Capítulo 4

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Narradora.

Si hace un par de días alguien le hubiese dicho a Calle, que sería secuestrada por una loca, psicópata, se habría partido de la risa. Pero lo que es peor. Si le hubiesen dicho que, después de todo el daño que esa mujer le estaba ocasionando, terminaría sintiendo atracción por ella, definitivamente hubiera mojado sus pantalones por tanta risa. La verdad yo tampoco, me lo hubiese imaginado ni por un momento, pero bueno, sigamos...

Cuarenta y tres, cuarenta y cuatro, cuarenta y cinco, cuarenta y seis....

Daniela se había despertado hace un par de horas y Poché no estaba. Se hecho. La morena de cabello azul no había pasado la noche en su habitación. Calle estaba supremamente aburrida, y se encontraba sentada en la enorme cama, con sus piernas cruzadas, los brazos apoyados en sus muslos y el rostro apoyado en sus manos. La castaña se había puesto a contar, cada flequillo de la alfombra, que estaba a un lado de la cama. Intento contar ovejitas, pero le pareció demasiado tonto, luego contó elefantes y por fin terminó con los flequillos de la alfombra.

Dios! El aburrimiento me consume... Acaso esta mujer piensa tenerme aquí encerrada, sin nada que hacer?

En ese momento se escuchó la llave en la cerradura de la puerta, y la castaña se sobresaltó, corriendo su cuerpo hasta que su espalda tocó el cabezal de la cama. La puerta se abrió, dejando ver a una joven chica, de cabello rubio, ojos cafés y sonrisa amable. Llevaba un uniforme, al parecer era empleada doméstica de la peliazul.

_ Señorita, aquí le trigo su desayuno_ la castaña se fijó en la charola que sostenía y la boca se le hizo agua. La joven chica se acercó y lo dejó sobre la cama. Daniela la observaba dudosa_ la señora Poché dijo que me asegurará de que lo comiera todo_ la joven hizo un gesto gracioso con su boca y rodó los ojos. Calle esbozó una risita nerviosa.

_ Gracias_ dijo la castaña. Tal vez no todos aquí eran tan irritantes como la peliazul, quizás podía conversar un poco con esta chica, era mejor plan que estar contando los flequillos de la alfombra_ siéntate porfavor_ pidió ella haciendo un gesto con la cabeza mientras, se acomodaba mejor y llevaba la charola a su regazo. La joven empleada no se veía tan convencida_ La psicópata no está aquí, puedes sentarte tranquila_ confirmo Daniela, insistiendo.

_ Bueno, está bien_ la joven de cabello rubio se sentó en el borde de la cama y la miró raro. Daniela comenzó a comer con ganas, casi derramaba la comida de su boca_ mucha hambre, no?_ las dos se miraron y rieron por lo bajo.

_ Lo siento, es que hace horas no pruebo bocado_ habló ella con su boca medio vacía. La joven asintió y Calle se llevó una tostada a la boca para darle un gran mordisco_ como te llamas?

_ Soy Lupe, pero si quiere me puede llamar Lupita..._ sonrió mientras la castaña asentía_ usted es Daniela, verdad?

_ Primeramente sí, me llamo Daniela... Pero no hace falta que me trates de "usted" no soy tan vieja_ dijo mientras reía divertida. Por alguna razón esa chica le simpatizaba.

_ Disculpé, es la costumbre..._ la joven sonrió y miró a otro lado de la habitación_ eres la novia de Poché verdad?_ está pregunta hizo que Daniela casi se atraganta con el jugo en su boca. Tosió un par de veces mientras negaba_ estás bien?...

_ S-si_ tosió un par de veces más mientras la joven palmeaba su espalda.

_ Mejor?

_ Si... gracias_ Lupita sonrió, mientras las mejillas de la castaña ardían. Cómo qué su novia??_ respondiendo a tu pregunta no, no soy nada de María José y tampoco pretendo serlo..._ los ojos de la joven sirvienta brillaron, y una sonrisa de alivio se mostró en su rostro. Cosa que no pasó desapercibida por Daniela.

MI OBSESIÓN (Poché G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora