𝗢𝗻𝗲 𝗦𝗵𝗼𝘁𝘀ㅤ⨾ㅤ𝗌𝖺𝗌𝗁𝖺𝗇𝗇𝖾

𓈀 Luces rojas. 𓏭 ១

Cuatro paredes era lo que ella veía, pequeñas cadenas le limitaban completamente su movilidad. Cadenas los cuales lastimaba su piel pálida creando breves marcas carmesí en la misma, se removía en aquella cama con dificultad gracias a aquel artefacto de metal que la presionaban.

Lo único que lograba era dañar su pálida piel la cuál era como una porcelana, suave... Delicada y literalmente cualquier cosa podía dañarla, hasta el mismísimo sol, cosa que Sasha odiaba demasiado.

Su respiración era errática, recuerdos de su amor volvían a su mente. Cabellera castaña la cuál se movía sutilmente por el viento, aunque era poco probable gracias a lo esponjados que eran, ojos color avellana oscurecidos los cuales brillaban al verla. Una sonrisa tan maravillosa que alegraba hasta sus días más oscuros.

── no puedo respirar... No puedo sin ti. ── murmuró con la voz en un hilo, cada vez perdía más la respiración creando que llevará sus manos hacía su propio cuello. ── m-moriré sin ti

Miraba al fondo estirando sus brazos hacía ellos. La figura de la castaña aparecía frente suya haciéndola tener sus ojos brillosos pero... Cada vez se alejaba más haciendo que la ansiedad en la Alemana cada vez empeoraba, movimientos bruscos comenzaba a salir en busca de zafarse y correr hacía su amor, pero... Nada, absolutamente nada de nada. Quería un abrazo de aquella chica pero... Nuevamente estaba ella sola en aquella cuatro paredes removiéndose cómo si un gusano se tratara, quería quitarse aquellas molestosas cadenas quienes no permitían claramente que sea libre.

Intentaba escapar pero no podía, intentaba lo que sea y nada... Solo... lograba lastimarse cada vez más.

── Maldita sea... ── murmuró de forma suave dejando de moverse, mirando su piel. Traía una camiseta negra la cuál cubría casi todo su cuerpo, no traía zapatos sintiendo frío en la zona, sus brazos estaba completamente expuestos al igual que piernas, en su piel se podían notar las marcas sobresaltar en un tono más carmesí que antes.

Comenzaba a arder creando una molestia en la rubia.

Ya se estaba volviendo loca, ahora su vista eran luces rojas: la aturdían y hasta hacían doler su cabeza. Suspiró.

Minutos habían pasado y sentía su cuerpo más liviano, notando cómo aquellas cadenas gracias a los movimientos bruscos se habían soltado dejándola libre. Recorrió con la mirada la habitación blanquesina y casi hasta pequeña, se sentó en aquella cama.

── alfin... ── se levantó pero... Había caído nuevamente en la cama sintiendo un fuerte dolor en su tobillo dándose cuenta después de horas, que, efectivamente tenía cadenas en aquella zona, que esperarse. ── demonios...