capitulo 18

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Las gemelas vacilaron por un momento cuando Jinki entró a la habitación. Pero al ver la sonrisa dibujada en su rostro, se arrojaron a sus brazos. Jinki las abrazó con fuerza y les cubrió la cabeza de besos. Las niñas no alcanzaron a ver las lágrimas que asomaron a sus ojos. Si las hubiesen visto, no las habrían entendido. Jinki estaba feliz de verlas. Las había echado mucho de menos. Siempre había tenido dudas acerca de la idea de mandarlas a Denver. Eran tan pequeñas. Pero las había enviado solo porque eran gemelas. Creía que al estar juntas serían capaces de enfrentarse al mundo. Y las niñas habían demostrado que tenía razón. Pero lo que las gemelas no iban a entender era la segunda razón de sus lágrimas. Ellas eran sus hijas, Jinki las adoraba y sabía que no eran felices. Si estuvieran contentas, no se habrían portado tan mal. Pero las niñas tenían que aprender a vivir en el mundo. No podían pretender que el mundo se adaptara a sus deseos. A Jinki le daba tristeza pensar en el futuro tan adverso que les esperaba. Y lloraba porque ahora podía hacerlo, más tarde tendría que hacerse el fuerte.

—Dejadme veros —dijo, al tiempo que daba un paso hacia atrás.

—¿Por qué estás llorando? —preguntó Shinhye.

—Porque llevo mucho tiempo sin veros y os extrañaba mucho. —Shinhye le dio un gran abrazo. Jinki la abrazó y luego se alejó un poco de nuevo—. Os seguís pareciendo tanto como siempre. ¿Todavía os hacéis pasar la una por la otra?

—Nadie nos puede distinguir, solo el señorito Kim —dijo Shinhye.

—Y estáis más lindas que nunca. Vuestro padre se sentirá tan orgulloso que seguramente se le olvidará lo que pasó. —Jinki se secó los ojos con un pañuelo de encaje que llevaba entre la manga. Tomó el asiento que estaba junto a la puerta, lo puso entre las dos camas y se sentó—. Ahora tenemos que hablar sobre vuestro comportamiento.

Las gemelas se dejaron caer sobre sus camas y la sonrisa se borró de su rostro.

—¿Os dais cuenta de que habéis hecho muy infeliz a vuestro padre? — preguntó Jinki y las gemelas dejaron caer la cabeza—. Él tiene un sentido de la responsabilidad tan fuerte que sencillamente no puede entender cómo es posible que os podáis comportar tan mal.

Eso no era enteramente cierto. Las niñas eran iguales a su abuelo y eso era lo que había dicho DongWook, con una profunda tristeza en la voz. Aunque quisieran portarse bien, no podían hacerlo. Había algo en ellas que las arrastraba hacia su propia destrucción. Jinki no tenía ganas de discutir con DongWook acerca de su padre, pero había decidido que sus hijas no se iban a destruir, al menos mientras el estuviera en condiciones de hacer algo para impedirlo.

—Voy a llevaros de nuevo a esa escuela, le permitiré a la señorita Settle que os dé unos buenos azotes y luego os meteré de nuevo en vuestra habitación, con una tranca en la puerta, si es necesario.

Las niñas parecieron horrorizarse.

—Eso es lo que quería hacer el tío Siwon —dijo Rose.

—Pues parece que finalmente estamos de acuerdo en algo —dijo Jinki—. Normalmente no estoy de acuerdo con los golpes, pero no voy a tolerar este comportamiento tan salvaje.

—Nosotras tratamos de portarnos bien —dijo Shinhye.

—Queríamos portarnos mucho peor —dijo Rose.

Jinki no pudo contener la sonrisa.

—Estoy seguro de que así es. Todos los Choi tienen que hacer un esfuerzo para comportarse como la gente normal.

—Pero Dara y Taejoon sí se portan bien.

—Creo que ellos son más bien Lee. Los Lee siempre hacemos lo que nos dicen. Esa es la razón por la que somos buenos soldados.

Heechul   ( Libro 6- serie 7 novios)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora