MI OBSESIÓN (Poché G!P)

Capítulo 33

Narradora.
Meses después...

Es increíble cómo en un momento la vida de alguien puede cambiar. Todo pasa en fracciones de segundo, pero es algo que ya está planeando. Todo parece un operativo de la CÍA o algo así, muchos hombres, armas, gritos y disparos.

Un rubio de ojos claros, corre tras un hombre de sombrero vaquero mientras los disparos se escuchan en el aire. El rubio alcanza a su presa y lo derriba por la espalda, el vaquero cae al suelo pedregosos y el rubio le apunta en la cabeza con su arma.

_ Hola querido Jon, ibas para algún lado?

_ Güero?_ el vaquero reconoce la voz de su agresor y se gira en el suelo, quedando los dos cara a cara.

_ El mismo, vamos.

El rubio le quita el arma al vaquero y hace que se levante del suelo. Le sigue apuntando mientras lo empuja para que camine delante de él.

_ Crees que esto terminara así?

_ Ya ha terminado, cállate.

Jon se ve acorralado, no puede creer que por un descuido estúpido de Mario, su compinche, hayan logrado agarrarlos. El estaba desprevenido, follando con una prostituta cuando los hombres de Poché y el Güero invadieron su casa. No tuvo tiempo de salir huyendo, de echo, no tuvo tiempo ni de vestirse. Ahora sólo lleva una bata amarrada a su cintura, su sombrero que lo distingue y pantuflas.

(...)

El viaje de regreso a la hacienda, está lleno de maldiciones y gritos. El Güero va al lado de Jon en una camioneta y en la de atrás, van Kim y Mario Ruiz. Cuando estacionan frente a la gran casa, Kim da órdenes a sus hombres, para que lleven a los prisioneros a los establos. Luego los rubios entran en la casa y van directo al despacho.

_ Hasta que al fin. Te llamé mil veces..._ la figura de una mujer, pelinegra y de cuerpo robusto, se gira quedado deferente a ellos.

_ Todo salió bien, están en los establos_ dice Kim caminado hacia la licorera.

_ Sirveme uno_ dice el Güero_ Poché, lo harás tú o prefieres que yo mismo termine con esto?

La morena sonríe de lado, ya no usa silla de ruedas. En estos meses Poché tuvo que tener mucha fuerza de voluntad para lograr caminar. Todo gracias a Daniela, que no se despegó de ella ni un minuto. Ahora la mayor a retomado su vida y está poniendo todo en orden otra vez.

_ Lo haré yo, quiero qué mi cara sea la última que vean antes de morir.

_ Pero déjame a Mario_ dijo Kim entregándole al Güero su chupito.

_ Está bien, como quieras.

Después de una ronda de chupitos, limón y sal. Los tres salieron del despacho de Poché, rumbo a los establos. Cuando la mayor hizo entrada, los dos hombres que eran golpeados, la miraron con ojos de súplica.

_ Hola amigos!_ decía Poché con una sonrisa_ me los tratan bien?

_ María José_ habló Jon y escupió la sangre_ eres una hija de..._ un puño de Querubín impacto en el estómago de Jon, sacándole el aire.

_ Cállate idiota.

_ Lo hacemos rápido Poché?_ pregunto el Güero.

_ No. Vamos a divertirnos un poco_ dijo Kim extrayendo su arma de su cinturón y apuntado a la cabeza de Mario_ pao_ imitó el sonido de un disparo y se echó a reír.

_ Jon_ llamó Poché_ hay algo que todavía no entiendo. Por qué me traicionaste?_ por más mal que se veía el vaquero, su sonrisa cínica y su mirada calculadora no se iban.