Capitulo 4:

1K 93 14
                                    


  En la noche anterior, cuando escucho esa frase Danielle quedó muda, y decidió no hablar más con Haerin.
Y cuando se fueron saludo y subió a su habitación.
Tenía tantas ganas de llorar, de tirarse en su cama y escuchar música melancólica.
Sacarse de la cabeza a su nueva "hermana". Porque después de todo lo iba a ser.
Cuando sus padres se casarán la chica no sería nada más que su hermanastra.
Y le dolía la idea. Tenía que superar esta situación y aceptar la idea.

Se despertó después de escuchar unos ruidos que provenían de la planta baja, así que se cambió y decidió bajar.

-Buen día Danielle.- dijo su nueva madrastra.
-Buenos días.-
-Haerin está afuera, por si quieres ir con ella.- dijo su padre, antes de dejarle un beso en su cabeza.
-Tomare agua e iré con ella.-
Sacó una botella y comenzó a beber. Después abrió la puerta y salió al jardín trasero.
-Buenos días bella durmiente.- Haerin estaba hermosa, aunque todavía tenía su pijama puesto.
-Buen día.- se sentó al lado de la chica para ver el cielo. Era un día hermoso.
-Te despertó la mudanza.-
-Si, escuché los ruidos, ¿vinieron temprano?.-
-Si, ni siquiera pude cambiarme de ropa.-
-Ya veo. ¿quieres que te preste algo?.-
-Sería buena idea, gracias Dani.-

"Otra vez ese apodo" pensó.

-De nada. Iré a ver qué te puedo prestar.-
Antes de irse fue detenida por la menor.
-Voy contigo, quiero conocer tu cuarto.-
-Claro.-
Entraron y subieron a su habitación. Allí Danielle busco ropa que le podría entrar a la menor.
-Que grande habitación.- Haerin estaba sorprendida por el cuarto que tenía la pelinegra.
-Si. Creo que esto te puede entrar. Toma.- le extendió unos pantalones y una remera.
-Gracias.-
Se subió la remera pero Danielle la detuvo.
-Mejor cámbiate en el baño.- sus mejillas se habían puestos rojas.
-Esta bien.-
Fue al baño y allí se cambió. Cuando salió la pelinegra vio que la ropa le quedaba muy bien.
-Te queda bien.- dijo tratando de no ser tan obvia, pues se veía muy linda.
-Si, somos de la misma talla.-
La menor camino en dirección a una biblioteca y agarró unas películas.
-Wow, ¿podemos ver una?.-
-¿Ahora?.- preguntó la mayor.
-No, mejor esta noche.
-Em, no creo que pueda. Saldré con una amiga.- y era así. Ayer en el colegio habían planeado salir con Hyein.
-¿Que amiga? ¿Minji?.-
-No, es otra. No la conoces.-
-Y es una salida de amigas ¿cierto?.-
-Si, que más sería.-
-Tal vez era una cita...-
-No, Hyein no me gusta.-
-Entonces te gustas las chicas.-
-Si... aunque he salido con chicos.-
-¿Entonces mañana la veremos?.-
-Si, mañana.-
-Bien, me iré a ver si llegaron mis cajas. Gracias de nuevo por la ropa.- se acercó a Danielle y le dió un beso en la mejilla.

Cómo no iba a pensar que tenía oportunidad con ella si la trataba de esa forma.
La convivencia no iba a ser buena idea como para superarla.

En la tarde tomó una ducha y se puso un vestido para salir con su amiga.
Llamo a un taxi y espero hasta que escucho la bocina.
Bajo y saludo a su padre y a Ji won.
Al salir vio a Haerin. Y no estaba sola. Nayeon la acompañaba.

Hizo como si nos las hubiera visto y subió al auto. Le dijo la dirección al chófer y llamo a su amiga para que supiera que estaba en camino.
Se iban a encontrar en un café.

Al llegar le pago al chófer y entro a sentarse en dónde estaba su amiga.

-Perdona que llegue tarde.- dijo la pelinegra dejando su bolso en una de las sillas vacías.
-Esta bien. No hace mucho que llegó así que no te preocupes.-
-¿Estás mejor que ayer?.-
-Si, anoche decidí olvidarme del tema. Y tú, extrañas a tu nueva amiguita.
-No, desde ahora en más la voy a ver todos los días de mi vida.-
-¿Cómo?.-
-Mi padre se va a casar con su madre. Entonces seremos hermanastras.-
-Wow, un balde de hielo para ti, ¿no?.
-Si... Anoche no pare de llorar, y lo peor es que hoy me dió un beso en la mejilla, y sigue llamándome por ese apodo. Dani.
-No va a ser fácil olvidarte de ella.-
-No... No sé si la voy a poder ver como una hermana y no como algo más.-
-Con el tiempo dejara de gustarte. No te preocupes.-

Decidieron dejar el tema de lado y hablaron de cosas que les había pasado en el verano.
Tenían tanto que hablar. Pero faltaba Minji. Solo que no había podido ir, tenía que cuidar a su abuelita.

Danielle se paró de la mesa, con su bolso y fue a la caja, a pagar lo que habían tomado.
Al salir un chico las detuvo.
-Perdona.- puso su mano en el hombro de la pelinegra y ella dió la vuelta para ver qué sucedía.- ¿Puedo conseguir tu número?.- el chico extendió su mano en la cual tenía su celular.
-Si no me vas a secuestrar, claro.-
-Por supuesto que no.- el sonrió y Danielle cómo buena chica hizo lo mismo.
-Claro, ahí tienes, me llamo Danielle.-
-Hermoso nombre. Yo Jackson.-
-El tuyo también es lindo.- ella le sonrió y el chico se alejó, entrando al café y sentandose al lado de su amigo.

Cuando llegó su taxi saludó a Hyein y subió.
Le pago cuando llegaron a su casa y bajo del auto.

Al entrar y dirigirse al comedor vio a su padre, Ji won y a Haerin. La saludaron y agregaron un plato más para que pudiera comer.

Y cuando Haerin estaba por preguntarle cómo le fue alguien la estaba llamando.
Jackson.
Se paró de la mesa y le atendió.

-¿Si, Jackson?.-
-Si, soy yo. Quería saber si habías llegado a tu casa.-
-Hace unos minutos que llegue. Gracias por preocuparte.
-Que bien, em, aparte de eso quería saber si.. mañana a la noche podías salir conmigo, a cenar o lo que tú quieras.-
-Yo no pue...- Sabía que esa noche Haerin le había pedido ver una película pero si seguía pasando tiempo con ella no podría olvidarla nunca, haci que era la mejor idea.- Sabes que, si, veámonos en la noche.-
-Bien, entonces mañana te pasaré la ubicación. Gracias por aceptar.-
-Gracias a ti.-

Cuando cortaron vió a la chica, que estaba viendola.

-Mañana tengo planes, así que veremos la película otro día.-
Danielle no sabía si había sonado mala o si lo que estaba tratando de lograr tendría resultado.
Pero no le importaba saber eso. Necesitaba sacarse a la chica de su cabeza y si tendría que pasar el menos tiempo posible lo haría.

Subió a su habitación y se tiró en su cama. Pensado en que se iba a poner para salir con su cita. Y así quedó dormida.

Una noche estrellada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora