así le prometió volver todo lo rápido que pudiera.

[𓂃]

—Perdón, Mo’at me ha soltado una charla sobre mis obligaciones en el clan —dijo el guerrero bajando de su ikran, a pocos metros de la Sully.

—No pasa nada, por fin he conseguido que Loren se duerma, la sangre ya ha coagulado, así que estará bien por ahora —respondió levantándose.

Tu hermano y algunos Omatikaya más se han asegurado de que los humanos se subieran a una nave y se fueran. —Mireya asintió, no lo lamentaba por no haber estado allí, no realmente—. ¿Pasa algo?

I See You || Tsu'teyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora