El gran día.

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El eco de sus pasos era lo unico que se escuchaba por el largo pasillo de la escuela, el resto de los alumnos ya se habia marchado a casa desde hacía un par de horas y Seokjin podia decir que era de las pocas personas del lugar, quizá por eso el golpeteo de su corazón parecía más presente en sus oídos que en otros momentos, eso o el hecho de que con cada paso que daba se acercaba más el instante en que por fin la conocería, en que al fin tendría de frente a aquella chica que tantas veces se habia imaginado, la misma que con aquellas cartas le habia sabido robas el corazón.

Y es que desde inicios de ciclo empezó a recibir cartas anónimas de una persona que decia haberse enamorado de él; lo que más le sorprendía a Jin era la manera tan ingeniosa en que estas le llegaba, algunas veces en su casillero, otras en su mochila, en su lugar, incluso desconocidos se acercaban a entregarlas, pero nunca lograba ver la cara de esa persona que las enviaba, ni siquiera tenía un descuido para darle alguna pista de quien se tratase, solo sabía lo que le escribía, lo que ella quería decirle en aquellas líneas que con el pasar de los días se alegraba de recibir; en varias ocasiones Jin intento contestarle alguna pero era imposible no tenía idea de cómo llegaban, así que aprendió solo a recibirlas y a esperar el momento en que ella estuviera lista para decirle de una vez por todas quien era.

Se la habia imaginado tantas veces . . . cabello largo, obscuro o tal vez corto al hombro y café claro, ojos grandes y almendrados o tan obscuros como la propia noche, seria alta, bajita, divertida o seria . . . pasaba las noches de insomnio visualizándola, tratando de imaginarla. Incluso tenía una lista con el nombre de sus compañeras y según su comportamiento y carácter trataba de ver si alguna encajaba en el perfil de la persona de las cartas, pero no lograba dar con esta lo que la volvía más misteriosa, lo que enamoraba un poco más a Seokjin de aquella que lo habia elegido para ser el centro de su universo.

"Traeré un par de rosas blancas, estaré esperándote cerca de la salida y sabrás que soy yo porque seré la única persona presente"

Cada una de las palabra escritas resonaban en la mente de un ilusionado Jin, a pesar de ser un universitario a punto de graduarse no imagino vivir algo como aquello, un amor de esos que solo los libros románticos describen que solo puedes ver en televisión . . . siempre penso que pasaría la universidad desapercibido del resto y no es que las chicas no se le declararan, lo hacían todo el tiempo, pero Jin siempre encontraba algún defecto en estas y terminaba por hacerlas a un lado o simplemente disculparse por no compartir lo mismo, Jin era el tipo de chico inalcanzable, claro hasta el día en que las cartas comenzaron a llegar y eso algo que tanto busco durante años parecía tenerlo la responsable de tan hermosos pasajes.

La pluma es más letal que la espada y ahora entendía precisamente el porqué, la autora de aquellas líneas simplemente lo habia arrastrado a su órbita aun sin saber exactamente quien tomaba la pluma de otro lado.

Doblo la esquina y se paró en seco, ahí tenía que estar ella, la chica que se inspiraba en este, la misma que le conocía a la perfección aquella que a partir de ahora caminaría a su lado y . . . 

Min Yoongi el chico más callado, reservado y del cual más de uno podia presumir haber sobrevivido a su fría mirada de asesino a sueldo, el mismo que prefería estar a solas todo el tiempo a convivir con el resto de sus compañeros, ese mismo que una vez sin querer Jin golpeo con una pelota de tenis y sintió que no viviría para contarlo, ese mismo que temían por alguna razón o respetaban porque su personalidad así se los imponía. Él estaba en el lugar de la linda chica que se supone Jin veria en esos momentos.

Yoongi sostenía el par de rosas blancas en la mano y sonreía en dirección a Seokjin, y Jin él simplemente sintió como sus rodillas parecían no responderle y clavarse ahí en ese mismo lugar, impidiéndole pasarse de largo y borrar cada una de las cosas que su mente habia imaginado.

Después de tus cartas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora