xx.

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Mireya se mantenía cerca de Jake, aunque vigilando a los dos nativos que iban cerca de ambos hermanos.

—¿Lista, Myr? —preguntó Jake de súpeto.

—En absoluto, nunca se está listo realmente —respondió levantando sus orejas.

—Cierto, y otra cosa. —Ella lo miró con una ceja levantada—, ya me dirás lo que pasó entre tú y KJ.

—Su padre era un traidor y me encargaron a mi matarlo, ella debe de pensar que disfruté matarlo.

—Pero no lo hiciste.

—No, por muy traidor que fuera, aunque es una buena forma de amenazarla, así se le queda grabado —añadió recordando la amenaza que le había hecho.

—A veces me sorprende la facilidad con la que puedes amenazar a alguien, hermanita.

—Sí, sí, céntrate, ya te contaré la historia completa —espetó Mireya poniéndose de pie sobre los apoyapies de la montura de su ikran.

Ma’Jake —llamó Neytiri.

Él la miró y la nativa señaló hacia el medio de las montañas flotantes.

—Jake —dijo Norm al otro lado de la línea del comunicador—, ya están aquí.

—Empecemos —sentenció recargando el arma

Mireya tragó saliva agarrando el arco con fuerza y echándole una última mirada a Tsu’tey, encontrándose con que él ya la estaba mirando.

Y tal vez en ese momento ella sintió el creciente miedo extinguirse por un momento.

[𓂃]

Mireya tensó la cuerda del arco de nuevo, le dolían las manos, pero debía apuntar.

Blanco. Una nave menos.

—Tú puedes, Loren —animó a su ikran entre dientes.

Localizó a su amado en una nave, había derribado a dos humanos, pero todavía faltaban otros dos. Y ella los tenía a tiro.

Clavó sus cabezas a la flecha y continuó volando por entre las naves, esquivando balas como podía. Aunque lo que no llegó a ver fue la sonrisa salvaje que Tsu’tey le dedicó antes saltar a su ikran.

—Seze está muerta —escuchó a Neytiri a través del comunicador.

Hubo unos segundos de silencio, Mireya lo sentía por la ikran de Neytiri, pero debía centrarse en lo que pasaba ahí y ahora.

Ma’Jake —llamó Neytiri de nuevo—, ¡Eywa te ha escuchado! —Y tras decir eso, cientos, tal vez miles, de ikranes aparecieron en escena.

Aparecían por el medio de las montañas, algunos subían desde debajo de la niebla. Eso no era solo un aquelarre o dos, eso eran unas buenas docenas de aquelarres tal vez enteros.

Y durante ese lapso de tiempo en el que Mireya desconectó de la realidad, atacaron a Loren también.

Mireya todavía se aferraba a ella cuando la propia ikran la lanzó contra el borde de los acantilados, cayendo ella al vacío pero no su jinete.

—¡Loren! —La Sully se acercó al borde y pudo ver a Toruk cargar con su ikran y llevársela a una de las montañas flotantes.

I See You || Tsu'teyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora