Luna de Sangre // Woosan

Capítulo 3

Una figura ágil cruzó los árboles hasta ponerse a la altura de San, quien aún seguía pensando en la terrorífica escena que había contemplado aquella tarde. El sol empezaba a desaparecer entre las montañas y el frío húmedo se hacía cada vez más presente, a pesar de que a San poco le importaba, pues no era capaz de sentirlo. Quería irse de aquel lugar, estaba agotado y no dejaba de darle vueltas a todo lo ocurrido en ese día, demasiadas emociones.

– Dos veces que te veo en un día y en ambas luces terrible. He oído la noticia ¿Ya movieron el cadáver? Es horrible lo que le hicieron a ese chico –musitó Yeosang posicionándose a su lado.

– Hola a ti también, llegas tarde, como siempre. Sí, ya lo transportaron... Por cierto, ¿cómo sabes que hemos encontrado un cadáver? –preguntó San mientras observaba al joven con una expresión de sorpresa y curiosidad entremezcladas.

– Escuché a los guardias hablar en cuanto llegué. Lo siento por la tardanza, me entretuve más de la cuenta –dijo excusándose.

– ¿Puedo saber dónde estabas o vas a seguir con tu secretismo? A veces eres peor que Madre... tan enigmático.

Yeosang se quedó en silencio mientras le devolvía la mirada y se encogía de hombros, zanjando la conversación con una mueca que imitaba a una sonrisa. Ante aquella actitud San sabía que no obtendría respuestas, algo a lo que ya estaba acostumbrado. No era la primera vez que su amigo desaparecía sin dar explicaciones; sabía que no se trataba de asuntos relacionados con el clan, sino que debía ser algo más personal. Al chico no le molestaba no ser consciente de ello, más bien, no entendía el motivo por el cual su amigo no confiaba lo suficiente en él como para contárselo. Yeosang sabía casi todo sobre él, por lo que San reflexionaba sobre sí mismo, preguntándose si en algún momento le había dado razones para desconfiar; preguntas a las que nunca tenía una respuesta concreta. Esto se añadía a su obsesión por el control y a una larga lista de sucesos que le provocaba una ansiedad que rozaba lo patológico. Obsesión que no siempre estaba presente, sin embargo, en aquel momento no podía evitarla.

– ¿Cuándo le dirás al clan lo sucedido? –la voz de Yeosang sacó a San de sus cavilaciones, haciéndole reaccionar.

– En cuanto llegue a casa tendré que convocar una reunión de emergencia. Madre debe enterarse inmediatamente.

– Ni Sana con esas exhaustivas sesiones de control mental ha conseguido información de los amigos del chico, tiene que haber sido algo más poderoso. ¿Crees que el clan Kim está detrás de esto?

– ¿Quieres mi respuesta sincera? Creo que el líder Kim, tiene mejores cosas que hacer que ir matando a adolescentes por ahí.

– Nunca se sabe, podría ser una de sus miles estrategias. Pensar en él me da escalofríos, por cómo lo describen tiene que ser aterrador.

San tampoco había visto nunca al líder del clan enemigo y no sabía cómo imaginárselo, pero lo único que había escuchado de él era su largo historial manchado de sangre. Los mitos sobre su figura y sus "obras" eran simplemente aterradores. Despiadado y cruel eran los adjetivos que siempre acompañaban su nombre, convirtiéndose para muchos en sus respectivos apellidos.

– ¡Señor Choi! –Una voz familiar le llamó desde lo lejos, pudiendo observar cómo la figura esbelta de un oficial de policía se acercaba a él.

– Yunho, ¿qué le trae por aquí?

– Buenas, de camino a la oficina me llegó el aviso por radio de un movimiento inusual en esta zona, espero no molestar, pero me gustaría que me comentara lo ocurrido. –San le miró perplejo. En este pueblo hasta los árboles parecían tener orejas–. Nunca me ha interesado meterme en vuestros asuntos, pero en caso de que se trate de temas policiales debemos informar de ello al pueblo, y tomar medidas al respecto. Esta alianza no puede funcionar si no hay comunicación entre ambas partes.