Beginning of the end

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La tenue luz de la farola iluminaba su rostro. El frío abrasaba su cuerpo, calándose en sus huesos. El olor a tierra mojada inundaba sus sentidos. Y entonces aparecía ella. Una señora de ojos rojizos y corto pelo negro azabache, con un característico mechón grisáceo que lo visitaba cada noche. Sin embargo, su rostro apacible le trasmitía calidez. Esta vez aparecía portando un medallón granate con forma de luna.

Y de nuevo, volvía a aquella carretera donde la lluvia mojaba su cabello, aunque en realidad no sabía si esas sensaciones le pertenecían. Todo era muy confuso. De repente, la oscuridad le inundaba por completo, escuchando únicamente el rugido del motor de alguna camioneta alejándose. La vitalidad desaparecía de su cuerpo mientras sus extremidades se paralizaban lentamente. Su respiración entrecortada y el latido de su corazón iban desapareciendo mientras la luna se reflejaba en sus ojos.

Sollozaba. Su cabeza parecía arder, sus pulmones añoraban hasta la última gota de oxígeno, notaba como la ansiedad se manifestaba y entendía que esa noche, como tantas otras, no volvería a dormir.

Una chica. Su cuerpo yacía inerte, dejando al descubierto su cuello desgarrado y sangre que brotaba de su pecho. La imagen siniestra, nuevamente, se volvió a difuminar. Y mientras sus sueños incrementaban su intensidad y se volvían más reales, el estado anímico y mental de Wooyoung se debilitaba.

Se despertó jadeando, sintiendo como sus pulmones quemaban por la falta evidente de oxígeno; su frente estaba cubierta por una leve capa de sudor y las sábanas de su cama pegadas a su cuerpo. Las recurrentes pesadillas no dejaban de asolar su mente. Sus sueños, vueltos cada vez más reales y perturbadores, y la realidad cada vez más abstracta; habían vuelto a aparecer tras meses. Estaba aturdido, asustado y confuso ante lo recién soñado, aunque, por la vividez con la cual lo sintió, podría casi parecer un recuerdo. A veces, no sabía hasta qué punto era cierto todo lo que sus ojos veían, todo lo que sentía, lo que vivía. A veces, no se daba cuenta de cuando estaba metido en un horrible sueño o simplemente estaba acostado en su cama. A veces, la fina línea que separaba la realidad de sus pesadillas se desdibujaba dejándolo solo ante su imaginación, solo ante sus miedos.

Luna de Sangre // WoosanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora