Capitulo 28

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  Hoy era el día de volar a Corea. Iría a ver a mí Haerin, y a las demás personas que tanto amaba y extrañaba.

Mi tía y abuela me habían acompañado al aeropuerto. Y cuando llegó la hora de despedirnos las tres comenzamos a llorar. Cómo si fuera la última vez que nos veríamos, cuando en cinco días volvería.

Antes de subir al avión saque una foto del paisaje y se la envié a Haerin, para que supiera que en unas horas nos volveríamos a ver.

La noche anterior, después de comentarle a mi tía del viaje, llame a Haerin, para contarle lo mismo.
Ella se sorprendió tanto que comenzó a escribir una lista de las cosas que debíamos hacer en esos cincos días.

El viaje había sido tranquilo. Y al bajar del avión saque mi celular del bolsillo y llame a mi abuela. Le avisé que ya estaba en el aeropuerto. Haciendo los papeles y buscando mi maleta.
Al cortar con ella me dirigí a un café. Tenía ganas de tomar algo, ya que me sentía algo mareada.

Estaba sentada cuando Haerin me envió un mensaje diciendo que había llegado al aeropuerto.

Pague mi café y camine hasta donde estaba mi novia.
Pasé por ciento de personas, hasta que la ví.

Estaba hermosa, cómo siempre pero está vez más. Su sonrisa hizo que mi corazón comenzará a latir más fuerte. Cómo si fuera la primera vez que la veía.

Camine hacia ella pensado en las mil veces que soñaba con este momento, nuestro gran encuentro, después de tres años. Tres malditos años, los cuales pensé que nunca volvería a besarla, tocarla o decirle "te amo".

Cuando la tuve en frente mío no pude evitar abrazarla y sentir su aroma. Pose mi cabeza en sus hombros y le dije lo mucho que la extrañaba en el oído.

Al separarnos seque unas lágrimas de sus mejillas y apoyé mis labios en los de ella. Haciendo que mil sensaciones se apoderarán de mí.

-Te extrañe tanto Dani- dijo después de separarse de mis labios-. Pensé que ya no te vería más
-Yo también Hae...- la abrace de nuevo, logrando que ella llorara una vez más-. Se que paso mucho tiempo, haci que aprovechemos este momento para estar más juntas que nunca
-Si... Prometo estar estos días contigo, día y noche
-Yo también lo prometo Hae

Agarre su mano y la entrelace con la mía.
Ella agarró mi maleta y comenzamos a caminar hacia la salida.

Conseguimos un taxi y decidimos ir a la casa de mi padre. A mi antiguo hogar.

Cuando llegamos toque la puerta. Sentí como todo mi cuerpo comenzaba a temblar de los nervios. Pues mi padre se llevaría dos sorpresas, el no sabía que yo estaría aquí y vería como estábamos agarradas con Haerin.
Se daría cuenta que teníamos una relación. Lo presentía.

Después de unos largos minutos sentí como la puerta se abría de a poco.
Al ver a mi padre una lágrima cayó por mi mejilla. Se veía tan diferente años atrás que no lo reconocía. Estaba destrozado y no sabía si era por el divorcio con Ji won.

Aunque estuviera en mal estado no dudo en abrazarme y así comenzó a llorar, con mi mano desocupada le sobe su espalda y al separarnos le dí un beso en su frente, cómo hacía siempre.

Los dos nos secamos nuestras lágrimas y luego note como su expresión de ternura cambiaba a una de confusión. Estaba mirando las manos de Haerin y las mías.
"Entremos y hablemos papá." Dije haciendo que su mirada volviera a mí.

Entramos a la casa y ví como todo había cambiado. La cocina estaba nueva y pude ver cómo muchas cosas estaban en diferentes lugares. Además de las cosas nuevas que habían.

Nos sentamos en el sillón de la sala de estar. Yo al lado de Haerin, sin dejar de entrelazar nuestras manos.

-¿Sucede algo entre ustedes?- pregunto mi padre, luego de sentarse en un sillón individual, al frente nuestro.- ¿Por qué tienen sus manos entrelazadas?
-Papá, se que será nuevo para tí escuchar esto pero me gustan las mujeres y hace dos semanas estoy saliendo con Haerin. Nos amamos y decidimos que lo mejor era decirte ahora- al decir esto apreté la mano de Haerin más fuerte que antes. Mis manos comenzaron a sudar de los nervios.
-¿Desde cuándo te gustan las mujeres hija?
-Desde la primaria y se que debía contarte pero nunca encontré el momento perfecto y también... Tenía mucho miedo de lo que ibas a pensar de mí
-Hija... Nunca pensaría algo malo de tí, sabes que te amo y que puedes contarme todo... Se que no siempre te preguntaba sobre esas cosas, pero quiero que sepas que está bien, te apoyo en todo lo que decidas.- cuando dijo eso mi cuerpo dejo de sentirse pesado y sentí un alivio reecorer por todas partes.-Y también las apoyo a las dos, de hecho en muchas ocasiones sentí que se miraban de manera distinta... Cuando vivíamos juntos...
-Gracias papá, enserio aprecio que me apoyes... Ahora hablemos de tí, ¿cómo has estado después del divorc- Haerin me miró y negó con la cabeza, cómo si me quisiera decir que no preguntara eso
-¿Sabes del divorcio?
-Yo le conté Andrew. Se que te prometí que no le iba a decir pero... Tenía que decirle, has estado muy mal
-Si papá, te noto muy mal, dime la verdad, ¿cómo has estado?
-Mal, desde que Ji won se fue me siento vacío... Siento que me derrumbo cada día más... Pero no se preocupen, con el tiempo estaré bien
-Papá, has estado muy mal, creo que debriamos ir al médico
-No, hija estoy bien... Solo tengo el corazón roto. ¿Qué crees que me dirá el médico?. No puede sanarme
-Pero papá...

Deje de hablar cuando alguien tocó la puerta y mi padre se paró para abrir.
Al sentir que se tardaba me pare, dejando a Haerin sentada y ví a mi padre abrazando a una mujer de su edad.

Me acerque lentamente hasta que la mujer se dió cuenta de mi presencia. Se separó de mí padre y le hizo una seña de que estaba yo.

-Es Danielle- le dijo mi padre a la mujer, mirándome.
Ella se acercó a mí y por un momento pensé que era mi madre. Se veía igual, su cabello, sus ojos, su hermosa y feliz sonrisa. Era igual a ella... Mi madre.
Una lágrima cayó, sin darme cuenta. No sabía que estaba sintiendo.
-Danielle... Soy Min sook, amiga y enfermera de tu padre...
-Min sook... Un placer conocerte...
Mire a mi padre y le sonreí.

Nos sentamos a hablar en el sillón. Haerin ya conocía a la enfermera, pues ella la había contactado y sintió una fuerte conección entre mi padre y ella.

Estuvimos hasta la tarde, hablando de mil cosas.

Me sentía en casa, nuevamente.

Me ponía feliz ver a mi padre mejor que cuando habíamos llegado, con la presencia de la mujer había cambiado. Por un momento sentí como se miraban y sabía que mi padre no sentía amistad por ella.

Se parecía tanto a mi madre que mil recuerdos me invadian cuando la miraba.

Cuando la mujer se despidió Haerin me ayudó a subir mi maleta a mi habitación.
Al abrir la puerta pude ver cómo todo seguía en el mismo lugar, desde que me había ido.

Haerin puso mi maleta en la cama y saque las prendas de ropa para ponerlas en mi closet.

Cuando terminamos agarre las manos de Haerin y la acerque hacia mí. Apoye mis manos alrededor de su cuello y acerque mis labios a los suyos, dejando un suave y largo beso.
Ella posó sus manos en mi cintura, lo que hizo que mi piel se erizará.

Sus labios seguían teniendo ese sabor que tanto me gustaba, al cuál era adicta. Mordí su labio y me separé de ella, para dejar un beso en su mejilla.

Mi padre nos estaba llamando para comer.

Cenamos mi comida favorita y luego vimos unas películas, sentados en el sillón.

Luego de que mi padre se durmiera y lo taparamos con una manta, subimos a mi cuarto.

Nos acostamos en mi cama y nos acurrucamos. Apoye mi cara en su pecho y entrelace mis dedos con los de ella.

Y así nos quedamos dormidas. Cómo siempre había querido. Una al lado de la otra.

Una noche estrellada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora