Heechul ( Libro 6- serie 7 novios)

capitulo 21

Siwon tuvo la tentación de ir caminando al hospital, mientras mandaba a Heechul en el coche. No estaba seguro de que fuera una buena idea ir a solas con el. O bien podía decir algo que no debía, o bien podía sucumbir a sus emociones y dejar que descubriera lo débil que se sentía. Prácticamente se había mudado a vivir al banco en los últimos días, para no tener que hacer frente a sus sentimientos. Pero también se daba cuenta de que la situación estaba llegando a un momento de crisis. Por el había hecho cosas que no quería hacer. Siwon todavía no había recuperado el equilibrio después de hablar con Kibum y con Jinki. Sentía que nada estaba bien. Y, peor aún, Heechul lo hacía preguntarse por todo lo que había hecho durante años, lo cual le producía mucho temor. Nunca serás más que un gallina. No eres más que un maldito cobarde. Las palabras de su padre lo habían perseguido durante toda la vida. Había encabezado aquel tremendo ataque contra los yanquis en Gettysburg para escapar de ellas. Se había negado a morir mientras yacía en el campo de batalla, esperando a que alguien lo encontrara, y su sangre empapaba el suelo, solo para desafiarlas. Había fundado el banco y trabajaba ciento cuarenta horas a la semana para demostrar que no eran ciertas. Y había usado la guerra y la pérdida de su brazo para mantener a raya todas sus dudas. Había encontrado la paz en el banco, en el rígido control que ejercía sobre sí mismo y en el hecho de trabajar más, saber más y ganar más dinero que cualquier otro banquero de Denver. Pero en ese proceso se había alejado de su familia y de toda la humanidad. Cuando una emoción amenazaba con quebrantar aquel severo autocontrol, la alejaba con unas cuantas palabras tajantes y, si era necesario, crueles. Pero eso no había funcionado con Heechul.

—Usted no quiere que yo le agrade, pero así es —dijo el joven.

Silencio. Heechul no sabía qué era lo que esperaba de Siwon. ¿Acaso quería que admitiera su debilidad? Siwon suspiró. El prosiguió.

—Después de pasar años tratando de convencer a todo el mundo de que los yanquis son malvados, le resulta imposible admitir que le gusta un yanqui. Desde luego, usted no cree realmente que los yanquis sean unos demonios. Solo es algo que dice, algo que usa para evitar que la gente se le acerque.

Siwon sintió que se ponía rígido. Heechul pensaba que lo conocía muy bien. Los donceles siempre eran así, siempre pensaban que sabían más de uno que él mismo.

—Usted no quiere que la gente se le acerque demasiado porque tiene miedo de no resultar agradable. También tiene miedo de resultar agradable. Eso lo trastornaría todo, ¿no es verdad?

—Si ese es un ejemplo de la lógica yanqui, me sorprende que hayan logrado ganar la guerra, a pesar de que tenían el doble de los hombres y recursos.

Heechul se rio en voz baja.

—Si hubiese dicho eso durante la cuarentena, me habría puesto furioso. Pero ya es demasiado tarde. Eso no es más que una patraña, Siwon. Usted piensa que no lo conozco, pero puedo ver claramente lo que está pensando.

Siwon experimentó un momento de pánico. Parte de su defensa siempre había sido no permitir que nadie viera nunca su interior. ¿Sería posible que Heechul hubiese traspasado esa barrera?

—Es tan fuerte y valiente como sus hermanos. Tal vez incluso más fuerte en ciertos sentidos. Ya sé que es capaz de ganar una pelea luchando con un solo brazo. Ni siquiera Minho es tan fuerte como usted.

Al ver que Siwon guardaba silencio, Siwon insistió.

—No siempre estoy de acuerdo con sus métodos, pero usted quiere mucho a su familia, su lealtad es tan fuerte que sería capaz de hacer cualquier cosa por ellos. Es el hombre más capaz que conozco. Hace cosas asombrosas y ni siquiera se da cuenta.

Siwon se había preparado para una batalla, para una confrontación que nunca estalló. En lugar de eso Heechul lo había atacado desde un ángulo totalmente inesperado. Había descubierto su lado débil, había dicho cosas que él quería oír, cosas que él quería creer. Antes de que él pudiera ponerse en posición apta para enfrentarse al ataque, el había disparado una descarga que lo había dejado de rodillas.