capítulo 6

33 9 2
                                    

Margarita

Nose cuanto tiempo llevo recostada en sus piernas pero la verdad, si se que es mucho, ya hace tiempo que e dejado de llorar por el miedo, ahora lloraba por los recuerdos.

Recuerdos dolorosos que pensé que había enterrado, pero que hoy duelen más que nunca.

Una pequeña Margarita sola, encerrada en la oficina de un conserje sin un solo rayo de luz que la dejara ver, por todas la tardes solo por no ser tan delgada como mis otras compañeras.

Aguante mucho de eso solo por miedo, miedo de que en algún momento se volviera peor.

Los ataques de pánico nisiquiera puedo  recordar cuando empezaron, solo se que un día el conserje me encontró desmayada y me llevo con la enfermera.

Ese fue el día en que mis padres se enteraron de todo el bullying que me hacían mis compañeros de clase.

Todavía recuerdo lo enojada que estaba mamá, quería llevarse a todos los directivos por delante y demandar la escuela pero papá...

Papá solo intentaba calmarla.

Ese día ella se quedó en el colegio reprochando con los directores y papá me llevo a casa.

—Papá no lo entiendo, porque se meten conmigo, odio tanto quien soy desearía poder morirme para que no me molestarán más—esas fueron mis palabras, una niña de catorce años jamás debería de decir algo como eso, pero yo, yo estaba destruida, ellos habían logrado romper de todas las maneras posibles mis ilusiones y ya no me quedaba nada.

Papá me miró a los ojos y me dijo esto:

—No mi hermosa flor, no ay nada de malo contigo, lo único malo aquí son ellos esos mentirosos que solo saben destruir con sus palabras, tú, tú eres luz mi princesa y cuando las persona como ellos se encuentran con personas como tú, solamente desean apagarte para que seas igual de miserable que ellos, pero no sé los permitas no le permitas que ellos apaguen tu hermosa luz, tu madre y yo siempre estaremos aquí para recordarte que eres lo más hermoso que tenemos eres preciosa, desde los pies hasta la cabeza y ninguno de esos mentirosos te puede hacer creer lo contrario y por favor no vuelvas a repetir eso de que te quieres morir no le niegues al mundo verte brillar por qué tú mi florecilla logras brillar más que el mismo sol.

Ese hombre era mi padre un amante de la literatura clásica y de las películas de terror siempre observando todo con sus lentes redondos y su hermoso cabello rizado.

Yo lo amaba más que a nada, pero un día la vida se lo llevó, hace casi exactamente un año y todavía y me dolía el alma al recordarlo, al recordar las escapadas a comer helado antes de las cenas y los maratones de películas a la madrugada.

Era el mejor y nadie podria olvidarlo.

Porque así como el lo dijo una vez, las personas con luz resaltan y el con su hermosa sonrisa iluminaba todo como lo hacía la luna en las noches frías.

Esos recuerdos también me llevaban a una adolescencia sola, jamás llegue a tener amigos por eso es que no logro cree que Glee y Tadeo aparecieran en mi vida.

Cada vez que almuerzo con ellos se siente irreal, me hace acordar a que papá siempre decía que no me desesperara que algún momento las personas correctas aparecerían.

Y así lo hicieron.

Y ahora estoy aquí con el chico que sin dudarlo es el más lindo que e visto, contándome una historia de su pez con un nombre raro y intentado tranquilizar mis nervios algo que  solo papá  había logrado y ahora el también.

Ya me siento muchísimo mejor, la sensación de ahogo se a desvanecido y las lágrimas han cesado, pero mi corazón sigue igual de alterado y ya no es porque este asustada, ahora es por el chico que me tiene entres sus brazos, mi corazón está tan emocionado que siento miedo de que se salga en algún momento y empieza a bailar, pero mi mente no, ella se encuentra en total calma como si jamás quisiera irse de aquí disfrutando de la historia de su pez que no termino tan mal como lo pensé al principio me hacía sentir mucho más en calma que el halla estado aquí conmigo en todo momento y supo como acercarse sin duda jamás olvidaré esto.

Por Siempre Mab Donde viven las historias. Descúbrelo ahora