Capítulo 34

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Un tiempo después nos mudamos a la nueva casa, allí los gemelos podrían correr y jugar a sus anchas, es bastante grande. Ésta casa la heredé de Camilo hace algunos años, fue una de las propiedades que puso a mi nombre, el hombre me quería en el fondo.

Que lindo es despertar y que lo primero que vean tus ojos, sea la cara de la persona que amas. Cada día descubro que no hay un punto máximo en el amor que siento por Daniela. Es tan inexplicable la facilidad que tiene para hacerme feliz, a veces me pregunto que pudo ver en mi, no soy la persona que ella merece.

Extiendo mi mano y paso un mechón de cabello, por detrás de su oreja. Lo hago delicadamente para que no se despierte, anoche casi no durmió por los gemelos. Sigue durmiendo plácidamente, su rostro está relajado y parece profunda. Giró mi cuerpo y miró a la mesita de noche, el reloj marca las siete y media. Hoy es sábado y no tengo que ir al trabajo, pero tampoco se quedarme en la cama.

Miró otra vez a mi mujer y decido levantarme para preparar su desayuno. Obviamente intentaré no quemar nada, pero tampoco prometo nada. Así pues salgo de la cama con mucho cuidado y me dirijo al baño. Una ducha es lo que necesito para que mi cuerpo termine de despertar. Me quito el top y los boxers para tirarlos en la ropa sucia. Abro la llave de la bañera y me siento en el borde a esperar que se llene.

_ Gordi?_ escuchó la voz ronca pero dulce de Daniela.

_ En el baño, Chiqui_ agarro una toalla y la envuelvo en mi cintura, para cuando salgo a la habitación me la estoy terminado de acomodar.

Mi amor sigue entre las sábanas y se estira bostezando. Que hermosa se ve con ese cabello despeinado, la cara con marcas de la almohada y sus labios levemente hinchados. Creo que nunca vi nada más hermoso que el rostro de mi mujer. Hace días  que pienso en decirle algo, pero como que necesito más seguridad, no se si ella quiera lo mismo.

_ No hay beso de buenos días para mí?_ dice ella haciendo puchero.

Camino con una sonrisa hacia la cama y me inclino hacia ella para besar sus labios. Tan delicados y suaves como siempre. Saben, nunca recordé nada de todo este año, pero puedo decir que ya no es una prioridad. Ahora que tengo a mi familia, como siempre lo soñé y con la mujer que quiero, pues no necesito nada más.

Nuestros labios hacen movimiento suaves, pero cuando mi mujer pone su mano en mi nuca y me atrae más a ella, profundizo el besó y meto mi lengua en su boca. Ella no se aleja, todo lo contrario, la abre más permitiéndome entrar libremente. No saben cuánto tiempo llevo esperando poder tocarla, entre los bebés, mi trabajo y el cansancios de noches sin dormir, no tenemos tiempo para hacer el amor.

_ Un mañanero?_ asiento muchas veces dejando reiterados besos en su carita.

Tiro de la sábana, liberando su precioso cuerpo, sólo lleva bragas y una blusa de tirantes. Es más cómodo para alimentar a los gemelos en la madrugada. No tengo tiempo a detenerme para admirar su cuerpo porque ella me jala por los hombros y termina por juntar nuestros labios. Siento el calor de su boca y bajo una mano para quitarme la toalla de una vez. La tiro a un lado y pegó mi polla en su entrepierna caliente. Nos separamos por falta de aire, su voluptuoso pecho sube y baja rápidamente. Es increíble cómo Daniela se acelera solo con un beso, me encanta ver el efecto que tengo en ella.

_ Creo que deberíamos hacerlo de lado, así no lastimas tu herida_ dije con la voz entrecortada.

Daniela se ríe y asiente.

_ Por qué eres tan linda?_ me encogí de hombros y la besé otra vez.

Sus labios son cada vez más adictivos para mí, siento el calor concentrarse en mi polla y me aprieto más contra su sexo. Gime en mi boca y mueve casi imperceptible sus caderas. Pero no quiero lastimarla, finalizó el beso mordiendo su labio inferior y ella sonríe. Sin que le diga nada comienza a girarse y entonces me posicionó a su espalda.

MI OBSESIÓN (Poché G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora