Jake tenía en la mano su cola neuronal, los zarcillos nerviosos se levantaban en el aire, buscando algo a lo que aferrarse. Él ladeó la cabeza ante el curioso movimiento de los zarcillos.
—No lo mires demasiado, o te quedarás ciego —le advirtió la doctora. Mireya soltó una pequeña risa.
—Esto es una cosa muy rara —dijo finalmente antes de dejar caer su cola neuronal.
Norm había estado a punto de repetir el gesto de Jake, pero la advertencia de la doctora Grace lo había frenado a hacerlo.
—Desconéctate ya, hermano —le aconsejó Mireya.
Él asintió, pero ella no pudo ver si le había hecho caso o no. No pudo verlo al menos hasta que no abrió la tapa de la cápsula, de vuelta en el laboratorio y en su cuerpo humano.
La tapa de la cápsula de Jake se abrió poco después, mostrando de nuevo al exmilitar con un humor no tan bueno como lo había sido hacía un rato. Su hermana suspiró, estar en el cuerpo humano de vuelta le había pegado un buen golpe a Jake.
—Mañana iremos al bosque, no quiero tonterías —informó la doctora apareciendo delante de ella.
Jake la escuchó y giró su cabeza hacia ella, Mireya se preguntó si su cuello no se habría partido al girarlo tan fuerte y tan rápido. Aunque su preocupación desapareció al no ver ninguna mueca de dolor en su hermano.
[𓂃]
—Vuelve a dentro, no necesito más idiotas armados —le ordenó Grace a uno de los soldados que los había acompañado hasta el bosque de Pandora.
Mireya desvió su mirada hacia la doctora y luego hacia su hermano. No sabía si se había referido solo a Jake o a ambos Sully, pero de igual manera sonrió con diversión.
Empezaron a caminar entre la maleza, ella escuchaba parcialmente a la doctora y a Norm hablar sobre la flora de Pandora. A ella también le fascinaba, todo era impresionante.
Jake estaba unos pasos por delante de ella, admirando las plantas que tenía cerca de él. Mireya sonrió enternecida, hacía tiempo que no lo veía fascinarse por nada.
Él tocó una planta medio anaranjada que se replegó sobre sí misma al mínimo roce. El Sully volvió un paso atrás, pero rápidamente se recompuso y volvió a tocar otra planta, recibiendo el mismo movimiento por parte de ella.
Sinceramente, Mireya podría haber estado observando a su hermano jugar con las plantas durante siglos, y jamás se cansaría de verlo sonriendo. Daban igual los años que pasaran, nunca se aburriría de verlo jugar.
Un rugido hizo que ella volviera a la realidad y agarrara su arma, preparada para disparar. Su hermano hizo lo mismo, las plantas que antes había estado tocando se encogieron, mostrando algo parecido a un triceratops con la cabeza similar a un tiburón martillo.
—¡Jake, no le dispares! —gritó la doctora.
—¿Y qué hago, bailar con él?
—Está protegiendo su territorio, simplemente no te muevas —le ordenó Grace. Le había lanzado miradas furtivas a Mireya, pidiéndole en silencio que no hiciera nada, si Jake era listo podía salir de ahí sin problema.
El cabezamartillo comenzó a correr hacia Jake trás un rugido de guerra. Él hizo lo mismo, a pesar de la diferencia de tamaño y fuerza entre el animal y el Sully.
Algo hizo que el cabezamartillo se detuviera a poco más de un palmo de la cara de Jake, asustado. Luego salió corriendo hacia el lado contrario.
A Mireya podrían haberle dicho que estaba blanca como la muerte de no haber sido azul en ese momento. Su hermano estaba diciéndole algo al cabezamartillo, insultándolo, pero ella no oía nada.
El animal soltó un pequeño rugido antes de saltar hacia el sitio en el que anteriormente estaba el otro gran ser. Jake apretó las orejas contra su cabeza, asustado.
El animal, totalmente negro, se giró hacia Jake.
—¿Y con este, qué hago? ¿Huyo, no huyo?
—¡Corre! Sin dudarlo, ¡corre! —ordenó Grace.
Cosa que él hizo. Corrió hacia el interior de la maleza, escuchó a duras penas a su hermana gritar su nombre repetidas veces. Luego dejó de oírla por completo, sus sentidos estaban orientados hacia su supervivencia.
Mireya había salido al pequeño claro, seguida de Grace y Norm. Ellos habían impedido que saliera corriendo detrás de Jake, pero no habían conseguido taparle la boca para que no gritara.
Otro pequeño rugido les llegó desde la derecha, la Sully apretó sus orejas contra su cabeza y los otros dos repitieron su gesto. Ella pensó rápido y se zafó de la doctora y su compañero.
—¡Ven aquí! —le gritó, esperando que la mirara, y cuando clavó sus oscuros ojos en ella, corrió. Corrió como alma que lleva el diablo, escuchando las fuertes pisadas del animal detrás de ella. Su plan había funcionado, ahora solo quedaba esperar que no volviera atrás.
Mireya solo pensaba en correr, ya se preocuparía de Jake más tarde, ahora solo tenía que alejar lo suficiente a ese animal de la doctora y Norm.
Se raspó los brazos con las ramas que tenía que apartar para no tropezar, pero no paró en ningún momento, ni siquiera cuando los tuvo en carne viva.
Llegó a un barranco, no, a una cascada. Tenía al animal pisándole los talones, pero paró un momento para ver, más o menos, el agua de abajo.
Escuchó al animal y saltó al agua.
Salió a la superficie a tiempo de ver otro animal igualito al que la había perseguido no muy lejos del que había aparecido segundo. Alcanzó a ver a su hermano en el agua antes de que la corriente la arrastrara.
—¡Mireya!
Lo escuchó gritar, pero no podía responder o el agua entraría en su cuerpo, y por ende, a sus pulmones.
Intentaba aferrarse a la orilla del río con todas sus fuerzas, incluso había usado su arma como tope, pero la corriente consiguió que se rompiera, dejándola a la merced de la fuerza del agua un rato más.
Utilizó sus manos repetidas veces después, intentó agarrarse a las raíces que sobresalían por debajo del nivel del agua, solo consiguiendo que sus manos sangraran más todavía.
Notó como estaba en camino a la inconsciencia, solo provocando que intentara agarrarse a algo con más frenesí que antes. Consiguió la fuerza necesaria para agarrarse a una raíz salida de algún sitio, saliendo por fin del agua.
Intentó no llorar, ni tirarse al suelo, tenía que moverse. Rápido. Clavó sus dedos en la tierra húmeda y blanda de la orilla y vomitó. Vomitó hasta la primera papilla, vomitó incluso cuando su cuerpo no tenía nada más que echar fuera.
Las arcadas volvieron a ella, aunque desaparecieron poco después. Dejándola sola, helada y con varias partes de su cuerpo sangrando.
Mireya se dio cuenta de eso y se quitó la chaqueta. Ignoró todos los ruidos procedentes del bosque mientras se tapaba las heridas con los cachos de tela que había arrancado de su chaqueta.
Su cabeza volvió a la guerra, provocándole un déjà vu. «Hoy no» pensó levantándose, «ni hoy, ni mañana. No voy a morir, por mi santo hermano que no».
Consiguió empezar a caminar, librándose de la vaga sensación de inconsciencia. Agarró una rama partida y comenzó a moverse, manteniéndose cerca de las palantas con bioluminiscencia.
Caminó y caminó, sin descanso e ignorando el dolor atroz de sus pantorrillas. Había vivido cosas peores, se recordó, mucho peores.
Alguien le lanzó una cuerda a las piernas que hizo que se cayera sin opción a agarrarse a nada.
Ni siquiera intentó echar mano de la rama que había tenido antes en las manos cuando vio a cuatro nativos apuntarla con arcos cargados.
—Esto es la hostia —susurró apretando los puños.

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I See You || Tsu'tey
FanfictionUn ángel, la llaman, pero en realidad es la pesadilla de más gente de la que le gustaría. ¿Qué pasaría si, en vez de solo tener gemelos, tuviéramos trillizos? Dos hombres y una mujer, un científico y dos soldados. Mireya Sully, hermana de Jake y Tom...