Mireya caía en picado hacia el bosque bastante más abajo, su mentor a pocos metros de ella. Él mantenía las orejas pegadas a su cabeza, pero ella las había levantado hacía muy poco.
Había sobrevivido a cosas peores, se recordó.
La Sully le ordenó mentalmente a Loren que se encogiera un poco más cuando casi pudo sentir el aliento de aquella cosa tan grande en la espalda.
Lo que bien podía ser cierto, pero aunque no iba a morir ese día, no se atrevía a mirar atrás.
La ikran obedeció y consiguió evitar que el gran ikran —si es que lo era— le desgarrara el cuerpo y matara a su montura de paso.
Mireya le dio la orden de largarse a Tsu’tey, así funcionaba ella: si alguien iba a morir —cosa que no iba a hacer, de una forma u otra—, iba a ser ella.
Él la vio e incluso dudó sobre si debía hacer caso, vaciló un par de veces antes de decidir que se quedaría a su lado. Aunque ella ya había devuelto su vista al frente antes de ver como su mentor desobedecía su orden.
El gran ikran volvió a abalanzarse sobre Mireya y su ikran, pero ella consiguió esquivarlo haciendo que Loren abriera las alas para planear.
El gran reptil detuvo su caída para perseguir a Myr, pero ella volvió a dejarse caer en picado. Aunque no pudieron escapar durante mucho tiempo del reptil naranja.
Ella volvió a mirar hacia Tsu’tey, encontrándose con él a su lado. Había desobedecido, si ahora no usaba bien sus cartas morirían los dos.
«Él no muere» se prometió ella metiéndose en medio de toda la maleza del bosque. Luego se preguntó por qué había decidido eso, pero simplemente lo ignoró.
Esquivó árboles, lianas, planeó sobre el suelo, todo por darle esquinazo al gran reptil naranja.
Después de un pequeño rato huyendo del gran ikran dejó que Loren escogiera un árbol en el que agarrarse. Tsu’tey llegó muy poco después. Entonces ella explotó.
—Sxkáwng! ¡Podrías haber muerto! ¡¿Por qué no obedeciste?! —gritó aún sintiendo como su ikran jadeaba por el esfuerzo. Puede que incluso llegara a bufarle a su mentor entre una palabra y otra.
Y puede que él bajara las orejas al oír los gritos de ella.
Y puede que ella también dejara de gritar al ver las orejas bajas de él. Incluso puede que llegara a bajar de su ikran —seguida de él— para disculparse y abrazarlo.
Y que él le devolviera el abrazo.
—Perdón, debería haber obedecido —se disculpó posando sus labios sobre la cabeza de Mireya.
Ella tembló un poco, ¿por qué se dejaba? ¿Por qué le gustaba ese gesto?
—Y yo no debería haberte gritado. —Ella apoyó su cabeza en el pecho de él, con su oreja derecha coincidiendo un poco más arriba del corazón del guerrero.
Y puede que lo sintiera latir bastante más fuerte de lo normal estando cansado.
[𓂃]
Tsu’tey abría una marcha pequeña en la que estaban los mellizos Sully y la futura Tsahìk de los Omatikaya.
—¿A dónde vamos? —preguntó Jake después de un rato.
—Ahora lo verás —respondió Neytiri.
Poco después el guerrero se paró y dejó paso para que Neytiri se adelantara. Mireya vio un cráneo no humano, ni na’vi, ni siquiera de un ikran normal. Eran tan grande como...

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I See You || Tsu'tey
FanfictionUn ángel, la llaman, pero en realidad es la pesadilla de más gente de la que le gustaría. ¿Qué pasaría si, en vez de solo tener gemelos, tuviéramos trillizos? Dos hombres y una mujer, un científico y dos soldados. Mireya Sully, hermana de Jake y Tom...