Tendido en la cama, con la mirada clavada al techo, Wooyoung no paraba de darle vueltas a lo ocurrido dos noches atrás. No era consciente de la hora que era, no se había levantado desde su llegada, tampoco había conseguido dormir y sin ganas ni de comer, era su hermana quien le obligaba a ello. Se sentía vacío. No quería seguir existiendo en este u otro mundo. Notaba una presión en el pecho, el cual le dolía constantemente; y la ansiedad asfixiante, le estaba llevando a un extremo insufrible. En una de las veces en las que había conseguido levantarse de su cama, su mirada se dirigió hacia uno de los espejos, enfrentándose por primera y única vez en aquellos días, a su reflejo. Y cuando esto ocurrió, la única sensación que le inundaba era la repulsión. Luego, aparecía la culpa. La maldita culpa se asomaba nuevamente. Una culpa que conocía, una culpa con la que había lidiado años atrás. Sin embargo, esta aparecía diferente, aparecía para recordarle lo cobarde que era. Si tan solo hubiera hecho caso a sus sueños y se hubiera enfrentado a lo que sentía, a lo mejor, esa chica hubiera seguido con vida. De haber sido así, seguramente, aquella joven, estaría disfrutando de los pequeños placeres cotidianos. En una comida familiar, o dando un paseo por el pueblo, estaría charlando con sus amigas... cualquier cosa. Cualquier cosa menos acabar en medio del frío bosque. Tras haber sentido el terror de la joven en su propia piel, confirmaba que lo que le había ocurrido no era justo, no era una muerte justa. Y no paraba de repetirse que todo era culpa de su negligencia. Ahora mismo, solo quería desaparecer.
Unos delicados toques en la puerta de la habitación le sacaron de sus pensamientos, haciéndole voltear hacia ella. En el umbral pudo ver a su hermana quien se acercó hasta los pies de su cama, sentándose suavemente a su lado.
– Dongsaeng, deberías levantarte de esta cama de una vez y salir, aunque sea a dar un paseo. Tengo el día libre hoy, podríamos salir juntos a comer o... –El tono calmado y amable de Jihyo retumbó en la estancia.
– Noona no estoy de humor, de verdad. Quiero estar solo -le contestó Wooyoung con la voz quebrada, interrumpiéndola.
– Sé que no lo estás, pero estar aquí encerrado no te servirá de nada. Necesitas salir y ver a gente. Esta noche empieza la fiesta del cerezo. Es en el pueblo y no tendríamos que ir muy lejos. Podríamos ir, así te distraes un rato.
–¿Una fiesta? ¿Estás en serio? ¿Así es como guarda luto este pueblo de mierda? –La voz irritada del chico no tardó en hacerse presente. Con una mueca de molestia articuló aquellas palabras, dándole la espalda a su hermana.
– Las únicas personas que saben lo que ha pasado, aparte de Yunho, somos los que estamos en esta habitación. Creo que no quieren que cunda el pánico, por eso no han comentado nada. Yo también lo estoy pasando mal Wooyoung, y te entiendo. Era una de mis alumnas, la conocía desde hace tres años y la veía todos los días. Para mí también está siendo difícil superarlo y más sabiendo que soy la única en saberlo.
– No lo había pensado noona... Lo siento mucho –respondió su hermano al dirigirle nuevamente la mirada con los ojos vidriosos–. Pero encontrar a alguien en ese estado no es agradable. No puedo dejar de pensar en el temor que tuvo que pasar la pobre. Si yo tuve miedo entonces, imagina cómo debió sentirlo ella.
El chico sabía bien cómo se había sentido aquella joven horas antes de morir, incluso segundos antes de que su cuerpo se desprendiera de toda vitalidad; cuando aún la luna se reflejaba en sus pupilas. Wooyoung lo sabía, lo había sentido. Y eso le dolía y le pesaba aún más. Sin embargo, no quería preocupar en demasía a su hermana. Tampoco sabía con certeza qué le ocurría, no creía estar loco, pero nunca se había visto ante una situación como aquella y no podía gestionarla. Además, Yunho le había aconsejado no contarle lo ocurrido a nadie; pero Jihyo era la excepción a ello. Pues, Wooyoung no había podido evitar hacer conocedora de la situación a su única familia y mayor apoyo. No obstante, entre la culpa, se mezclaba la incertidumbre, y se asomaba un halo de curiosidad ante lo que le ocurría. Ahora sabía que esas pesadillas no eran únicamente producto de su cabeza, sino que significaban algo más. Algo que no podía llegar a comprender, pero que, aunque le perturbara, quería entender de qué se trataba.
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Luna de Sangre // Woosan
FanfictionEn un pequeño pueblo, a las afueras de la provincia de Gyeongsangnam-do, una serie de asesinatos comienzan a perturbar su equilibrio. Pero lo que solo unos pocos saben es que entre sus habitantes, no todos son simples mortales. Magia, clanes rivales...