Capítulo 11

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Después del suceso con Poché en ese orfanato abandonado, todo paso demasiado rápido. Kim con ayuda del Piochas, cargó con el cuerpo moribundo de María José, hasta la camioneta. La expresión de Daniela, al ver a su morena cubierta de sangre y con el rostro pálido, fue indescriptible. La sensación de dolor y terror en su pecho, no la dejaba reaccionar con claridad. Su vista se nublo por las lágrimas, cuando tuvo la cabeza de Poché, apoyada en su regazo. Kim dió una orden de que buscarán y encontrarán al responsable de todo y se subió nerviosamente a la camioneta. Se puso en marcha, con las ideas desordenadas mientras Daniela solo sabía llorar y gritar "Poché, no me dejes" la situación era realmente triste y desgarradora.

_ Tranquila, en casa lo arreglaremos todo. Llamaré al Doc y todo se resolverá_ decía Kim intentado mantener la calma. Daniela la miró y negó rápidamente con la cabeza.

_ Estás loca! Cómo qué a la casa!? Que no ves cómo está? Necesita un hospital, Kim....

_ Daniela no se puede, eso sólo levantaría más polvo...

_ No Kim! Ella se está muriendo, Dios! Que no ves?_ la castaña sostenía la cabeza de Poché en su regazo y las lágrimas rodaban. La idea de perderla la desgarraba por dentro. Sentía su mundo desvanecer en sus manos. Poché era su mundo. Y ni siquiera lo sabía.

_ Cálmate y hazme caso.... Por ahora solo has presión con tus manos en su abdomen, está perdiendo mucha sangre_ Calle con manos temblorosas le hizo caso y presionó suavemente sus manos contra el abdomen de Poché. La sangre salía cómo agua de ella. En el fondo la castaña temía que no sobreviviera.

(...)

Kim adelantaba los autos con agilidad, se dirigía a la finca. Después de veinte minutos, llegaron y un par de hombres ayudaron a bajar a la morena de la camioneta. Entraron rápidamente a la casa, mientras la rubia llamaba al doctor de cabecera, el ya había ayudado a la morena en otras ocasiones. Este era el tubio mundo de María José, por este tipo de cosas había alejado a su hermana menor de ella.

No era seguro.

Solo la muerte era segura aquí.

Mendoza no tardó mucho tiempo en llegar a la hacienda y comenzar a estabilizar el cuerpo de Poché. Daniela y Kim esperaron fuera de la habitación, mientras el señor de barba tupida y cabello canoso hacia su trabajo. Daniela todavía estaba en shock, sentada en el piso junto a la puerta de Poché, con su espalda recostada a la pared mientras agarraba puñados de su pelo entre sus manos.

No entendía cómo pasó.

Nadie entendía, la verdad.

Los minutos pasaban tan lentamente que parecían una tortura. Afuera solo se escuchaba el sonido quejumbroso de las pinzas y uno que otro suspiró. Nadie decía una palabra, solo esperaban. Calle resaba internamente por qué María José siguiera con vida, no podría soportar perderla.

Apenas estaban comenzando algo.

El sentimiento de culpa se abría paso por el cuerpo de la castaña, solo de pensar que por su culpa Poché tal vez, no había podido pensar con claridad. Sabía que la morena de ojos verdosos, había estado bebido antes de salir esa mañana. No había dormido mucho en estos días y todo era culpa de Calle. Eso pensaba ella.

Una hora más tarde, la puerta al fin se abrió, dejando ver a un hombre de avanzada edad, con la frente sudorosa y una expresión de pocas esperanzas en el rostro. Daniela se levantó rápidamente y Kim sé acercó. La mirada de Mendoza era triste y seria, no parecía tener muy buenas noticias...

_ Doc, cómo está ella?_ preguntó la rubia.

_ Bueno, en estos momentos está fuera de peligro_ las dos mujeres suspiraron sonoramente, estaban aliviadas_ para su suerte la bala no afectó ningún órgano, ni ningún tejido. Cómo mismo entró, salió. Pero..._ Daniela se frotaba el pecho con su mano y cuando el hombre dijo esa última palabra, su respiración se detuvo.

MI OBSESIÓN (Poché G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora