capitulo 23

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Heechul se quedó mirando a Siwon con horror y sintió que el corazón dejaba de latirle. Podía ver la sorpresa en su cara, la petrificación inmediata de su sonrisa. Heechul sabía que debía decir algo, pero no se le ocurría ni una sola palabra que no lo condenara. Al darse cuenta de que Clara Rabin estaba detrás de el, dispuesta a malinterpretar cualquier cosa que pudiera decir —y a transmitir después todas sus malas interpretaciones a todos los presentes—, se quedó prácticamente sin palabras. Mientras se aferraba a Harvey, dijo:

—No me siento bien. Me gustaría irme a casa.

—¿Está usted enfermo? —preguntó Jinki.

—Tal vez debería sentarse —dijo Taemin con esa educación que le caracterizaba—. Es posible que el viaje en coche lo haga sentirse peor.

Heechul clavó sus ojos en Siwon, pero no vio en su expresión ningún rastro de simpatía o preocupación. Solo vio dolor y rabia. Heechul vio cómo Siwon se encerraba en sí mismo y se volvía inalcanzable. Lo único que quedaba a la vista era un caparazón duro e impenetrable.

—Gracias, pero preferiría irme a casa.

—¿Por qué no lo llevas tú, Siwon? —dijo Jinki—. De todas maneras no te ibas a quedar.

Heechul no pudo evitar mirar a Siwon, aunque esperaba que su rostro no reflejara cuánto quería que él aceptara la sugerencia de Jinki. Estaba desesperado por pasar unos minutos a solas con él.

—El vino con Harvey —dijo Siwon—. Y nunca me atrevería a entrometerme.

Su voz sonaba fría y cortés, pero las palabras parecían llenas de veneno. Siwon no tenía ninguna intención de salir del hotel con el. Heechul nunca lo había visto tan herido, tan frustrado, tan fríamente indiferente. Eso le causó un enorme dolor. Hizo que su corazón se partiera en dos por saber que el era la causa de su sufrimiento. Era evidente que la nota de la señorita Settle no había explicado la situación con suficiente claridad. Y aunque ese momento no era el más oportuno para tratar de justificarse, Heechul tenía que intentarlo.

—Probablemente estará sorprendido de verme aquí, cuando...

Los ojos de Siwon irradiaron rabia cuando lo interrumpió.

—Los yanquis nunca me sorprenden. Sé de sobra que son capaces de cualquier cosa.

En medio del dolor y la humillación, Heechul sintió que comenzaba a ponerse furioso. Siwon lo estaba condenando sin darle la oportunidad de explicar la situación. Como hacía cada vez que se sentía herido, se estaba refugiando en sus prejuicios.

—Me imagino que no cree que yo...

—Y tampoco me interesan sus razones —dijo, al tiempo que anulaba el esfuerzo de Heechul por explicar su presencia en el baile—. ¿Por qué habría de esperar un comportamiento honorable donde sé que no existe?

Heechul perdió el control. No entendía por qué Siwon pensaba que él era el único que tenía sentimientos o el único que podía sentirse herido. Estaba cansado de tolerar el egocentrismo de Siwon. A pesar de lo mucho que lo amaba, se preguntó si alguna vez podría ser capaz de pensar en alguien distinto de él mismo.

—Usted no reconocería el honor ni aunque fuera un perro que lo mordiera en ese muñón —dijo Heechul.

—Ah, ¿entonces ha visto mi muñón? —dijo Siwon y sacudió la manga vacía ante los ojos de Heechul.

—¿Cómo podría dejar de notarlo? —dijo Heechul—. Si parece ser la suma total de su existencia. No puedo pensar en un símbolo más apropiado de lo que es su vida. Una creación perfecta, dañada en la flor de la vida y cuidadosamente preservada sin ninguna alteración para producirle dolor a todo el mundo.

Heechul   ( Libro 6- serie 7 novios)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora